Reseñas históricas
Más
allá del Derecho
La
biblioteca particular del Estudio Jurídico del Dr. Jesús H. Paz de la calle
Quintana 555 gozaba de gran prestigio en su época. Hay numerosas pruebas de
esta aseveración. Baste un ejemplo: en el diálogo mantenido con el Dr. Gonzalo
Rúa[1], el
letrado sostiene ante una pregunta precisa: “
Sin embargo, este conciso ensayo
pretende indagar sobre el otro lado de la biblioteca de un especialista en
Derecho. El punto de partida podría centrarse en la siguiente pregunta: ¿qué
lee un renombrado profesional más allá de aquellos textos indispensables y
obligados de su profesión? La respuesta ofrece más de una perspectiva y no está
de más señalar el alto grado de dificultad de una correcta comprensión.
Una vez
más, vale recurrir, prima facie, al testimonio de los testigos. Más aún
si se trata de uno de sus hijos: Hipólito J. Paz, quien escribe en sus
memorias: “[…] En todas partes veo libros, libros y libros que ya no están:
obras jurídicas, la mayoría; otras de historia, literatura, filosofía y una
vasta colección de enciclopedias. Miles de volúmenes que partieron, junto con
las bibliotecas que mi padre ordenó hacer en Francia, a
Teniendo
en cuenta esta salvedad, se ha considerado legítima una primera aproximación al
problema planteado a partir del análisis del remanente de libros del Fondo Paz,
que no tienen como temática a su especialidad. Se trata de un conjunto de 135
títulos, los cuales se han clasificado según el contenido y la forma, en el sentido
bibliotecario del vocablo[2],
para procesarlo cuantitativa y cualitativamente. No cabe duda que esta muestra
representa una mínima parte del universo documental de interés para este
ensayo, hecho que se ha constatado por medio de diferentes fuentes; pero, a
pesar de su carácter fragmentario, es útil a los fines de bosquejar un cuadro
de situación básico, como ya se ha expresado, sin pretender una explicación
global ni exhaustiva.
A
partir de esta
metodología , se constató que las
temáticas más representativas fueron: literatura argentina (44 ítems),
biografías de personalidades argentinas (18), historia argentina (13),
biografías internacionales (8). Siguen en orden decreciente las publicaciones
periódicas (6) y los diccionarios (3). Luego, completan la nómina una serie de
obras de diversos temas en cantidades menores.
Ciertamente,
aparecen muchos otros escritores argentinos de muy diversa procedencia y
estilo; solo a título de ejemplo y salvando las omisiones, se pueden citar:
Agustín Alvarez, Rosa Bazán de Cámara, Juan Carlos Dávalos, Juan Pablo Echagüe,
José Manuel Estrada, Manuel Gálvez, Joaquín Víctor González, Enrique Guillermo
Lafitte, Roberto J. Payró, Ricardo Rojas, Belisario Roldán, entre tantos otros.
No está ausente, desde luego, Leopoldo Lugones, representado por dos de sus
obras emblemáticas: “
Las
biografías de personalidades argentinas corresponden en su mayoría a hombres
destacados de la historia del país: José de San Martín, Manuel Belgrano,
Bernardino Rivadavia, Bernardo de Monteagudo, Juan B. Alberdi, Bartolomé Mitre,
entre otros. Sobresalen en este grupo las obras sobre la vida y obra de Domingo
Faustino Sarmiento. Esta sección bibliográfica sumada a los libros de Historia
Argentina, abona la hipótesis del interés especial de Paz por el conocimiento
de la historia de su país. Sin embargo, esta predilección no debe llevar a
falsas conclusiones, ya que en la lista bibliográfica se observa también una
cifra importante de citas de obras históricas que abarcan un amplio espectro
cronológico desde la prehistoria (v.g.: “Prehistoria de los indoeuropeos” de
Victoriano Suárez) hasta la historia contemporánea (v.g.: “La segunda guerra
mundial” de Winston Churchill); como así también, la historia de países
europeos (Alemania, Francia, España, Inglaterra), asiáticos (Rusia, Japón),
americanos (Uruguay, Estados Unidos), de continentes (América), etc.
Entretanto,
las biografías internacionales tratan de personalidades de variados ámbitos
como, por ejemplo, de la historia universal (Colón, Artigas, Roosevelt), literatos
(Oscar Wilde), filósofos (Nietzsche) y científicos (Albert Schweitzer). La
sumatoria de las biografías, nacionales e internacionales, alcanza a 24 ítems
dentro de la lista, lo que constituye un 17.77% del total de la misma. Esto se
estima como un indicador de la propensión del lector Jesús H. Paz hacia este
género.
Entre las
publicaciones periódicas se localizaron las siguientes: Telégrafo mercantil:
rural, político-económico e historiógrafo del Río de
[…] a riesgo de omitir puedo nombrar a los cubanos José Valazco y José
S. de Solá, a los peruanos Deustúa, Honorio Delgado, Haya de
Desde el
punto de vista ideológico, para Podgomy la revista es “un producto tardío del
positivismo biologista en Argentina”(Podgomy, 2001); en cambio, Ortiz considera
que era pluralista, donde participaban una amplia gama de pensadores que
involucraban a “krausistas, positivistas, neokantianos, teósofos, radicales de
derecha o de izquierda” (Ortiz, 2008, p.79). En resumen, aunque la publicación
comprendía artículos sobre Derecho, estos constituían una minoría que oscilaba
entre un 2 y un 4%, en tanto la mayoría versaban sobre ciencias políticas,
filosofía, educación y sociología.
José
Ingenieros también tuvo una reconocida actuación en el mundo editorial con la
puesta en marcha y el progreso, junto a Severo Vaccaro, de la empresa editorial
“
Asimismo,
en esta sección de publicaciones periódicas, es llamativa la presencia del
“Telégrafo mercantil: rural, político-económico e historiógrafo del Río de
Con la
denominación de “historiográfico” se iba a dar cabida en el periódico a un
amplio abanico de temas que no sólo incluía lo propiamente histórico, sino
también otras temáticas como la moral pública, la educación, la literatura, las
ciencias (entre las cuales se destacaría la medicina y la historia natural),
así como la crítica a las costumbres.
Los otros
tres ejes del periódico se vinculan directamente a la cuestión económica, tal
como sus propias designaciones lo indican: “políticoeconómico”, “mercantil” y
“rural”. (Pastore, 2001, p. 46)
En
efecto, como bien apunta Pastore, es el mismo editor Cabello y Mesa el que se
encarga de aclarar el horizonte temático del periódico y de definir, en los
prolegómenos del primer número, el alcance del término “historiográfico” en el
contexto de los objetivos del Telégrafo. Por otro lado, el editor, luego de su
exposición acerca de la importancia del periódico como un método de instrucción
de los pueblos y de delinear una escueta historia de los periódicos en América,
enfatiza sus aspiraciones con respecto a esta publicación: “[…] intento tambien
hacer, y publicar un papel Periodico, que concurriendo, sino à instruir,
y cultivar al Pueblo, le dè (à lo menos), un entretenimiento mental, è inspire inclinación à las Ciencias, y Artes.” [sic]
(Cabello y Mesa, 1801, p. 12)[4].Por
su parte, Vallejos aporta un dato de utilidad para esta reseña que se refiere a
la presencia de particularidades en ciertas construcciones retóricas: “El
Telégrafo Mercantil contiene interesantes polémicas sobre temas de historia
local.”(Vallejos, 2013, p.164). Se le sumaban a dichas polémicas, opiniones
políticas y críticas, aspectos costumbristas y manifestaciones contrarias al
agrado del poder establecido que desencadenaron su clausura. Por lo tanto, es
posible conjeturar que el valor histórico cultural del “Telégrafo Mercantil”
fue relevante para Jesús H. Paz, en tanto que en sus páginas se comienzan a
debatir las ideas político-económicas que se vislumbran como las raíces de una
futura Nación en el período prerrevolucionario y que más de cien años después
estaban latentes.
Si se
consiente que la muestra constituida por esta colección remanente de obras no
jurídicas de la donación Paz tiene una representatividad aceptable, o al menos
es viable por su carácter indicativo y, en vista a lo expresado en el análisis
cuali-cuantitativo presentado en estas páginas, entonces es factible arribar a
resultados provisionales sobre las preferencias lectoras de Jesús H. Paz. Si
así fuera, se pone de manifiesto el marcado interés de Paz por la literatura y
la historia de su patria. Se revelan una amplitud mental y un carácter
democrático en cuanto a los autores leídos, pues pertenecían a extracciones
ideológicas muy diferentes, desde nacionalistas hasta socialistas; se
identifica a los denominados “clásicos”, de la misma manera que a los
“vanguardistas”. No se observan prejuicios literarios ni editoriales como
tampoco apetencias bibliofílicas marcadas, pudiéndose rescatar ediciones de
empresas editoriales tradicionales y de renombre (Coni, Peuser, Kraft,
Amorrortu, Espasa-Calpe, Estrada, Hachette, entre otras.), como así también,
ejemplares de las ediciones populares de la primera mitad del siglo XX,
desestimadas por la elite intelectual (Biblioteca
Como
cierre, luego de tantas inferencias y disquisiciones, por qué no regresar a un
recuerdo sensible, una evocación intimista de su hijo Hipólito, que puede
significar, en última instancia, mucho más que todo lo dicho hasta aquí sobre
las lecturas del prestigioso jurisconsulto: “[…] Sobre su mesa de trabajo, a la
que no puedo disociar de su figura, hay una vieja carpeta de cuero ajado por
los años con las iniciales J.H.P. -Jesús Hipólito Paz- que aún conservo, un
tintero de bronce con la figura de Napoleón; y unos pocos libros: una colección
de códigos franceses, El tratado de la felicidad de Schopenhauer y dos
fotografías.”(Paz, 1999, pp.15-16).
N. Tripaldi
[1]Ver la entrevista al Dr. Gonzalo Rúa
incluida en este número, p. 81
[2] Los títulos se han agrupado por su
materia. Se ha considerado incluir tres grupos constituidos por obras de
acuerdo con su forma-género: biografías, publicaciones periódicas y
diccionarios. La importancia de estos tres conjuntos surge de la observación
directa de la lista de títulos, pues es menester resaltar, aparte de las
temáticas, la importancia de las revistas y las biografías en este colectivo
documental.
[3] Su tesis doctoral se relaciona con esta
temática. Una versión a cargo del hermano de Ingenieros se publicó como:
Ingenieros, J. (1930). La simulación en la lucha por la vida en el orden
biológico y social (Ed. póstuma). Buenos Aires: Ciencia, Amor y Arte.
[4] No es un dato menor recordar aquí que la
publicación del periódico está asociada a la idea de Cabello y Mesa de fundar
una Sociedad Patriótico Literaria y Económica.