NOTA EDITORIAL.

 

                       

El mes de septiembre nos llama a conmemorar a dos de los egregios protagonistas de la educación: al “Maestro” y  al “Profesor”. Las personalidades de Domingo Faustino Sarmiento y José Manuel Estrada, respectivamente, constituyen el paradigma por excelencia de la figura del Educador desplegada en todos los niveles de la enseñanza.

 

A  lo largo de la historia de nuestro pueblo, el emblema de quien transmite sus conocimientos y contribuye a la formación del ciudadano, no ha perdido su rol trascendente y, aunque su tarea no se encuentre suficientemente valorada, sin embargo, la actividad que le cabe desplegar -fundada esencialmente en la formación de mentalidades-, no debe ser soslayada y, en estas épocas especialmente, requiere ser revitalizada a través del reconocimiento efectivo por parte de los gobernantes y la ciudadanía toda.

 

Deseamos dedicar este número de Aequitas a nuestro querido profesor Luis Comparatore, quien partiera hacia el Señor el pasado mes de mayo.  Además de un comprometido Fiscal de la Nación, el Dr. Comparatore fue profesor de Nuestra Casa de Estudios hasta sus últimos días y se desempeñó como miembro del Comité de Redacción de Aequitas. Sus clases y toda la sapiencia que en ellas desplegara, fueron ejemplo de erudición y compromiso ético para quienes se formaron a su lado. Rogamos al Señor por el eterno descanso de su alma y para que sus enseñanzas permanezcan por siempre en el espíritu que abriga el conocimiento que transmitimos desde nuestras aulas. Como homenaje, nos permitimos editar uno de sus últimos trabajos  para la sesión “Reflexiones de interés”, cuyo tema ha sido dedicado a otro gran Maestro de esta casa, el Dr. Victor Irurzun.

 

           

                       

María Eleonora Cano

Directora Revista Aequitas.