Paula Jiménez España*

 

Sweet child of mine

 

No importa que el amor no sea más

que este fuego chiquito que crepita.

No importa que la luna

vuelva a la plaza blanca y ni un alma

se arrastre en la vereda. No importa nada de eso,

ni los pájaros que dejan de sonar

cuando en tus walkman se escucha dulce nena,

odio ver

el dolor en tus ojos.

A vos te gusta él

te gusta cuando toca la guitarra

cuando la distorsión de la electricidad

te hace sentir su enojo.

Te gusta el pelo rubio y su pañuelo

atado al corazón. Un hombre así

te lleva y ya no hay nada

que te traiga de vuelta al lado mío. Dulce nena

tus ojos me recuerdan mi niñez, parece

que te dice y es mentira

sin embargo, vos te morís de amor.

Los perros nos siguen por la plaza, huelen tu corazón

ahora ausentado

porque tus pensamientos se lo llevan.

No importa.

No importará esta noche

en una historia de noches incontables, sin vos

con que se harán los años. No importará

muchas después cuando el insomnio

y el olvido lleguen.

Habrán pasado todos los momentos

con sus pasitos mudos y elegantes, como los pies

de la Pantera Rosa. Pero esta plaza

con su farol prestado a mi recuerdo

alumbrará los besos que no hubo, los besos diluidos

y sin sombra, como todas las cosas imposibles.

Hay un disfrute infinito en el suspenso

y en cada show se está por gatillar

una emoción rabiosa. Qué importa

que una estrella de rock nos prometiera

su luz inextinguible, no era verdad

una vida dichosa en la que nadie

sacrificara nada.

 

Esteros del Iberá

 

Flotan islas de hojas 

el bote se desliza en los canales

y su madera toca

las pieles escamadas de los yacarés.

Abajo está el peligro, arriba

las plácidas cigüeñas paradas en los postes

miran el cielo opaco

lo contemplan hasta perderse en él

y pasan los carpinchos y en sus lomos

se paran las hermosas sultanas

con su plumaje azul

su collar colorado, vestidas para una fiesta.

Arriba está lo calmo, lo suave, lo perfecto

y el agua se desliza mansamente

por generosos caminos naturales

pero de pronto el viento

podría empujar los grandes camalotes y vallar

con su soplo la salida. No pensamos en eso

tampoco en las pirañas ni en las rayas

que nadan cerca nuestro.

No solemos pensar

en riesgos como estos.

Es tan bello el paisaje y sin embargo

el rozar de tu mano

captura mi atención, reduciéndola al punto

que mis ojos olvidan lo que ven

como si ahora

miraran hacia adentro y encontraran 

tus manos en mi espalda.

Abajo está el peligro

pero nadie lo nota. No es otra la estrategia

de los oportunistas, de estos viejos reptiles

que conocen el hambre de memoria

como el único mapa de la vida.

Uno asoma su rostro, la redondez

del ojo nos espía a un costado y él

abre su boca inmensa y al cerrarla

cruje como una rama una piraña

que muere entre sus dientes.

Arriba está lo bello y continúa inmutable

como si ni siquiera

la muerte lo afectara o lo impecable fuera

el modo en que la muerte

se incorpora a la vida, así, sin sobresaltos.

No puedo imaginar ciertos finales

la manera en que las cosas se aniquilan

y pasan a formar parte del tiempo

de todo ese pasado que nos trajo hasta acá.

El bote va internándose entre islas

de inmensos camalotes

el conductor se baja y hunde

sus botas en la alfombra flotante de hojas vivas

rebosantes de verde, a punto de estallar

y nos señala una perfecta flor rosada

y dice que es la flor de los amantes.

Tira la embarcación hacia delante

con una soga. Detrás de él el cielo se despeja

cruzado por pájaros naranjas

que aletean sobre nosotras.

Arriba sigue

su curso la belleza y abajo la cadena

de bocas impiadosas comiéndose una a otra

también se continúa.

Estamos en el medio, no elegimos

mirar pero olvidamos

la rueda que nos lleva, no sabemos adonde

la holgura del peligro y del amor

que nos hace tan frágiles.



* Poeta nacida en Buenos Aires, ganadora del Primer Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero y el Hernández de Plata en categoría Poesía (2006); y el Primer  Premio Fondo Nacional de las Artes, en poesía (2008).

Correo electrónico: batijimenez@gmail.com.

Gramma, XXVI, 54 (2015), pp. 

© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Área de Letras del Instituto de Investigaciones de Filosofía y Letras. ISSN 1850-0153.