NOTA EDITORIAL.
En su Discurso a los
participantes en la plenaria de
Aunando este pensamiento con la necesidad
que, en el contexto actual del orden
social, moral y económico, representa la educación para el buen
desarrollo de estos aspectos tan caros a toda sociedad, queremos sumar al
Derecho como otro gran e indispensable colaborador en la superación de aquellas
pautas que nos conduzcan al tan ansiado Bien Común.
El
diálogo en todos los ámbitos –ciencia, culturas diversas, religiones, etc- , como
así también la escucha de todas las voces y el pensamiento crítico y profundo,
serán los hitos que marquen el punto de inflexión a partir del cual una
sociedad madure y se realice como Nación.
Sin
embargo, tales objetivos no logran realizarse plenamente sino a través del
desarrollo de dos herramientas de alta
eficacia: la educación y la investigación científica y, en nuestro caso,
jurídica. Es por ello que, en este número de Aequitas, las reflexiones de
quienes escriben abarcan temas de
ardiente y polémica actualidad, tales
como el concepto de muerte a la luz de los nuevos avances científicos, el gran
desafío que presenta la aparición y utilización de las redes sociales y la
importancia de que la justicia repare, entre otros tópicos, en la trascendencia
de establecer un régimen adecuado de comunicación entre padres e hijos.
Empero,
todo análisis de una situación actual, no podría efectuarse de un modo completo
y arrojar un resultado de veracidad, sin haber abrevado en el pasado histórico
que ha jalonado y contribuido a nuestra formación como sociedad. Adhiriendo a esta concepción, entonces,
también resulta de fundamental relevancia no olvidarnos de la historia y, en
dicha inteligencia, es que nuestras
páginas se encuentran abiertas a ello,
en esta edición a través de una enjundiosa reflexión acerca de la personalidad
de uno de los grandes hombres que
hicieron nuestra Patria: Manuel Belgrano, paradigma de honradez e inteligencia.
María Eleonora Cano
Directora Revista Aequitas.