Alicia Aza, El Viaje del Invierno
Alicia Waisman[1]
Datos de la Obra
Aza, A. (2011). El viaje del invierno.
Córdoba, España: Ánfora Nova. ISBN: 9788488617811.
Este nuevo poemario de Alicia
Aza (España, 1966) obtuvo el Premio Internacional de Poesía «Rosalía de
Castro», otorgado por la Casa de Galicia, en Córdoba, España, tras haber sido
elegido entre algo más de un centenar de obras.
El libro se inicia con una cita
de Wilhelm Müller, autor de los poemas sobre los que Franz Schubert compuso su Winterreise,
un año antes de morir. El núcleo de aquellos poemas es el amor no correspondido
y los lieder expresan las reflexiones o impresiones del caminante
mientras pasea solo, durante el invierno. Predominan los temas del frío, la
oscuridad, el paisaje desolado, la soledad.
También, en el poemario de
Alicia Aza, nos encontramos con la misma temática, pero aquí se revela un
paisaje interior, en el cual se manifiestan impresiones y reflexiones acerca de
la llegada de la muerte, la finitud y la memoria.
El libro se divide en tres
partes de ocho poemas cada una. La primera nos indica el itinerario que habrá
de seguir el viajero: el de los sentidos. Y allá vamos, realizando «viajes
transparentes» en los que nuestros ojos deambulan «desprovistos de luz que nos
sorprenda». Somos «perpetuos caminantes sin regreso», «viajeros libres de la
vida». Luego del sentido de la vista vendrán el del oído y el del tacto: el
primero nos acercará el «enjambre de pesares», «murmullo» ―nuevamente el oído―
que el segundo acaricia con las manos. El tacto pasa a ser de «dudas», y ya no
habrá «manos fecundas». En el quinto poema de esta primera parte, «Estalagmitas
en el jardín de invierno», aparecen el olfato y el gusto, cuando «los huesos /
de los frutos cortados / [son] siervos de tu deleite» (Aza, 2011, p. 17).
Emprendido el viaje, y siendo este suficientemente
largo, es esperable que la distancia nos acerque sus ecos. La segunda parte,
entonces, llamada «Los ecos de la distancia», comienza con el poema «Azaroso
destino», en el que la interlocutora del yo lírico se muestra «prisionera en un
espacio / recóndito, presencia inútil…» (Aza, 2011 p. 23), como si la vida de
la «joven amante» pudiera ser eterna. Pero luego vendrá:
con prudencia
a enterrar un destino que fue
vida
donde las aves migratorias
dejaron de batir sus alas (Aza, 2011, p. 23).
Y por último, invocarla y pedirle que regrese y la
haga suya para siempre. Acaso se trate de la senectud y la muerte, que antes
estuvieron al acecho. ¿De qué vida se despide el yo lírico? En ella hubo
—segundo poema de esta parte— «horizontes / ebrios de sol», pero al final «sólo
quedan tus ojos marchitados que sonríen» (Aza, 2011, p. 24).
En el tercer poema, «Estampa de invierno exótico»,
leemos una cita del gran poeta turco Nazim Hikmet que, sin ambages, alude al
envejecimiento. No obstante, nuevamente sospechamos la presencia de la vida que
palpita en un mercado ¿oriental? con mezquitas, «viento de especias», «placer
exótico de los puestos de fruta / con ecos rebosantes» (Aza, 2011, p. 25). Solo
el jugo de un gajo de naranjo solitario se expande «por lugares con lluvia /
que siembran tu memoria» (Aza, 2011, p. 26).
El oxímoron del título del cuarto poema —«El brillo
de la nieve tibia»— se repite en el tercer verso de la primera estrofa, y la
blancura y la tibieza son atributos de la interlocutora del yo lírico, quien
deja para sí, como si se hubieran invertido los roles, el frío descrito de la
siguiente manera: el «crudo frío / que cristaliza por mis piernas» (Aza, 2011,
p. 27). Las horas pasan, y «los cuerpos agrietados» se enfrentan con los
«perfiles de restos olvidados y remotos / que sobreviven en los pensamientos /
de tu ropa planchada y deslumbrante» (Aza, 2011, p. 28). Y así concluye esta segunda
parte, con «El mar de nuestro regreso», «Larga espera» y «Un secreto insomne».
La tercera y última, «Las miradas del invierno», se
inicia con «Los límites helados de tu ausencia». El alejamiento es doloroso y
evidente: «Cuando no duermes a mi lado todo / alrededor se vuelve pesadumbre /
y mis costumbres son desconocidas» (Aza, 2011, p. 35). La nostalgia por la
ausencia se hace presente desde el título del segundo poema, y por la cita del
poeta suizo Robert Walser. Y luego de la nostalgia vendrá el olvido, en el
tercer poema, «Los sonidos ensordecidos del olvido». El cuarto poema comienza
con una cita de Georg Trakl, torturado poeta austríaco de principios del siglo xx. Curiosas referencias, las que toma
Alicia Aza. La de Walser, quien se desvivió por permanecer de incógnito, y la
de Trakl, drogadicto y alcóholico, y al mismo tiempo iniciador de vanguardias.
Como si la fuente en la que abrevan sus poemas fuera la del profundísimo
sufrimiento. El invierno —la muerte— se instala definitivamente, para convertir
a esa segunda persona en «novia de azabache». En los tres poemas siguientes:
«Luz en el invernadero», «La nieve de tu memoria» y «Sueños premonitorios», el
relato va y viene entre la llegada del invierno:
Entraste por aquel jardín de
invierno
ángel etéreo […]
hechizo
para lacayos de la diosa Flora
(Aza, 2011, p. 40).
Y la certeza del advenimiento
inevitable de la primavera:
Vendrá la primavera
rebosante de nardos
y tú, ensimismada,
cimbrarás los deseos (Aza, 2011, p. 41).
El libro termina con el poema «Winterreise»
en el que, claramente, queda expresada la llegada de la muerte: «Se cerró el
firmamento de tus ojos», así como los sentimientos que esta despierta en el yo
lírico: «Al ver la placidez clara en tu rostro / lágrimas de colores punzan mi
alma».
Al decir de José Luis García Herrera (2011) sobre el
primer libro de la autora, El Libro de los Árboles, la poeta que nos
ocupa habla con «una voz poética nada primeriza, todo lo contrario». Esa voz se
consolida en esta obra: sus imágenes potentes y sus frases pletóricas de
recursos líricos imprimen en los poemas una fuerza y una sensibilidad
encomiables.
[1] Licenciada
en Ciencias Antropológicas por la Universidad de Buenos Aires. Profesora y
Traductora de Francés. Correo electrónico: aliciawaisman@yahoo.com.ar
Gramma, XXII, 48 (2011), pp. 344-346.
© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas de la Escuela de Letras. ISSN 1850-0161.