Producción y circulación de la riqueza dentro de la economía solidaria. Análisis de las experiencias de Guajuviras-Canoas, Brasil[1]

Eduardo Enrique Aguilar-Hernández*

* Doctorando en Economía Política del Desarrollo (CEDES - Benemérita Universidad Autónoma de Puebla). Correo electrónico: eduardoaguilar.h@hotmail.com

Artículo recibido: 25/06/2018                             Artículo aprobado: 28/09/2018

MIRÍADA. Año 11, N.º 15 (2019), pp. X-X

© Universidad del Salvador. Facultad de Ciencias Sociales. Instituto de Investigación en Ciencias Sociales. (IDICSO). ISSN: 1851-9431

Resumen        

El propósito del presente artículo es analizar las esferas de la producción y de la circulación de la riqueza material generada por un conglomerado de emprendimientos de economía solidaria localizados en el barrio de Guajuviras dentro del municipio de Canoas, en Río Grande del Sur, Brasil. Para lograrlo, se utilizaron las técnicas de observación participativa y entrevistas semiestructuradas. Asimismo, la investigación que aquí se presenta pretende superar el nivel de análisis de experiencias individuales, que han sido las más exploradas por esta área de estudio, para ampliar la comprensión del fenómeno en el ámbito barrial, lo cual visibiliza cómo es que se desenvuelven las relaciones entre los emprendimientos. En este sentido, se involucra la acción de la política pública para aprehender la complejidad relacional que existe en dicha geografía. La investigación da cuenta de la disputa por la producción y la circulación de los bienes entre los circuitos económicos conformados por este grupo de emprendimientos solidarios y los de la economía capitalista.

Palabras clave: Economía solidaria; Brasil; Producción de valores de uso; Economía popular; Río Grande del Sur.

Abstract

The purpose of this article is to show how the material wealth generated by a conglomerate of Solidarity Economy Enterprises located in the neighborhood of Guajuviras within the municipality of Canoas (Rio Grande do Sul, Brazil) is produced and how it circulates. To achieve this, participatory observation and semi-structured interviews techniques were used. Likewise, the research presented here aims to overcome the level of analysis of individual experiences, which have been the most explored by this area of study, to broaden the understanding of the phenomenon at a neighborhood level, which makes it possible to see how the relationships between the enterprises work. Here we involve the action of public policy to apprehend the relational complexity that exists in this geography. The investigation accounts for the dispute over the goods’ production and circulation between the economic circuits formed by this group of solidarity enterprises and those of the capitalist economy.

Keywords: Solidarity economy; Brazil; Production of use values; Popular economy; Rio Grande do Sul.

Introducción

Ante los efectos nocivos del sistema capitalista y su profundización a causa de la crisis que atraviesa, emergen alternativas económicas para contrarrestarlos. Entre ellos, hay sistemas que continúan utilizando patrones utilitaristas (como lo es la economía del bien común o la economía azul) u otras que tienen la pretensión de ser disruptivas del sistema dominante, como la economía feminista o la economía solidaria. La última busca transitar de una racionalidad instrumental (moderno-capitalista), según la cual la vida y la naturaleza son objetivadas para obtener solo acumulación de ganancias, a una racionalidad reproductiva, la cual tiene como finalidad generar condiciones de vida digna para los sujetos.

En este sentido, Mutuberría (2008), cuando se refiere a los países periféricos, señala que las alternativas que tienen como fundamento la reproducción de la vida cuentan con una crítica transformadora respecto de las grandes estructuras. Existen regiones que son clave para entender estos desarrollos: aquellas que tienen presencia indígena (pues algunas todavía cuentan con rasgos de matrices civilizatorias no modernooccidentales) o aquellas que cuentan con experiencias de organización comunitaria, de sindicatos democráticos, comunidades eclesiales de base, movimientos sociales por la lucha de tierra o reivindicaciones de identidad, raza, género, etc. Brasil es considerado ejemplo de estas últimas, ya que, desde el Foro Social Mundial de Porto Alegre de 2001, el movimiento social por otro mundo posible pudo articular una diversidad de experiencias y generar una agenda bajo el lema de que “otra economía es posible.

Sin embargo, el mismo movimiento de economía solidaria ha resultado contradictorio/ambivalente en diversos aspectos de su actuación. Dentro del debate teórico, existen autores que mencionan que este movimiento pretende construir una alternativa al capitalismo (Singer, 2009; Santos y Rodríguez, 2011; Gibson-Graham, 2006), y, asimismo, existen críticas que denuncian que los entes de la economía solidaria refuncionalizan la acumulación capitalista (Collin, 2015; De la Garza, 2012; Iranzo y Richter, 2012). Ante este escenario, se hace menester vislumbrar los diversos aspectos que le dan un carácter disruptivo a las experiencias de economía solidaria, así como aquellos que no lo hacen. Aquí se sostiene que las claves que sirven para comprender si es que los entes de economía solidaria trabajan bajo la racionalidad reproductiva o bajo una instrumental son las del valor de cambio y el valor de uso; pues, desde estas, se pueden analizar las esferas de producción, circulación y consumo de la riqueza socialmente producida (Echeverría, [1986] 2017).

El valor de uso es aquella cualidad de un objeto que indica la capacidad de negar una necesidad y, por tanto, ayuda a reproducir la vida (Dussel, 2014; Hinkelammert y Mora, 2013; García Linera, 2015). Los bienes con valor de uso cuya única finalidad es reproducir la vida no circulan bajo una modalidad mercantil, sino por un acuerdo político para cubrir las necesidades de un conglomerado humano. Históricamente, los mercados fueron relegados a un espacio incidental dentro de la vida económica (Polanyi, 2014), pues la circulación mercantil supedita el valor de uso al valor de cambio (se mesura un bien que es por naturaleza inconmensurable) por la necesidad de generar una intercambiabilidad entre bienes (Echeverría, 2017; López, 2017). Así, aquella relación social que tenía como finalidad la reproducción del grupo humano y que se sostenía por acuerdos políticos, lazos de parentesco o culturales se reduce a la presentación de bienes dentro del mercado. La misma prolongación de las relaciones que existían por redes de reciprocidad y de redistribución fechan su término cuando la transacción comercial es llevada a cabo. Finalmente, cuando la relación productiva/mercantil es capitalista, además de la supeditación del valor de uso al valor de cambio, existe una apropiación de una parte del trabajo de muchos por unos pocos sujetos.

Ante este análisis, que se ha venido realizando desde la corriente marxista crítica, cabe preguntarnos si las experiencias de la economía solidaria y todas aquellas que proclaman la reproducción de la vida como fundamento realmente rompen con los esquemas económicos capitalistas. Es en este contexto que revisamos las esferas de producción y de circulación del conglomerado de emprendimientos de economía solidaria en el barrio de Guajuviras, en Canoas, Río Grande del Sur, Brasil, para visibilizar cómo es que se usufructúa la riqueza socialmente producida y si es disputada a la acumulación del capital.

Apartado metodológico

La revisión de las experiencias en Canoas se realizó dentro de la estancia de investigación financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) durante el verano de 2016. En conjunto con profesores y estudiantes integrantes del Grupo ECOSOL de la Universidade do Vale do Rio dos Sinos (UNISINOS), se realizó trabajo de campo conforme a la técnica de observación participativa dentro de los espacios de los emprendimientos de economía solidaria, de las ferias de economía solidaria, y de los centros de capacitación en economía solidaria, así como entrevistas semiestructuradas a funcionarios públicos, a las coordinadoras del Fórum Municipal de Economía Solidaria y miembros participantes de las experiencias. Asimismo, se realizó investigación documental tanto en los archivos del fórum y del Archivo Municipal de Canoas, como también de investigaciones referidas al tema. La validación de los datos relevados se realizó en dos espacios: el primero dentro de las diversas discusiones con los miembros investigadores y estudiantes de posgrado del grupo ECOSOL de la UNISINOS y con la presentación de resultados de investigación en el Congreso PreAMER “Desarrollo, disputas socio-territoriales y violencia en el medio rural” y en el IV Seminario Internacional CEDES, realizado en Puebla, México, del 10 al 12 agosto de 2016, lo que permitió confrontar ciertos resultados con investigadores de áreas afines.

El artículo se presenta de la siguiente manera: un primer apartado, donde se describe sucintamente la economía solidaria en Brasil con énfasis en Río Grande del Sur; posteriormente, se revisa y se categoriza el espacio de articulación del movimiento social en el municipio de Canoas; en tercer lugar, se considera la acción de la política pública dentro del municipio; en cuarto lugar, se analizan las experiencias de economía solidaria del barrio Guajuviras, seguido del análisis de las esferas de producción y circulación de la riqueza, para, finalmente, mostrar las conclusiones.

Economía solidaria en el sur de Brasil

La economía solidaria cuenta con una diversidad de dispositivos que son un entramado de normas que tienen como finalidad facilitar la organización social o comunitaria para que puedan cubrir sus necesidades materiales e inmateriales. Entre dichos dispositivos, encontramos cooperativas, asociaciones de trabajadores, mutuales, mercados de trueque, mercados orgánicos, bancos de tiempo, dinero alternativo, bancos éticos, finanzas solidarias, entre otros. En el caso brasileño, esta alternativa económica ha surgido desde una diversidad de formas organizativas hasta conformarse en un movimiento social heterogéneo que tiene distintas variantes dependiendo de la región del país. Es destacable, por ejemplo, el movimiento de los trabajadores ligados al sindicalismo, así como el Movimento Sem Terra (MST) o también expresiones religiosas: “[e]ntre las primeras experiencias de economía solidaria pueden ser identificados, a inicios de los años 1980, proyectos vinculados principalmente con Cáritas y la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana” (Sarria Icaza, 2009, p. 37). Estas formaciones colectivas se fortalecen en la última parte de la dictadura militar a mitad de los años ochenta (Bueno, 2010), para poder sobrevivir ante la crisis que azotó a la región.

Para los años noventa, surge una ola creciente de empresas recuperadas y manejadas con principios autogestivos, a las cuales también se les atribuye, en gran parte, la formación de la economía solidaria en el país sudamericano:

[e]n 1991 nace la Asociación Nacional de los Trabajadores en Empresas de Autogestión y Participación Acionaria (Anteag). La Anteag fue la entidad pionera en la organización específica de los trabajadores de economía solidaria […]. En 1999, la Central Única de los Trabajadores (CUT) realiza seminarios regionales que culminan en el Seminario Nacional de Economía Solidaria (Rosa, 2013, p. 36. La traducción es propia).

Desde entonces, la economía solidaria ya es un complejo entramado de entes, iniciativas, propuestas y colectivos de distinto tipo:

La ES se presenta en Brasil como un conjunto de actores sociales que, actuando de manera colectiva, establecen pautas y tornan público un debate sobre lo económico, aportando como novedad la discusión sobre la legitimidad de otras formas de organización y distribución de la riqueza (Sarria Icaza, 2012, p. 5).

De igual manera, Sarria Icaza (2009) los llama actores predispuestos a la acción, en el sentido de que han pasado por el proceso de la democratización después de la dictadura. Además, indica que son parte de la “apertura del cuadro político-institucional”, y, finalmente, una “coyuntura económica” marcada por el aumento del desempleo y la reducción de derechos sociales producto de la crisis del modelo de regulación fordista (Sarria Icaza, p. 32).

Para el presente trabajo, se hace la distinción del desarrollo de la economía solidaria en una bifurcación: como movimiento social y como política pública. En primer lugar, se puede entender la economía solidaria como movimiento social después del reconocimiento mutuo de los entes y la generación de objetivos comunes dentro de un espacio democrático de deliberación, como lo fue el Foro Social Mundial de Porto Alegre:

Aunque se formaron numerosas articulaciones regionales, nacionales e internacionales, es principalmente a partir de 2001, en torno a los sucesivos Foros Sociales Mundiales en Porto Alegre, cuando cristaliza la identidad de la economía solidaria en Brasil […] es a partir de allí cuando gana fuerza en el espacio público, a través de una verdadera articulación nacional, que busca constituir un movimiento social para defender la economía solidaria como modelo de desarrollo alternativo al capitalismo (Lemaître, 2009, p. 14).

Al mismo tiempo que el movimiento dentro del Foro se conformaba y se decidía su incidencia en el aparato estatal —por ejemplo, qué candidato apoyar para la presidencia de la República que asegurara la inserción de sus demandas en el programa de gobierno—, dentro del Partido de los Trabajadores (PT), existía paralelamente un debate sobre economía solidaria (Singer, 2012). Estos hechos marcarían el camino de la economía solidaria como política pública.

En 2002, cuando Luiz Inácio Lula Da Silva es elegido presidente de la República Federativa de Brasil, el Grupo de Trabajo (GT) de economía solidaria del Foro Social Mundial (FSM) publicó una carta con las exigencias del movimiento:

[e]l GT brasileño dirige una carta al gobierno de Lula, en la cual señala orientaciones generales para el desarrollo de la economía solidaria en el país, y reivindica la creación de una política de apoyo a la economía solidaria y la creación de una Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES) (Lemaître, 2009, p. 14).

Aquí ya encontramos dos vertientes que están íntimamente interrelacionadas: la de los colectivos organizados y la de la política pública, a cargo de funcionarios de gobierno. Posteriormente, el grupo de trabajo (GT) del FSM pasó a convertirse en el Forum Brasileiro de Economia Solidária (FBES), cuyo objetivo era “articular y movilizar a las bases de economía solidaria en todo el país […] y realizar la interlocución frente al gobierno” (Lemaître, 2009, p. 16).

La secretaría [SENAES] nace como el retoño del movimiento. Nosotros somos fruto de la creación del movimiento de Economía Solidaria, que estaba haciéndose en esos meses un movimiento nacional, hoy presente en los 27 estados del país. Ese relato es fundamental para entender cómo son hechas las políticas públicas de Economía Solidaria en Brasil. Ellas son hechas en estrecha compañía con el FBES (Singer, 2012, p. 50. La traducción es propia).

Institucionalmente, desde 1999, dentro del ámbito gubernamental, ya existe la promoción de políticas para fomentar la alternativa económica: “[e]l primer gobierno estatal de la federación en desarrollar un programa que abarque la economía solidaria fue el de Olívio Dutra (1999-2002), en el Río Grande del Sur” (Singer, 2009, p. 57). Posteriormente, gobiernos del PT en distintas ciudades comenzaron proyectos de esta índole económica, hasta que el movimiento social exigió un órgano a nivel federal, el cual se gestó en el primer gobierno nacional del PT.

Parte del desarrollo institucional de la economía solidaria de Río Grande del Sur se tiene que entender en el contexto de la tradición cooperativista de la región, fundada por la llegada de inmigrantes europeos en el siglo xix; pero, más recientemente, por las iniciativas populares de generación de trabajo e ingreso en los años ochenta y noventa del siglo xx, “cuando comienza a constituirse como un movimiento propiamente dicho, con un discurso más elaborado y con formas de organización más articuladas y generalizadas” (Rosa, 2013, p. 45. La traducción es propia). Así, la inserción de la economía solidaria dentro del municipio de Canoas proviene de distintas fuentes; no se podría establecer un inicio preciso, más bien ha sido un proceso complejo en el que han incidido diversos actores y momentos. Ya hoy en día, la economía solidaria no puede ser concebida de ninguna manera como uniforme, más bien cuenta con una diversidad de matices en continua transformación.

Fórum Municipal de Economía Solidaria de Canoas

Se puede vislumbrar que el movimiento de economía solidaria dentro del municipio de Canoas se ha articulado gracias a diversos factores y escalas: “la historia, la dinámica social y política, y los actores locales se conjugan con procesos más amplios en los ámbitos nacional e internacional y hacen posible la ampliación significativa de lo que aquí se llama economía popular solidaria” (Sarria Icaza, 2009).

Asimismo, Rosa (2013) indica que “la economía solidaria en el municipio de Canoas se comenzó a organizar a inicios de 2000, a partir de la iniciativa de asociaciones y cooperativas” con “apoyo de organizaciones de la sociedad civil” (Rosa, 2013, p. 89. La traducción es propia). En otras palabras, después de la realización del Fórum Social Mundial (FSM) de 2001 de Porto Alegre, en diversos puntos del país se estaban articulando fórums locales y regionales; estos espacios sirvieron a los diversos entes económicos para reconocerse como parte de la economía solidaria. En Canoas, las reuniones de los entes nacieron en 2002:

El Fórum Municipal de Economía Solidaria realizó sus primeros encuentros en 2002, mucho antes de que la economía solidaria fuese una política pública en el municipio, después de que algunos militantes que residían en la ciudad se encontraron en la plenaria nacional realizada durante el primero FSM en 2001 (Moura de Oliveira, 2017, p. 10. La traducción es propia).

La organización del Fórum de Economía Solidaria del municipio de Canoas nace como necesidad (Rosa, 2013, p. 89. La traducción es propia), debido a que a nivel prefeitura (alcaldía) no existía un ente que ofreciera apoyo para el acceso a los recursos que estaba facilitando el gobierno estatal, el cual ya generaba políticas públicas en torno al fomento de la economía solidaria. Entonces, la organización funge como el interventor entre los diversos entes y la prefeitura o el nivel estatal; en ese mismo sentido, el fórum se convirtió en el órgano oficial de interacción con otros fórums municipales, regionales o el nacional.

A partir de una entrevista con la participante Dana[2] (2016), miembro de la comisión de ética del Fórum Municipal de Economía Solidaria de Canoas, y con la revisión de registros del mismo fórum, se sabe que, para el primer semestre de 2016, la organización estaba constituida por 38 emprendimientos económicos solidarios divididos en tres áreas: artesanías, alimentación y agricultura urbana. No obstante, cabe aclarar que la gran mayoría de estos pertenecían al área de artesanías, solamente cinco formaban parte del grupo de alimentación y un ente era parte de la agricultura urbana.

Para entender más sobre la estructura del fórum, se buscaron documentos escritos que explicaran la constitución del órgano; empero, solamente se encontraron las hojas de registro de las participantes. Entonces, para entender la conformación de la organización, se entrevistó a una de las participantes dirigentes. Lulu comenta que existe una coordinación, la cual es la encargada de dirigir el fórum y de ser su voz: “todo lo que el fórum desee realizar pasa por nosotras, organiza el espacio, las reglas, nortea todo el grupo” (2016. La traducción es propia). El fórum cuenta con dos coordinadoras, además de dos comisiones: una de infraestructura y otra de ética. Ella indica que son alrededor de diez personas dentro de estos entes y que todas las decisiones se toman dentro de dichos grupos coordinadores:

Cuando tenemos que tomar una decisión importante, nos reunimos todo el mundo y decidimos en grupo, en conjunto; las coordinadoras no toman una decisión solitas. Cuando es una cosa más seria, nosotras llamamos a comisión de ética y a infraestructura, y hacemos una reunión y decide todo el mundo junto (Lulu, 2016. La traducción es propia).

Para que el fórum funcione, cuenta con reuniones mensuales que fungen como asamblea. La asistencia a estas reuniones es obligatoria para los emprendimientos, lo que les garantiza seguir siendo parte activa del fórum. Por lo general, asisten una o dos representantes de cada organización. Además, también asisten las miembros de los nuevos grupos que quieren unirse al fórum, ya que se precisa de un número de asistencias previas para poder inscribirse formalmente.

Según las mismas entrevistas a las participantes, se sabe que el número de entes asociados en el fórum disminuyó de manera drástica desde que se generó un sistema normativo que dicta los requisitos para ser parte. A lo largo de 2015, aproximadamente dieciocho experiencias salieron de la organización por la puesta en marcha del reglamento.

Después de hacer trabajo de campo y acompañar algunas reuniones del fórum (Aguilar, 2016), se pudo visualizar que se convierte en un espacio multipropósito para los entes del municipio. Es el espacio de reunión y de reconocimiento de las participantes[3]; también es el espacio organizativo del movimiento, se toman las decisiones según las coyunturas que se presentan. De igual manera, es un espacio de educación informal, pues se están reproduciendo discursos y prácticas bajo los principios de la economía solidaria. Asimismo, las reuniones del fórum son el momento de contacto con los gestores públicos de la prefeitura. Finalmente, el fórum es un espacio en disputa entre las distintas corrientes locales del movimiento de economía solidaria.

Por lo anteriormente expuesto, proponemos la siguiente clasificación sobre las distintas facetas de fórum[4]:

Las facetas analizadas anteriormente conforman una categorización que es cambiante y que se puede ir complejizando a lo largo del tiempo o de manera coyuntural. Por ejemplo, Dana (2016), en entrevista, señaló que en tiempos electorales llegan a tener diálogos con los candidatos a prefeitos para que ellos se comprometan con el movimiento a hacer políticas públicas. Ella ve este fenómeno como una conquista del movimiento. Sin embargo, según el trabajo de campo realizado dentro del fórum, se encontraron diversas contradicciones: un ejemplo claro es relativo a la faceta de lugar de decisión, pues no se pudieron encontrar mecanismos de participación efectiva de las asistentes. Durante el acompañamiento dentro de la investigación, las reuniones mensuales se efectuaron en un formato de asambleas informativas más que de asambleas de toma de decisión. Por una parte, de un promedio de cincuenta asistentes, no pasaron de ocho las mujeres que tomaron la voz, todas fueron miembros de los entes económicos solidarios y cuatro de ellas fueron las coordinadoras del fórum. Por otra parte, hablaron tres hombres: solamente uno era participante de un emprendimiento asociado, otro fue el gestor de la prefeitura y el último era parte de nuestro equipo de investigación de la UNISINOS. En dichos turnos de voz, no se plantearon temas sujetos a votación, sino que las coordinadoras ya habían tomado las decisiones, y estas eran informadas a la asamblea.

Asimismo, la agenda u orden del día se construyó con los puntos que quería discutir la coordinación y, aunque se aceptan temas propuestos por cualquier miembro, no existen incentivos para que los participantes sugieran temas. Si bien se dice que las miembros tienen voz y voto, dentro del periodo de acompañamiento, no existió ningún espacio para el ejercicio de tal derecho, ya que los temas puestos en el orden del día por la coordinación fueron informaciones de lo que el fórum haría o ya había hecho durante el mes. Esto significa que no existe un espacio de generación de consensos. Un caso ilustrativo fue el de la participación en la feria de Santa María[5]. La coordinación indicó que se participaría como fórum, que se rentaría un autobús y que todas las participantes tendrían que aportar una cantidad de dinero para pagar el alquiler independientemente de si asistirían o no. Esto generó inconformidad en varias participantes y, aunque se manifestaron en contra, no hubo apertura para la discusión; terminó siendo una especie de imposición por parte de la coordinación del fórum hacia las integrantes.

Para analizar el papel de la coordinación del fórum, vale la pena traer a colación el trabajo de Veronese (2011) con diferentes entes económicos solidarios a lo largo de diez años sobre el proceso de construcción del liderazgo democrático compartido. Ella define este tipo de liderazgo como una “práctica colectiva, descentralizada y dialógica de conducir los rumbos de la organización o grupo [que] al redistribuir constantemente las responsabilidades dentro del grupo, [descentralizan] el poder en niveles homogéneos y horizontales” (Veronese, 2011, p. 104). La investigadora da cuenta de que no hay garantía de que pueda ocurrir un proceso de construcción de liderazgo democrático, pero que será posible si es vivenciado, desarrollado y trabajado intencionalmente. Además, señala que es un proceso de reestructuración subjetiva de los participantes, pues todos están inmersos en formas de relacionarse, sentir y actuar de un sistema capitalista.

La pesquisidora encuentra diversas etapas o grados del proceso, que van desde la inexistencia hasta una consolidación de liderazgo democrático, con multiplicidad de dificultades y posiciones superpuestas. En el caso del fórum, se halla una doble dificultad, pues, si bien es difícil la construcción de un liderazgo democrático compartido dentro de una experiencia de economía solidaria, esto se complejiza en una organización compuesta por muchos emprendimientos.

Política pública de economía solidaria en Canoas

Es importante hacer una revisión de la política pública en Canoas relativa a la economía solidaria, pues están íntimamente interrelacionadas. La política pública en este ámbito se inicia con la llegada del Partido dos Trabalhadores (PT) al gobierno municipal de Canoas. Los militantes del fórum visualizan la implementación de estas políticas como su conquista, ya que, según expresan, lograron hacer que los candidatos de la alcaldía de Canoas insertaran este tema dentro de sus agendas electorales. La primera acción de política pública fue la creación de la directoria o Dirección de Economía Solidaria del Municipio de Canoas en 2009 bajo el mandato del PT en la prefeitura del municipio. Está ligada a la Secretaría Municipal de Desarrollo Económico (Moura de Oliveira, 2017) y tiene como objetivo “la potencialización de las actividades de los entes municipales” (Rosa, 2013, p. 90. La traducción es propia).

Para 2012, se aprobó la Ley municipal N.o 5.717, que “instituye la política de fomento a la economía popular solidaria en el municipio, establece el programa de centros de economía solidaria y da otras providencias”. La ley municipal de fomento a la economía solidaria establece una serie de beneficios que los entes son susceptibles de recibir, como:

I- educación, formación y capacitación técnica, tecnológica y profesional; II- fomento a la constitución de espacios y redes solidarias de producción, consumo, comercialización y de conocimiento de información; III- acceso a líneas de crédito y políticas de inversión social; IV- apoyo a la comercialización y ampliación de mercado para los bienes y servicios de economía popular solidaria, a través ferias municipales ya existentes, preferencialmente locales ya establecidos o puntos fijos de venta; V- apoyo a la investigación, innovación, desarrollo y transferencia de tecnologías apropiadas a los entes solidarios; VI- orientación técnica, prioritariamente, en las áreas que envuelve la gestión de los entes; VII- posibilidad de utilización, vinculada a estrategias de vinculación, de bienes públicos a título precario y temporal, desde que sea autorizada por la autoridad competente; VIII- participación en procesos de incubación con miras a crear, consolidar y fortalecer la organización de entes solidarios (Ley N.o 5.717. La traducción es propia).

La instrumentalización de lo establecido por la ley de 2012 implica ofrecer puntos de venta para la promoción de los productos nacidos de esta lógica económica, apoyo logístico para los entes y la capacitación técnica para la incubación de dichas iniciativas. Desde 2014, existe un establecimiento físico de comercialización llamado loja (tienda) de economía solidária dentro de la estación del tren Estação Canoas/Lasalle. A propósito de esto, Dana (2016) comenta que la tienda “es una conquista del movimiento junto con la directoria de economía solidaria que hemos conseguido después de mucho tiempo”. Según indica, una de las peticiones constantes de los entes son espacios para comercializar sus productos.

Además, en entrevista con Vando (2016), funcionario de la directoria de economía solidaria, este refiere que se tienen planes de abrir dos espacios físicos permanentes más. Sin embargo, comenta que la continuidad de estos planes depende de la organización del movimiento de economía solidaria, pues para 2017 cambiaría la administración municipal y no se tiene certeza de la continuidad de los programas.

La directoria, de igual manera, ofrece la coordinación con la prefeitura para la realización de las ferias de economía solidaria dentro del municipio. Las ferias son espacios de comercialización especiales para los entes parte del fórum municipal de economía solidaria. Según informaciones de la prefeitura, los eventos de exposición y venta son la feria del Pez durante la semana de Pascua, la feria del Día de la Madre, del Día del Trabajador, del Día del Padre, en la semana Farroupilha y la feria de Navidad. Son apropiaciones de espacios públicos por parte del movimiento social que, posteriormente, pasan a institucionalizarse en la política pública municipal. Estos espacios surgen como mercados especiales para la comercialización de los productos de economía solidaria, tanto las artesanías como los alimentos. Las ferias están localizadas en espacios de gran concurrencia de personas en el área central del municipio, los puntos en que se desarrollan son a unas cuantas cuadras de la prefeitura y de la Cámara de Vereadores (regidores), que son las instituciones del gobierno municipal.

No se pueden entender los logros de las políticas públicas de manera unilateral, es preciso señalar que estas se han desarrollado conjuntamente con los múltiples acercamientos con los entes de economía solidaria. Rosa (2013) indica que la organización del Fórum Municipal de Economía Solidária de Canoas ha tenido gran influencia en la consecución de las políticas públicas municipales, es decir, sobre la acción estatal local.

Una de las principales reivindicaciones del Fórum Municipal de Economía Solidária de Canoas fue atendida en enero de 2009, después de la elección del prefeito Jairo Jorge da Silva (PT), con la creación del Departamento Municipal de Economía Solidaria, vinculado a la Secretaría Municipal de Desarrollo Económico. Una de las primeras acciones de la política pública municipal fue la realización del mapeo de los entes de economía solidaria en actividad, en Canoas. En la estadística más reciente, fueron identificados 58 entes solidarios (Rosa, 2013, pp. 89-90. La traducción es propia).

Estas articulaciones son múltiples y trascienden escalas; asimismo, a nivel local municipal, la imbricación del movimiento surge de manera compleja, ya que la economía solidaria toma distintos tonos y formas, lo cual ha sido requerido para su funcionamiento. Entre estos vaivenes, como ya se mencionó, el movimiento local ha tenido conquistas. Una que resalta en el municipio son los Centros de Capacitación y Producción en Economía Solidaria (CCPES), que ofrecen cursos de capacitación y tienen instalaciones para que los entes puedan comenzar a producir. El proceso de construcción de los CCPES fue al comienzo muy estrecho con el fórum; no obstante, según Dana (2016), por causas diversas el fórum se distanció del CCPES, por lo que la prefeitura tomó las riendas del proyecto. Dado que la gestión de estos depende directamente del gobierno municipal, emergen ciertas contradicciones, por ejemplo, los cursos que se ofrecen en estos centros son indicados por un actor externo (cooperativa de artesanos de Porto Alegre) y no por una demanda concreta de las experiencias de economía solidaria de Canoas.

Con relación a la ley para la economía solidaria del municipio, se pudo verificar que no todo lo que se señala ahí está puesto en práctica. La misma ley indica que existen ciertos instrumentos para que sus objetivos sean alcanzados, como “el programa de centros de economía solidaria; el programa municipal de comercialización; y el consejo municipal de economía solidaria” (Ley N.o 5717. La traducción es propia). De estos, los dos primeros están funcionando con los CCPES y las ferias municipales; no obstante, el tercero solo quedó en el papel. En palabras de Moura de Oliveira (2017):

el Consejo, previsto en la ley del municipio y reconocido en la literatura como una institución participativa del Estado capaz de posibilitar la participación pues es capaz de responder demandas presentadas por los consejeros […] no está reglamentado e implementado en la ciudad. El fórum, que no aparece en la ley municipal y fue encontrado en la bibliografía revisada como un espacio de participación efectiva, es una realidad en Canoas (p. 11. La traducción es propia).

En la política pública de economía solidaria a nivel nacional, la figura del Consejo (Conselho) tiene como función integrar a los gestores públicos, a los entes gubernamentales y a los entes de economía solidaria. En Canoas, ante la falta de esta instancia, el fórum toma la función de interlocutor, aunque de una manera minimizada porque esta competencia es compartida con otras que fueron explicadas en la sección anterior. En entrevista, Dana (2016) comenta que han existido momentos en que algunas decisiones de la directoria han sido manejadas por intereses ajenos al fórum y que por eso se han llegado a perder ciertos espacios dentro de las decisiones de la función pública.

Economía solidaria en Guajuviras

Para un análisis detallado, se seleccionó al barrio de Guajuviras porque la bibliografía (Ferrarini, 2008) indica que es un lugar donde la economía solidaria se insertó de manera particular por diversos factores, como la organización barrial, los programas de gobierno y la cooperación internacional para el desarrollo. El barrio de Guajuviras es resultado de un movimiento de lucha de moradores por vivienda digna a finales de la década de los ochenta.

Para estudiar la economía solidaria dentro del barrio, se entendió que la unidad básica de análisis son los emprendimientos de economía solidaria, los cuales son heterogéneos. Estos grupos pueden ser formales o informales y de igual manera pueden existir diversas etapas de consolidación. Se pueden clasificar, por ejemplo, en empresas de economía popular en las que existe un “híbrido entre prácticas no mercantiles y aquellas integradas al mercado” u otras en las que existe “asociación voluntaria en la propiedad común de los medios de producción, en la gestión colectiva, en el ejercicio de poder por la comunidad de trabajadores y en el esfuerzo mutuo a favor de los intereses comunes” (Gaiger, 2009, p. 182. La traducción es propia).

Este conocimiento permite ofrecer una mirada compleja al fenómeno de la economía alternativa, ya que se puede identificar la diversidad existente de entes. Para entender la presencia de la economía solidaria en Guajuviras, se hace preciso revisar cuáles son los emprendimientos que tienen su actividad dentro del barrio. La tabla 1 muestra las organizaciones registradas en el Fórum Municipal de Economía Solidaria de Canoas. Cabe mencionar que existe un mapeo nacional de las iniciativas de economía solidaria (CADSOL) realizado por la Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES), pero no da cuenta de la realidad, ya que se pudo constatar que sus estadísticas son inferiores a las reales del fórum[6].

Se hace importante traer a colación el club de trocas, donde los productores del barrio llevaban artículos y los intercambiaban utilizando una moneda social. Según informaciones bibliográficas y testimoniales, fue uno de los entes más simbólicos, pero dejó de estar activo. Según Cattani y Ferrarini (2010), fue la falta de seguimiento por parte de los gobiernos que impulsaban el programa (PIRAD) el factor determinante para que los entes no continuaran: “[l]a interrupción brusca debido al cambio de gobierno es referida tanto por los gestores como por el público objetivo como el principal factor de daños o pérdidas en los resultados del PIRAD” (p. 170. La traducción es propia).

Dentro del listado de emprendimientos del barrio de Guajuviras, se visualizan ocho entes de economía solidaria que contienen a 29 personas en total, que representan el 21 % del Fórum Municipal de Economía Solidaria. Dentro de estos, hallamos diversidad de proyectos, pues se encuentran grupos de ayuda mutua, grupos de producción y un grupo formado legalmente como cooperativa. De la misma manera, cada ente es diverso, pues pueden estar conformados por mujeres jubiladas, madres solteras, mujeres activistas. Asimismo, entre otras situaciones, la mayoría de grupos son informales. Los objetivos tanto de los entes como de las integrantes son radicalmente distintos, pues emergen dependiendo de las necesidades de las participantes. Dentro de la diversidad de objetivos, se encuentran desde aquellos que son solamente para la generación de ingresos hasta los que utilizan la actividad económica alternativa para sustentar proyectos comunitarios.

Producción y circulación de la riqueza en los emprendimientos de economía solidaria de Guajuviras

Los estudios teóricos indican que, en América Latina, la economía solidaria surge como un modelo disruptivo del capitalismo. Aquí presentamos un análisis crítico sobre dichas afirmaciones, revisando dos esferas económicas: la producción y la circulación de la riqueza en los emprendimientos de economía solidaria de Guajuviras. Sostenemos que, si estas esferas de la economía priman, la producción y la circulación de los valores de uso rompen con la lógica mercantil simple y la mercantil capitalista.

Es importante recuperar la categoría valor de uso como un producto-de-trabajo que cuenta con utilidad concreta, es decir, es un producto que cubre una necesidad y reproduce la vida, en otras palabras, “la utilidad entonces está fundada en la necesidad” (García, 2015, p. 63). Los individuos asignan valor de uso a los objetos materiales siempre que bajo su contexto étnicocultural dicho objeto producto-de-trabajo cumpla esta función esencial de afirmar la vida. El valor de uso, por tanto, es una significación del objeto (la cual no es universal), siempre se da bajo un tipo de sociabilidad y siempre es comunicante. Hinkelammert y Mora (2013) sostienen que “[u]n valor de uso es un producto material apto para satisfacer necesidades humanas” (p. 45). Empero, creemos que el valor de uso no es el producto-de-trabajo en sí mismo, sino la asignación de valor bajo un marco étnico-cultural, es la mediación para que un producto-de-trabajo objetivado pase a ser considerado un bien. Desde la perspectiva de Echeverría (2017) es

una porción de materia concretamente útil o con valor de uso: un bien. Y no solamente un bien en general —definido de manera puramente natural—, sino un bien culturalmente específico o un elemento que pertenece diferencialmente a la totalidad sistemática de lo que es efectivamente bueno o favorable para satisfacer las necesidades de consumo —en unos casos final o disfrutante; en otros, intermedio o productivo— de un determinado sujeto social. Pero no es solamente un bien; es también, desde una segunda perspectiva, complementaria de la primera, un producto, una materia cuya utilidad es producida o ha resultado de un trabajo de transformación sobre otra materia. Y tampoco es un producto general —definido sólo de manera utilitaria—; es un producto culturalmente específico (p. 108).

En este sentido, García Linera (2015) señala que

[e]xiste una identidad práctica entre la sustancia de la riqueza [utilidad, disfrute goce] y la forma material que ésta adopta; la utilidad radica en la materialidad misma del objeto de riqueza y tiene entonces una existencia material identificable en sí misma, aunque vista como sustancia ésta es también una relación social que da cuerpo al uso real de esa utilidad. A este “contenido material” de la riqueza, Marx lo llama el valor de uso (p. 63).

La clave del valor de uso es importante porque permite ver cómo es que el trabajo se objetiva para afirmar la vida (y no el capital), así como también nos posibilita la comprensión de cómo es que a este se le niega su naturaleza para ser utilizado como instrumento de la acumulación de ganancias. Esto nos permite comprender el sentido de la disputa entre la racionalidad reproductiva y la racionalidad instrumental.

Dentro de Guajuviras, se encontraron experiencias de economía solidaria formales e informales con distintas formas organizativas de trabajo y objetivos. Por ejemplo, la Cooperativa Alternativa de Alimentos Vida Saudável, que se dedica mayormente a la producción de galletas y bizcochos, es de las experiencias más consolidadas desde que cuentan con una finca donde se estableció todo el instrumental de la panadería, además de salas donde se realizan diversos eventos comunitarios. Existe dentro de la misma cooperativa un liderazgo con autoridad concentrada, por lo que hay relaciones de poder desiguales. No obstante, de forma discursiva, sí se tiene la pretensión de que la cooperativa se siga transformando para ser parte funcional de la economía solidaria.

En el otro extremo, se encuentran los entes de artesanías formados por grupos de mujeres, los cuales han sido conformados básicamente por dos motivos: la búsqueda de ingresos (i) para mejorar la situación de las participantes y (ii) para ocuparse en el tiempo. La mayoría de las mujeres trabaja desde sus hogares, en ocasiones se reúnen para ayudarse entre ellas a perfeccionar las técnicas o aprender nuevas y para juntar la producción que será llevada a los puntos de venta. Finalmente, hay un caso emblemático, el grupo Flor de Liz, el cual también es un grupo de mujeres artesanas, pero que trabajan dentro de las instalaciones del CCPES. Desde su concepción, eso ha sido una suerte de apropiación del espacio: aquí ellas cuentan con los requerimientos físicos para la producción, que han sido suministrados por la acción municipal, como las máquinas de coser y las materias primas (telas y lienzos desechados por diferentes industrias). Dentro de este emprendimiento, existe una especie de autoridad compartida: a través de pláticas informales entre las socias, se establecen las normativas y objetivos del grupo.

Los productos-de-trabajo que resultan de las experiencias de economía solidaria de Guajuviras tienen distintos destinos: las ferias municipales, la loja y, en su momento, la feria de trocas; pero también existen ventas particulares y algunas invitaciones en ferias especiales, como las de las universidades. La pregunta aquí es qué tipo de valor prima dentro de estos dispositivos de circulación: ¿valor de cambio o valor de uso? Marx muestra cómo es que dentro de la relación de mercado se precisa generar una abstracción de valor para que los bienes puedan circular dentro de una relación mercantil. En palabras de Bolívar Echeverría (2017), se precisa una intercambiabilidad basada en el valor de cambio, en detrimento del valor de uso. Aquí entonces debemos colocar el acento, es decir, revisar si dentro de estos dispositivos de circulación se está supeditando el valor de uso al valor de cambio (y, por tanto, son susceptibles de funcionar para la reproducción del capital) o si, efectivamente, son funcionales a la circulación de la riqueza social para la reproducción de la vida.

Conclusiones

Podemos observar desde el ámbito material que la producción y la circulación tendrían que ser categorizadas como “economía popular” en el sentido que le atribuye Coraggio (2011) y no como en aquella concepción de “economía solidariadisruptiva al capitalismo. Esta afirmación va en el sentido de que los emprendimientos del barrio de Guajuviras aplican estrategias de supervivencia sin desestabilizar el fundamento de la acumulación capitalista, ya que los ingresos obtenidos dentro de los circuitos de mercantiles de la economía solidaria son llevados a los flujos de realización de las mercancías capitalistas. Los espacios que pueden disputarlos no ofrecen una alternativa real para que los miembros puedan cubrir sus necesidades concretas para reproducir su vida, y utilizan mayormente el dispositivo de circulación mercantil, donde el valor de uso producido por los entes de economía solidaria es supeditado al valor de cambio. Las mujeres, al vender los bienes dentro de la loja (tienda) o las ferias, obtienen moneda que gastan para conseguir mercancías que tienen la lógica de la acumulación de ganancias. Por tanto, existe una subsunción formal al sistema económico capitalista, la disputa por los flujos económicos está inclinada a favor de los propietarios del capital.

Finalmente, creemos que el análisis material de las experiencias de la economía solidaria es más fructífero para poder comprender cómo es que se están insertando o no a los flujos capitalistas, y desde ahí señalar en qué grado son o no disruptivas en dicho sistema. No obstante, queda pendiente agregar las diversas variables al análisis, por ejemplo, visibilizar la relación con la naturaleza haciendo referencia a los flujos metabólicos y, asimismo, hacer un análisis simbólico donde se puedan verificar no solo el ámbito discursivo, sino más detenidamente las relaciones de poder existentes.


Tablas y Figuras

Tabla 1. Entes de economía solidaria en el barrio Guajuviras, Canoas.

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NOMBRE DEL EMPRENDIMENTO DE ECONOMÍA SOLIDARIA

Número de integrantes

1

Cooperativa alternativa de alimentos vida saudável-núcleo bmbc

5 mujeres

2

Flor de liz - Nucleo de mulheres do bairro guajuviras

4 mujeres

3

Centro de Capacitação e Produção em Economia Solidária - Guajuviras

1 funcionario, 1 practicante y profesores de los talleres

4

Arco iris

3 mujeres

5

Cantinho das artes

4 mujeres

6

Criativa

3 mujeres

7

Guaju-arts

3 mujeres

8

Mestre de arte

5 mujeres

Fuente: Elaboración propia con datos de los registros de entes del Fórum Caonense de Economía Solidaria


Referencias bibliográficas

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Notas


[1] Investigación hecha con el apoyo del Grupo ECOSOL del Posgrado de Ciencias Sociales de la Universidade do Rio do Vale dos Sinos (UNISINOS) en el verano de 2016. Un agradecimiento especial a Adriane Ferrarini, coordinadora del grupo en el tiempo de mi estancia, a Gustavo Oliveira y a Jessica Wallauer, así como a los demás miembros del grupo.

[2] Los nombres de las participantes han sido cambiados.

[3] La utilización del femenino es necesaria, ya que el Fórum Caonense de Economía Solidaria está conformado mayoritariamente por mujeres. En las reuniones a las que se asistió, de un promedio de cincuenta participantes, el número de hombres nunca pasó de ocho. La participación de las mujeres en este espacio es un tema que se tendría que abordar en un estudio en profundidad.

[4] Cada faceta categorizada (espacio de reconocimiento, de decisión, de educación informal, interlocutor del movimiento y espacio de disputa) son dignos de análisis en profundidad, lo cual precisa de un estudio posterior.

[5] Una de las ferias nacionales de economía solidaria más grandes y representativas de Brasil, realizada en Santa María, municipio de Río Grande del Sur, donde también asisten entes de otros países latinoamericanos.

[6] En el mapeo realizado, se esperaba encontrar a los entes que fueron promovidos por el Programa de Recuperación de Áreas Degradadas (PIRAD) enunciados en Ferrarini (2008) y catalogados como de economía solidaria. No obstante, se pudo constatar que dejaron de estar activos. Asimismo, en el CADSOL se incluyen emprendimientos que se encuentran inactivos e inclusive está registrada la Asociación de Reciclaje, la cual, si bien podría ser parte del movimiento de economía solidaria, dejó de reconocerse como tal, pues su iniciativa salió del Fórum Municipal de Economía Solidaria, pero prefirió independizarse en un movimiento social diferenciado.