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Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía
de su institucionalización en la primera etapa de la
democracia mendocina (1921-1946)
Andrés Abraham*
Resumen
El presente trabajo reconstruye la trayectoria de la Unión Cívica Radical
Lencinista (UCRL) como partido político de la provincia de Mendoza,
desde su origen en 1921 hasta el surgimiento del peronismo. Se busca dar
-
lización impersonal, luego de una década de triunfos electorales incontes-
tables, que dieron pie a un proceso de retraimiento desde los años treinta
hasta su posterior desaparición de la escena política local. En ese marco, se
pretende ponderar, en su derrotero como fuerza política, la incidencia del
personalismo, el nepotismo y el patrimonialismo, notas que —junto con el

el “Gaucho” y el “Gauchito” Lencinas— afectaron su unidad interna y su
competitividad como partido luego de la desaparición física del segundo,
en 1929, lo que dio pie a un proceso de faccionalismo, dispersión de las
bases y caída del respaldo electoral. Finalmente, se aborda el derrotero de
la sigla partidaria en el marco de las coyunturas posteriores que signaron el
contexto político provincial y el desempeño de su dirigencia en el camino
que llevó a su dispersión y ulterior desaparición como fuerza partidaria
competitiva en Mendoza.
Palabras clave
* Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales - Consejo Nacional de Investigaciones
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MIRÍADA. Año 14, N.º 18 (2022), pp. 103-144.
© Universidad del Salvador. Facultad de Ciencias Sociales. Instituto de Investigación en
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Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
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A family maer. The “UCR Lencinista” party and the aporia of its insti-
tutionalization throughout the rst period of the Mendocinian democracy
(1921-1946)
Abstract
This paper analyses the trajectory of the Unión Cívica Radical Lencinista (UCRL)
as a provincial political party of Mendoza (Argentina), from its origin in 1921 until
the emergence of the Peronista party. It seeks to elucidate its internal dynamics as a
party and the factors that aected its institutionalization, after the electoral success
in the 1920s, giving rise to a process of factionalism and retraction in the following
decade, until a greater disappearance from the local political scene. In this framework,
we intend to analyse, in its course as a political force, the incidence of notes such as
personalism, nepotism and patrimonialism. Those aspects — together with the weight
of the charismatic leaderships, built by their main gures: the “Gaucho” and the
“Gauchito” Lencinas — aected their internal unity and competitiveness as a party
after the physical disappearance of the second leader mentioned (in 1929), giving rise
to a process of factionalism, dispersal of the bases and fall of electoral support. Finally,
it focuses on the impact of the successive conjunctures that marked the subsequent
political context and the performance of its leadership in the stage that preceded the
dispersion and dismantling of the party in Mendoza.
Keywords: political parties of Argentina, Argentine political history, lencinismo
el nombre de Lencinas […] es la expresión más clara y más sincera de
los ideales del pueblo que ha dormido en la plaza y en la calle, que ha
tenido hambre y que ha tenido sed, que ha sido sableado por los groseros
escuadrones de la oligarquía, y todo por el ominoso delito […] de querer
el trabajo digno y la paga justa […] y no la patria triste de los indios y de
los rebaños.
—Editorial de La Palabra
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cracia en 1983, los espacios provinciales han sido recuperados como marco
para estudios de la Nueva Historia Política y constituyen escenarios que de-
notan tanto similitudes como diferencias en relación con procesos de orden
nacional. En lo que respecta a los partidos políticos, como señala Mansilla
(1983), una de las características atribuidas al sistema político argentino es
la abundancia de partidos provinciales, consecuencia —entre otros facto-
res— de la vocación federalista y de autonomía de los hombres del interior.
Para la primera mitad del siglo  se destacan, en el ámbito cuyano, los
casos del lencinismo mendocino y el bloquismo sanjuanino —fuerzas polí-
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...

ticas nucleadas en torno a las familias Lencinas y Cantoni—, que lograron
una identidad sólida y dejaron su impronta en el rumbo político de las res-
pectivas provincias a lo largo de los años veinte. Ambos partidos, surgidos
de facciones locales de la Unión Cívica Radical, adoptaron una estructura
interna, un discurso político y una plataforma de ideas que respondieron en
-
nícola del oeste argentino. Su objetivo de fondo común fue la mejora de las
condiciones de vida de los sectores populares, y su ascenso y permanencia
en el poder por medio de la movilización electoral de dichos sectores en
contra de las élites conservadoras.
Una de las claves interpretativas que ha predominado en el abordaje de
estos movimientos cuyanos es su caracterización como populismos tem-
-
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ese prisma, se han abordado cuestiones como la articulación de liderazgos
carismáticos, la prédica antioligárquica, el énfasis en la redistribución de la
riqueza, la legislación social y el rol asignado al Estado como mediador frente
-
biles de la cadena productiva vitivinícola y de otros sectores económicos. En
el plano partidario, Lacoste (1994a, 1994b) caracterizó al lencinismo como un
movimiento populista y enmarcó su trayectoria en el decurso de la historia de

élite partidaria y a los aspectos salientes de sus administraciones.
El presente trabajo retoma los aportes antedichos, pero busca poner el
foco en la evolución de esta agrupación como partido político provincial,
desde su creación en 1921, pasando por su rol de fuerza hegemónica pro-

peronismo en 1946. Se busca indagar, en el marco de su derrotero, en torno

impersonal y que incidieron en su paulatino declive electoral y la posterior
disgregación de sus huestes.
En ese marco, se busca dar cuenta del problema que generó para la
agrupación la desaparición física de su principal líder, Carlos Washington
Lencinas, como así también del rol de los lazos familiares en la vida interna
posterior. Asimismo, se indaga en las posiciones adoptadas por su dirigen-
cia en relación con la UCR a nivel nacional, su desempeño en el marco de
las intervenciones federales que afectaron a la provincia a lo largo de todo el
período y la respuesta que articuló frente al fraude electoral y las cortapisas
implementadas por los gobiernos demócratas entre 1932 y 1943. Finalmen-
te, se focaliza en la coyuntura del ascenso de Juan D. Perón, revisitando
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algunos tópicos discutidos por la historiografía relativos al nexo entre len-
cinismo y peronismo.
Se plantea como hipótesis que buena parte de los rasgos originarios que
dieron éxito a la agrupación en un comienzo se convirtieron luego en li-
mitaciones para su institucionalización. Junto con ello, se postula que la
cosmovisión de su dirigencia estuvo permeada por prácticas como el per-
sonalismo, el patrimonialismo y el nepotismo, notas que afectaron la vida
partidaria frente al escenario de crisis y persecución que siguió al golpe de
Estado de 1930 e igualmente al marco de alianzas políticas articulado en la
antesala del peronismo.
El lencinismo y su institucionalización como partido
Los estudios clásicos sobre el lencinismo han señalado que los liderazgos de
José Néstor Lencinas y su hijo Carlos Washington se convirtieron en facto-
res aglutinantes de la identidad partidaria —primero, radical y, desde 1922,

cualidades carismáticas de ambos líderes, su lenguaje llano y su cercanía
para con los sectores populares, frente a los cuales se presentaban como
sujetos comunes de pueblo, sin alardear de su condición doctoral. Su estilo
paternalista —común entre muchos dirigentes del interior— los hacía eri-
girse en árbitros tanto de las disputas partidarias como de las decisiones de

detalle.
En ese marco, la vida partidaria interna quedó signada por un bajo gra-
do de institucionalización. De la cúpula partidaria hacia abajo, el grueso de
los dirigentes procuró obtener en forma constante el beneplácito y la pro-
tección del líder. De modo equivalente, la disciplina y la lealtad al partido
se mimetizaban con el vínculo personal que unía a dirigentes y bases con el

rol de dispensador de cargos partidarios, candidaturas, puestos públicos y
otro tipo de incentivos materiales o simbólicos (Rodríguez, 1979).
Esta dinámica intrapartidaria, caracterizada por el personalismo y por
la articulación identitaria y de lealtades en torno a los atributos inherentes
al jefe carismático, dio pie al verticalismo y al carácter rudimentario de la
organización de las huestes partidarias. La “máquina” así articulada fue
exitosa en el marco de los triunfos electorales que acompañaron al partido
radical —desde 1916 hasta 1920— y luego al partido lencinista —desde 1921
hasta 1928—. Pero, con el fallecimiento de Carlos Washington Lencinas en
noviembre de 1929 y debido al clima adverso generado primero por dos
intervenciones federales de signo político contrario y luego por los gobier-
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
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nos del Partido Demócrata Nacional, la situación cambió drásticamente. El

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Cabe pensar que la estructuración y el funcionamiento del partido len-
cinista en los años veinte dan cuenta del predominio de caracteres que
Panebianco (1990) asigna al tipo de partido “carismático”, principalmente

“Gauchito” Lencinas, como así también en el rol clave que cumplieron los
lazos familiares en la vida partidaria desde su origen. En este tipo de par-
tidos, el líder es demiurgo de la agrupación y se coloca luego como instru-
mento de expresión política de este, lo que da pie a un proceso de persona-
lización extrema. En el plano interno, la organización partidaria no conoce
reglas, se halla centralizada en un alto grado y rigen criterios personalistas

indispensable de estos para escalar posiciones. El líder suele ocuparse de to-

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externos—, dispensa incentivos selectivos, delimita la agenda y se convierte

fuerza política.
El carisma deviene también en aglutinante identitario y en eje articu-
lador de la relación social con el electorado, centrada rigurosamente en el
vínculo personal con el jefe, unida a la validación pública de las cualida-

tendencia contraria a la institucionalización y una preferencia por formas
de movilización y vinculación directas (Panebianco, 1990). Las variables de
tal tendencia, conforme advierte este autor, pueden hallarse en el grado de
autonomía respecto del ambiente y en el nivel de sistematización e interde-
pendencia entre las distintas partes de la organización.
La baja institucionalización no es un obstáculo en sí mismo. El proble-

reconvertirse en otro liderazgo —reconocido como tal—, disolverse —y dar

y la gestación de una estructura orgánica impersonal. En este último caso,
la vía típica es la profesionalización de los cuadros partidarios y la articu-
lación de reglas de juego que permitan la solución previamente normada
de disputas o rivalidades intrapartidarias, como así también el funciona-
miento regular de sus órganos internos, en un marco decisorio horizontal y
participativo, con un carácter impersonal e imparcial en la tarea directiva.
Una segunda instancia requiere del desarrollo y difusión de “lealtades or-
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
108

y votantes— con la agrupación, una vez rutinizado el carisma (Panebianco,
1990, p. 116). A continuación, se propone reconstruir brevemente las etapas
salientes de la trayectoria partidaria de la UCR Lencinista para dar cuenta
—a partir de la propuesta interpretativa de Panebianco (1990)— del proble-
ma generado por la desaparición del liderazgo carismático y de las respues-
tas que ensayó la dirigencia supérstite frente a ello.
Los orígenes: el radicalismo mendocino y el predominio de la facción
lencinista
La historia de la Unión Cívica Radical de Mendoza en sus comienzos está

en San Carlos —un departamento rural de Mendoza—, se graduó de abo-
gado en la Universidad de Córdoba. De regreso a su provincia, comenzó su
carrera política de la mano del “juarismo” como diputado provincial. En
octubre de 1890, se vinculó a la Unión Cívica y, en 1891, a la Unión Cívica
Radical. En 1892 recibió el respaldo de Alem para la dirección del partido
en Mendoza y desde entonces construyó un liderazgo con bases de apoyo
propias, sustentado en su prédica intransigente y su vinculación con las
clases populares, facilitada por su rol de abogado de obreros y peones, que

actuación como intendente de la Capital durante el gobierno de Pedro N.
Ortiz (1891-1892), pero luego pasó al ostracismo y combatió a los gobiernos
conservadores desde el llano, encabezando la facción partidaria conocida
como “roja”, cuya intransigencia se contraponía a la disposición aliancista
para con los conservadores de los radicales “moderados” (Lacoste, 1994a).

un triunfo fugaz que incluyó el sitiado de la ciudad capital, la toma de la
casa de Gobierno y la detención del gobernador Galigniana Segura. Sin em-
bargo, luego de anoticiarse del fracaso a nivel nacional, los revoluciona-
rios debieron exiliarse en Chile, donde permanecieron hasta mayo de 1906,
cuando fueron indultados.
De vuelta en la provincia, retomó la conducción de la rama mayoritaria
de la UCR local y sostuvo una postura abstencionista hasta 1913, cuando el
Comité Nacional dio cauce a la acción proselitista. Por entonces, encabezó
los trabajos electorales para la candidatura de Diógenes Aguirre a la gober-
nación, quien resultó derrotado por el liberal reformista Francisco Álvarez
en los comicios de diciembre de ese año. Pero luego, en las elecciones del
2 de abril de 1916, la UCR triunfó en Mendoza, y Lencinas fue elegido di-
putado nacional, y preparó desde entonces su candidatura para goberna-
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
109

públicamente como “lencinistas”, denominación que daba cuenta de su
liderazgo indiscutible puertas adentro del radicalismo mendocino y de la

Finalmente, en las elecciones provinciales que tuvieron lugar en ene-
ro de 1918, se enfrentó al dirigente conservador Emilio Civit y triunfó am-
pliamente, para acceder a la gobernación el 6 de marzo de ese año1. Como
gobernador, Lencinas sostuvo el ideario radical de la “reparación”, pero lo
dotó de una tónica obrerista y protectora de los sectores populares. Desde
el gobierno, promovió una legislación de avanzada en el plano laboral y

de ocho horas y salario mínimo (1918), creación de la Inspección General

públicos (1918).
-
calismo como representante exclusivo del “pueblo” mendocino, frente al
accionar de los conservadores, cuyos intereses estaban ligados a la oligar-
quía vitivinícola provincial y por ello eran ajenos a las necesidades de los
sectores populares (Richard-Jorba, 2013). Por su parte, en el plano partida-
rio, se promovió una reorganización de los comités departamentales de la

públicos, algo que fue cuestionado por los radicales disidentes, opositores
a Lencinas2, en tanto contravenía una disposición de la ley electoral local
(“Movimiento político. La disidencia radical”, 1918). Igualmente, se dio
continuidad a la oferta de servicios profesionales gratuitos en varios locales
partidarios3.
1 La campaña electoral se polarizó entre radicales y conservadores, gestándose un clivaje
   
(Abraham, 2019).
2 Desde 1916, un grupo de dirigentes —encabezado por Agustín Vaquié— se desvinculó del
comité presidido por Lencinas y formó una facción autónoma, denominada “Unión Cívica
Radical de Mendoza”, o bien “Partido Radical”, la cual compitió contra sus excorreligiona-
rios en algunos comicios. Sobre un panorama de las facciones radicales del período, véase
Lacoste (1994a).
3 El radicalismo ofrecía servicios profesionales gratuitos en algunos comités desde 1916. Di-
cha estrategia proselitista no era nueva (la llevaban a cabo tanto conservadores como socia-
listas), pero tuvo, a partir de 1918, mayor sistematicidad y penetración territorial de la mano
de Lencinas, sobre todo en épocas de campaña. En abril de 1919, el comité central partidario
dispuso una nómina de abogados, médicos, procuradores judiciales y parteras para la aten-

y secretario de sus respectivos comités departamentales o seccionales (“Consultorios gratui-
tos de Unión C. Radical”, 1919).
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
110
El mandato de Lencinas fue sumamente polémico y se vio interrumpido
por una intervención federal ordenada por Yrigoyen, que se extendió de fe-
brero a julio de 1919. Esta tuvo origen en su estilo político confrontativo y

local, el Poder Judicial, la oposición conservadora en la Legislatura y el vicego-
-
no nacional desató una disputa personal entre Lencinas e Yrigoyen4, aunque
no se llegó, en ese momento, a una ruptura abierta entre ambos. El dirigente
-
vención presidiera elecciones de renovación total de la Legislatura. Fortaleci-
do por el resultado electoral, dio impulso a la expulsión del vicegobernador
del partido y de su cargo —por medio de un juicio político, luego de que el Se-
nado lo declarase “insano”— y excomulgó también a dirigentes que se solida-

y llegó a desconocer atribuciones a una comisión parlamentaria enviada por el
Congreso para estudiar la situación mendocina (Rodríguez, 1979).
Lencinas falleció el 20 de enero de 1920, a dos años de haber asumido,
aquejado por un problema de uremia. Su funeral fue una verdadera apo-

entre los sectores populares con ribetes místicos y cuasirreligiosos de “san-
to” popular, además de incorporarse su aniversario de fallecimiento como
efeméride clave del calendario partidario (Aguerregaray Castiglione, 2018).
Su desaparición dio pie a una disputa por el liderazgo de las huestes
-
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necer en el poder. Incluso disolvió la Legislatura en mayo de 1920, hecho in-
usitado que motivó el envío de una nueva intervención federal —presidida
por Eudoro Vargas Gómez— con mandato de resolver la crisis institucional
y llamar a elecciones de gobernador.
El surgimiento de la UCRL y su trayectoria en los años veinte
Con el ascenso de Yrigoyen a la presidencia en 1916, la UCR se convirtió en
partido de gobierno luego de varios lustros de lucha política desde el llano,
tanto en el plano nacional como en varias provincias. La nueva condición

4 En abril de 1919, se produjo un cruce epistolar entre Yrigoyen y Lencinas, que fue zanjado
           
Según relata Olguín (1961), Yrigoyen se habría disgustado por la situación mendocina y

radicales, sino solo “lencinistas” (p. 446).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
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objetivos de “reparación” y a los alcances de la acción transformadora en el
plano institucional. Esto dio lugar a disputas intrapartidarias que signaron
la vida del partido a lo largo de la década de 1920.
En ese marco, estudios como los de Persello (2004, 2007) analizaron el
faccionalismo en los escenarios nacional y provinciales, señalando su im-
pacto negativo en la institucionalización de la UCR. Su corolario fue la con-
formación de la UCR Antipersonalista en 1924, tema abordado en detalle
por Piñeiro (2007). Estos abordajes advierten sobre la necesidad de contex-
tualizar la relación de la UCRL con el yrigoyenismo e igualmente con el
gobierno de Alvear (cuyo estilo político tuvo características singulares [Ho-
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posición independiente a lo largo del período, a pesar de que su obediencia
fue disputada por ambos núcleos radicales nacionales.
Luego de la muerte de José Néstor Lencinas y del interregno irregular
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sición más radicalizada cupo a un grupo encabezado por Antenor Pereira
y por Carlos Washington Lencinas —hijo del exmandatario, por entonces
diputado provincial y secretario del Comité Provincial—. Estos se enfren-

nacionales e igualmente ante el Comité Nacional de la UCR6.
Desde el arribo del interventor Vargas Gómez en 1920 hasta las eleccio-
nes de diciembre de 1921, coexistieron en la provincia varias facciones que
buscaron arrogarse la representación radical. En mayo de 1920, arribaron

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una candidatura única para la gobernación.
Carlos Washington Lencinas (1888-1929) era el tercer hijo de José Néstor Lencinas y Fidela
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
distrito, y, en marzo de 1920, accedió a una banca de diputado nacional por la minoría. En
febrero de 1922, asumió la gobernación con solo treinta y tres años. Desplazado del poder por
la intervención de Enrique Mosca, fue elegido senador nacional en 1926, pero nunca logró la
aprobación de su diploma. Murió asesinado en un acto político en Mendoza el 10 de noviem-
bre de 1929 mientras daba un discurso. Diversos autores destacan sus habilidades oratorias, su
fortaleza física para soportar extensas giras políticas y su cercanía con los sectores populares,

6 El periódico opositor El Autonomista denominó despectivamente a este grupo los “guasin-
tones”, lo que daba cuenta del liderazgo naciente del hijo del exgobernador, y lo cuestionó
por autoproclamarse heredero del “patrimonio político” de aquel y por creerse “único jefe

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había acusado de “traidor” en una carta que luego se reprodujo en las páginas del diario
radical La Montaña (“Con motivo de una carta”, 1920, p. 6).
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
112
Al arribo de los comisionados, se contabilizaban seis facciones. Primero, se
encontraba el Partido Radical, que nucleaba a antiguos opositores a José Nés-

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zado por el diputado nacional Francisco Rubilar (que acaudillaba a dirigentes
expulsados por Lencinas en diciembre de 1919, como los diputados nacionales
Emilio Quellet y Carlos Gallegos Moyano), que se dividió a la sazón en dos fac-
-
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Pereira y Carlos W. Lencinas —electo diputado nacional en marzo de 1920—,
que también se escindió en dos. Merced a la intransigencia de las dos últimas
7.
En julio la intervención federal convocó a elecciones para gobernador,
y, desde el Comité Nacional, se impulsó como candidato al exgobernador

con beneplácito de Yrigoyen. Disgustado, el sector lencinista neutralizó

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gantini (h) como compañero de fórmula.
Con motivo de la presentación de boletas de las candidaturas para la
aprobación por la Junta Electoral provincial, las facciones de Pereira y Len-
cinas se disputaron en el terreno legal la sigla “UCR”. Previendo que la Jun-
ta fallaría a favor de los primeros, por haber hecho antes la presentación y
-
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cinista”, para presentar luego boletas con tal nombre (“Fue aceptada por la
junta electoral la denominación Unión Cívica Radical Lencinista”, 1921)8.
7 En junio de 1921, se convocó a una reunión de un congreso partidario auspiciado por el Comité
Nacional, pero Lencinas —en su calidad de secretario del Comité Provincia— ordenó a sus de-

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convencionales se reunieron aparte y desautorizaron la expulsión hecha por Lencinas. Gestaron
así una nueva mesa directiva presidida por Antenor Pereira e integrada por los “teisseristas”. Por
último, dentro del rubilarismo, se disgregó un núcleo de dirigentes que promovió la candidatura
a gobernador del senador nacional Jorge Céspedes, rompiendo con Rubilar. En ese marco, se

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8 Según el testimonio posterior de José H. Lencinas (1963), el agregado respondió a la prohibi-
ción expresa del Comité Nacional de usar el nombre “UCR” y fue un homenaje “a la memoria
de nuestro padre y a su gran obra de justicia social, que el pueblo mendocino había empezado
a sentir” (p. 108).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
113
En diciembre de 1921, hubo elecciones de gobernador, en las que triunfó
la UCRL con el binomio Lencinas-Gargantini (h), derrotando ampliamen-
te a los candidatos del Partido Liberal, el Partido Radical y el socialismo.
La asunción de Carlos Washington como primer mandatario en febrero de

facciones radicales. Desde un primer momento, su decisión fue mantener la
UCRL como facción autónoma, aunque se avino formalmente a las gestio-
nes conciliadoras del Comité Nacional9.

convocó a una convención reorganizadora, designó autoridades y eligió por
su cuenta candidatos a diputados nacionales, legisladores y electores de presi-

José Hipólito (1892-1978) fue designado secretario partidario, y Rafael Néstor
(1896-1972) fue elegido presidente del Comité de la Juventud. El primero era
abogado y fue secretario de su padre y director del diario radical La Monta-
ña
Provincia, hasta su elección como diputado nacional (1923-1924 y 1924-1928).

carrera para dedicarse a la política. Fue elegido diputado provincial en 1922
y luego, en 1924, presidente de la Cámara de Diputados local. Asimismo, am-
bos hermanos se alternaron desde entonces en cargos partidarios de primer
orden y en la dirección del diario lencinista La Palabra10.
En las presidenciales de 1922, la UCRL triunfó nuevamente en Mendoza
y los liberales obtuvieron la minoría, quedando rubilaristas y “fusionados”
en tercer y cuarto lugar. En el Colegio Electoral Nacional —reunido en ju-
lio—, los once electores lencinistas votaron por la fórmula Alvear-González.
La estructura del nuevo partido siguió el modelo radical, contando con
un Comité Central y una mesa directiva —integrada por delegados de este,
encargada de tareas operativas—. Luego, había comités departamenta-
les, comités seccionales y subcomités en barrios o zonas de campaña y un
9
de los agrupamientos que habían competido en forma separada (tabaneristas, baecistas, len-
cinistas y rubilaristas). Luego de algunas reticencias, los dos primeros se avinieron a nego-

representantes a la Convención Nacional de la UCR, que elegiría la fórmula presidencial,
integrando la comitiva cuatro lencinistas —entre ellos, José Hipólito y Rafael Lencinas—,
tres tabaneristas y un baecista. Quedaron afuera los rubilaristas, que se negaron a cualquier
acuerdo con Carlos W. Lencinas (“Movimiento político”, 1922).
10 José Hipólito fue director del diario La Palabra
siguió vinculado al directorio comercial. Luego publicó diversos libros en editoriales locales.
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
114
Comité Provincial de la Juventud11. Además, en épocas electorales, solían
abrirse comités ad hoc en viviendas de dirigentes o correligionarios, que se
cerraban luego de los comicios. Entre 1922 y 1924, se destacaron, además,

Lencinas”12. Existían también un Centro Lencinista de Estudiantes Secun-
darios, un Centro Deportivo Lencinista, comités obreros (como el de los
ferroviarios) y hasta un Centro Lencinista Femenino13. Finalmente, la UCRL
reunía cada cierto tiempo su convención partidaria —por lo general, en el
-
turas o pronunciamientos sobre cuestiones políticas relevantes.
En septiembre de 1922, se inauguró —con la presencia del gobernador
y de altos funcionarios— el Círculo de Armas, club que constituyó el epi-
centro de la sociabilidad lencinista y que estuvo presidido por José H. Len-
cinas (“Círculo de Armas”, 1922). Ocupaba la antigua sede del Jockey Club
(frente a la plaza San Martín, en la Capital) y en él se realizaban reuniones
sociales y partidarias, como así también recepciones de delegaciones parti-
darias y de dirigentes nacionales y de otras provincias.
En sintonía con la simbología partidaria, desde el gobierno se ensalzó

la Casa de Gobierno, en la Legislatura14
realizó un funeral público con honores en el quinto aniversario de su falle-
cimiento y se encargó una obra histórica sobre su gobierno. Asimismo,
se asignó su nombre a la tradicional Escuela de Comercio, a un hospital
11
Jefe Lencinas”, “Gaucho Lencinas”, “Gobernador Lencinas”, etc.), a dirigentes partidarios en

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lencinistas (“Pensión a la Vejez”, “8 horas”) o a efemérides partidarias (por ejemplo, “26 de

la asunción al gobierno y muerte de Lencinas padre).
12-
fusa agenda cultural y de espectáculos en cines y teatros, orientada a la educación y recreo
de los sectores populares, que incluyó veladas musicales, cinematografía, obras de teatro,

13 Conforme advierte Lacoste (1994b), el comité femenino fue objeto de críticas de la oposi-
ción y de la prensa, en cuanto que se entendía que sus integrantes eran empleadas públicas
       
entidad.
14 La oposición conservadora cuestionó la medida por considerarla “personalista” (“Los bú-
hos apagadores”, 1922).
 El encargo fue asignado al exministro de Hacienda y futuro historiador revisionista Dardo
Corvalán Mendilaharsu, aunque no hemos hallado registros de que tal obra se hubiese pu-
blicado (“¡Vivan las memorias del noble gaucho Lencinas!”, 1924).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...

(inaugurado en mayo de 1924), a una estación de trenes y a una localidad
en el departamento Santa Rosa, e incluso a un equipo de fútbol. Esta acción

suscripción de un fondo promonumento a Lencinas— o de particulares,
que incluyeron creaciones artísticas en homenaje al exgobernador16. La es-
tructura partidaria sirvió de respaldo al gobierno de Carlos Washington en
       
“deroguista” encabezado por los bodegueros, que buscaban la abrogación
de leyes regulatorias y de nuevos impuestos al sector17.
El gobierno lencinista debió enfrentar desde mediados de 1923 una pro-

“letras de tesorería”, títulos públicos de deuda provincial, cuya devaluación
afectó el poder adquisitivo de la población y las arcas del Estado provincial
18. El agravamiento de tal problemática motivó el envío de una
intervención federal, decidida por ley del Congreso a pesar de la reticencia
de Alvear. Asimismo, esto provocó la expulsión del diputado nacional Ro-
berto Rincci de la UCRL, luego de ser acusado de “traidor” por no defender
la posición del gobierno ante la prensa opositora en línea con lo dispuesto
por las autoridades partidarias frente al asunto de las letras (“Expulsión de
Rincci de la Unión Cívica Radical Lencinista”, 1923).
En la antesala del envío de la misión federal, la UCRL llevó adelante
diversas acciones políticas y propagandísticas en defensa del gobierno
provincial, relativizando su responsabilidad en la cuestión19. Hubo otras
acciones ingeniosas, como la producción y venta de pan a precios bajos,
16 El músico Víctor Greco y el compositor Alberto Rodríguez dedicaron a Lencinas dos obras
musicales —un himno y un tango instrumental, respectivamente—, y se confeccionó y pro-
El lencinismo triunfante, cuya autoría nos es descono-
 
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nino y exlegislador bloquista Carlos Montbrun Ocampo.
17 En ese marco, el partido pidió al gobierno hacer caso omiso a los reclamos de los bode-
gueros, cuyo carácter minoritario contrastaba con el mandato de la UCRL, en cuanto que
el partido representaba al “80% del electorado” y al “90% de la población” mendocina (“El

18 En el ámbito comercial, las letras fungieron como cuasimonedas, pero sufrieron una de-

hacia mediados de 1924, al 40 % de su valor de emisión—. Esta situación afectó principal-
mente a los sectores populares (que cobraban su salario en esta cuasimoneda) e igualmente
la solvencia del Estado provincial, que la recibía al recaudar impuestos locales.
19  
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a los bodegueros, los intermediarios y los almaceneros (“Industriales y comerciantes, he ahí
los culpables”, 1924).
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
116
conocido como “pan radical lencinista” (“Una obra que merece aplauso”,
1924). Asimismo, algunos comités retomaron la oferta de servicios médicos


1923)— y se propusieron nuevas formas de propaganda para acercar el
mensaje partidario a la población20.
Otra iniciativa partidaria original se dio en torno a la utilización pionera

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Palabra
fue el discurso de apertura de sesiones de Lencinas en la Legislatura —el 1
de junio de 1923—, y, a partir del éxito de la prueba piloto, el gobernador
gestionó la primera concesión local de una licencia para una emisora radial
(Oliva, 2017).
En octubre de 1924, arribó a la provincia el interventor federal desig-
nado por Alvear, el santafesino Enrique M. Mosca. Entre otras cosas, el co-
misionado promovió investigaciones sobre irregularidades cometidas por
Lencinas y sus funcionarios, que salpicaron a los miembros de la familia
del gobernador, lo que daba cuenta del nepotismo y de la concepción pa-
trimonialista que se tenía en relación con el Estado21. Si bien no se llegó a
resoluciones de fondo, la acción judicial sirvió para amedrentar y coartar el

En lo que respecta a las relaciones con el radicalismo a nivel nacional, la
UCR concurrió a la Convención Nacional radical enviando delegados hasta
1924 y se acercó a la UCR Antipersonalista cuando esta se constituyó22. Sin
embargo, no hubo luego vinculaciones orgánicas a nivel partidario, y los
20
carteles con caricaturas y dibujos alusivos por vías no convencionales, para lo cual crearon
un comité encargado de la propaganda. Entre otros, integraron ese comité el pintor Fidel De

lencinista”, 1924).
21
Lencinas en diversas áreas de la Administración y en la Legislatura, señalando que su clan
emuló las prácticas de las familias conservadoras tradicionales, gestando un “nepotismo

22 El lencinismo entrevió en su acercamiento coyuntural a la corriente antipersonalista una
forma de canalizar su inquina hacia el yrigoyenismo y también un salvoconducto frente a
la situación de punto muerto en que se hallaba su dirigencia en el marco de la intervención
federal de Mosca. En diciembre de 1924, se anunció la visita a Mendoza de la Junta Reorga-
nizadora del Radicalismo Antipersonalista y la consumación de un acuerdo por el cual se
proclamaría a la UCRL como la “única entidad” que representaba a la fuerza nacional en la
provincia (“La reorganización del radicalismo mendocino”, 1924).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
117
nexos se limitaron a su acción mancomunada en algunos debates y votacio-
-
rales de utilidad para ambos (Lacoste, 1994a).
En diciembre de 1924, el partido convocó a una convención para elaborar
su plataforma, la cual tuvo una fuerte tónica obrerista. Un cronista porteño
que presenció su desarrollo destacó que la reunión “dejó la sensación de
una asamblea regimentada, en la que el predominio del exgobernador” era
“indudable” y en la que “las decisiones estaban adoptadas de antemano”

la cúpula dirigente buscaba azuzar el ánimo del público y promover el uso

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defensa de su gestión y ensalzó a la UCRL, destacando su trayectoria de
“oposición gloriosa de treinta años y dos gobiernos progresistas”, además
-
veniente del viejo árbol de Alem, capaz de recoger las gloriosas tradiciones
de «la causa»” (“Una convención pintoresca”, 1924, p. 1).

para enero de 1926. Con motivo de la primera convocatoria, en junio de

gobernador, a la que llegó Carlos W. Lencinas como favorito. Sin embargo,
previendo el posible cuestionamiento opositor a la legalidad de su postula-
ción (dado que la Constitución mendocina vedaba expresamente la reelec-
ción del gobernador), la Convención Partidaria proclamó la candidatura de

provinciales muy cercanos al máximo líder lencinista (“Convención de la

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al exministro de Hacienda Agustín Moyano y a otros tres exfuncionarios
acusados de complicidad con la emisión ilegal de letras de tesorería. El líder
se hallaba de gira en General Alvear, a donde fue a buscarlo la policía. Des-
de la cárcel, donde fue visitado por dirigentes partidarios y por numeroso
23. La
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23 Este se tituló “De pie ante mi pueblo” y en él Lencinas hacía un llamamiento a sus se-
guidores —especialmente a los obreros— para luchar por las libertades cercenadas por el
gobierno federal, dando a entender que su prisión era consecuencia de su lucha incansable
por el “bienestar de las clases humildes y laboriosas” y fruto de la confabulación de todos
sus enemigos, que buscaban anular el poderío de su partido (“Mensaje del Dr. Carlos W.
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Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
118
Luego de dar a conocer la convocatoria a elecciones, Mosca siguió in-

candidatura de Joaquín Sayanca, ministro de la Suprema Corte local y del
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nimidad el mandato de sus autoridades, entre ellas, José Hipólito Lencinas
(presidente del partido y de la convención) y Carlos Washigton, que fue ele-
gido presidente honorario y fue ovacionado luego de su discurso de cierre

Figura 1
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Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
119
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el 6 de febrero de 1926. Se reconoció tributario de José Néstor Lencinas, a
quien reconoció como un líder que dedicó “su vida y su inteligencia al le-
vantamiento moral e intelectual del pueblo” (“Gobierno del pueblo”, 1926,
p. 2). Carlos Washington asumió como senador provincial y presidente pro-
visorio del Senado, cargo desde el cual fue electo senador nacional.
Cabe destacar que entre 1922 y 1928 la UCRL triunfó en todos los co-
micios nacionales y locales, y logró la representación mayoritaria de dipu-
tados nacionales y la mayoría en la Legislatura. En el Congreso Nacional,
sus legisladores constituyeron junto a los diputados cantonistas el “bloque
izquierdista” (Piñeiro, 2007), cuyo apoyo fue disputado tanto por yrigoye-
nistas como por los antipersonalistas. Sin embargo, la asunción de los legis-
ladores nacionales electos por el lencinismo encontró en diversas oportuni-
dades el escollo del tamiz parlamentario merced al requisito de aprobación
de los diplomas por las cámaras respectivas, instancias donde enfrentaron
la animadversión de los bloques personalista, conservador y socialista.
Los debates de los diplomas de los legisladores mendocinos electos por
la UCRL se convirtieron en una suerte de extensos “juicios de residencia”
de las administraciones lencinistas. Los contrapuntos solían ir más allá del
-
norama de la situación política provincial y se pasaba revista por el desem-
peño de sus gobernadores. Eran comunes las acusaciones focalizadas en
la trayectoria de los dirigentes del partido, y en distintas oportunidades se
solicitó información a la justicia local y al Ministerio del Interior —princi-
palmente los informes de los comisionados federales en la provincia— para
dar cuenta de las causas judiciales abiertas contra los dirigentes electos.
Asimismo, se trataba de una instancia donde la oposición podía expresar

En 1924 se debatieron los diplomas de José H. Lencinas y Luis Olmedo
Cortés, diputados electos por la UCR en las elecciones de marzo de ese
año. Se ventilaron, en ese marco, acusaciones relativas a los comicios —
entre ellas, el porcentaje de abstención y denuncias por falta de libertad
en la acción proselitista— y se responsabilizó al lencinismo por la grave
situación económica de la provincia y por irregularidades en la adminis-
tración. El diputado independiente Frank Romero Day propuso su recha-
zo, contando con el apoyo del diputado Rincci (exlencinista). Finalmente,
pese al voto en contra de los yrigoyenistas, los diplomas se aprobaron por
74 votos contra 44 (“La Cámara de Diputados de la Nación aprobó los
diplomas de Mendoza”, 1924).
Luego, en mayo 1926, se aprobaron las elecciones y los diplomas de los

Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
120
independiente que encabezó la lista lencinista por pedido de Carlos W.
Lencinas). Pero fueron objetados en junio los diplomas de Agustín Moya-
no y Rafael Néstor Lencinas24. Personalistas y antipersonalistas ofrecieron
a la UCRL su apoyo para las votaciones como condición de que ese parti-
do se alinease a nivel nacional con ellos. Finalmente, en agosto 1930, fue
rechazado el diploma de José H. Lencinas, electo por la minoría en marzo
de ese año.
De modo similar, en el Senado Nacional, fueron rechazados los diplo-
mas de Carlos M. Puebla (en 1924) —por ser de nacionalidad chilena— y de
Carlos W. Lencinas. Este último había sido electo por la Legislatura mendo-

Ante las dilaciones en el tratamiento de su diploma, Lencinas renunció a
la nominación. Pero una nueva Asamblea Legislativa local convocada en

lograr rubricar el acta correspondiente, por falta de quorum legal en las se-

que se extendió hasta el debate parlamentario abierto en julio de 1929. El
.
Los pronunciamientos sobre el lencinismo y la situación política local se
dieron también en los debates sobre el envío de intervenciones federales.
Por ejemplo, en julio de 1928, al debatirse la intervención al gobierno de

Mendoza era campo propicio para la acción de “aventureros” que habían
-
medio de la intervención federal para reorganizar los tres poderes locales
y el régimen municipal, que, a su entender, habían sido “desvirtuados por
una familia” alrededor de la cual giraba la historia reciente de la provincia.
En esa línea, denunciaba que dicha familia era “privilegiada y preponde-
rante”, detallaba luego los sucesivos cargos ocupados por cada pariente
en la función pública, aseverando que “nada se mueve sin su anuencia”
-
24 A Moyano se le enrostró el proceso judicial que se le seguía con motivo de la emisión
incontrolada de letras de tesorería, mientras que de Rafael Lencinas se sacó a la luz su impu-

comercial creada en 1923, que fue proveedora del Estado y habría adulterado facturas y
cobrado por provisiones que no entregó). Ambas cuestiones habían sido investigadas por la
Intervención Federal de Mosca, que comprobó fraude y remitió las actuaciones a la justicia
ordinaria.

de septiembre de 1929) fue compilada por la Comisión de Prensa de la UCRL y publicada
como libro bajo el nombre Lencinas e Irigoyen, federalismo y unicato, en octubre de 1929.
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
121
mo, advertía que en la justicia provincial los Lencinas promovían el nom-
bramiento de magistrados para obtener “fallos judiciales favorables contra
derecho” y que, si bien Carlos W. Lencinas era legislador, se comportaba
como si fuera “el gobierno mismo”, concibiéndose por encima del propio

En el debate, tanto los conservadores como los yrigoyenistas manifesta-
ron su rechazo a los excesos cometidos por los funcionarios lencinistas en
el poder provincial, sus dependencias y en los municipios, tanto en el pla-
no administrativo como en lo que hacía al recurso a la violencia política26.
Igualmente, se ventilaron acusaciones de nepotismo y corrupción, siendo el
-
nistas en el recinto. La intervención fue aprobada y el presidente Yrigoyen

asumió el gobierno provincial en diciembre de 1928 y permaneció hasta el 6
de septiembre de 1930. Su mandato tuvo como objetivo expreso desarticu-
lar al lencinismo, para lo cual instaló una “maquinaria de aniquilamiento”
orientada a encausar y enviar a prisión a exfuncionarios y dirigentes de ese

la violencia política para minar sus chances electorales.
En las elecciones de diputados nacionales y electores de presidente y
          
UCRL, cinco, sufragando estos últimos a favor de la fórmula Melo-Gallo.
Se registraron diversas denuncias y hechos sangrientos, que implicaron a la
policía bajo el mando de la intervención y tuvieron como víctimas a dirigen-
tes y a simpatizantes lencinistas.
   
críticas contra el gobierno desplazado. Una de esas voces fue la Unión Cí-


sus administraciones por haber sacralizado el nocivo programa político de

heredando sus métodos de gobierno personal y misterioso, aspirando
tan sólo a mantenerse en el poder y para perpetuarse en él sembraron
la discordia social, fomentando el caudillismo de menor cuantía y
dividiendo a la sociedad en clases enemigas […]. Ese radicalismo […]
ha implantado en la Provincia la tiranía blanca, halagando al pue-

26 Según Lacoste (1994a), el lencinismo hizo amplio uso de la violencia política como forma
de amedrentar a los opositores políticos, articulando un aparato que incluyó tanto la repre-
sión policial como la acción clandestina de bandas parapoliciales de matones —amparados
en su accionar por la policía y la complicidad de la justicia local—.
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
122
trastornado la economía de la Provincia. […] el gobernador retuvo en
sus manos todos los poderes, por los invisibles hilos del sometimien-
to. Se practicó el régimen del calabozo, convirtieron a la policía en
juez de instrucción, se abusó del torniquete —del agua y del vino—,
del sumario secreto y de la multa administrativa, conservándose

Unión Cívica Provincial al pueblo de la Provincia”, 1929, s. p.)27.
-
-
ción de Carlos W. Lencinas, luego de comprobarse irregularidades en el
cobro de sus honorarios cuando era abogado del banco provincial (“Fue
detenido ayer en Mendoza el ex gobernador Carlos Lencinas”, 1929). Esta
investigación fue un motivo más para el aludido rechazo del diploma de
Lencinas en el Senado Nacional.
Dos meses después, el 10 de noviembre de 1929, Lencinas fue asesinado
mientras daba un discurso en el Círculo de Armas, luego de su regreso a la
28. El funeral fue multitu-
dinario y, al igual que en el caso de su padre, la imagen y la conmemoración
del fallecimiento de este dirigente pasaron desde entonces a integrar la ga-

Como puede verse, por un lado, la etapa que va del triunfo de Lencinas
padre al fallecimiento de Carlos Washington estuvo signada por una fuer-
te vitalidad partidaria y fortaleza electoral del lencinismo, con sustento en
el liderazgo carismático de sus prohombres, a pesar de las trabas impuestas
27 La alusión al “torniquete” remite a las prácticas discrecionales de distribución del agua de
riego que hacían los gobiernos provinciales —tanto conservadores como lencinistas— por
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metafórica del artilugio anterior, pero en sentido inverso, que alude a la práctica de distribu-
ción de vino en grandes cantidades que se hacía en los comités partidarios para amenizar re-
uniones políticas o en la antesala de una elección, muchas veces acompañado de empanadas
y del consabido asado de “carne con cuero”. La provisión de vino era al parecer muy común
en los comités lencinistas, según referencia de varios testigos de época y partidos opositores
como el socialismo, que veían en ello una forma de demagogia e igualmente de obnubilación
de la voluntad y conciencia del elector. El último gobierno conservador procuró regular la
cuestión por medio de una disposición policial que prohibía que los partidos obsequiasen
vino en las reuniones de los comités y locales de campaña, lo que da una idea del alcance de
la práctica (“Una buena resolución”, 1917).
28 Se atribuyó una motivación pasional al crimen, aunque, desde la UCRL, advirtieron com-
plicidad policial para con el autor del crimen, y se asignó responsabilidad intelectual al yri-
goyenismo (Rodríguez, 1979).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
123
por las intervenciones federales. Cabe destacar que en 1922 resultó exitosa la
transferencia de carisma del fundador del movimiento a su hijo (Rodríguez,
1979) y la articulación de una identidad partidaria singular en torno al apelli-
do familiar que se asentó sobre los clivajes simbólicos y sociales preexistentes.
Por otro lado, se vislumbra la centralidad de notas como el nepotismo y
el patrimonialismo, que reforzaron la preponderancia de Carlos Washing-
ton y sus hermanos en el plano partidario, en cuanto les permitieron cons-
tituirse en árbitros de disputas internas e hicieron del primero dispensa-
dor máximo de incentivos y detentador de la última palabra en materia de

del poder provincial. Como contrapartida, la UCRL manifestó un carácter
remiso a la institucionalización, prevaleciendo la inclinación hacia formas
de movilización y vinculación política directas cuyo punto neurálgico era la
jefatura centralizada del líder.
Los años treinta: crisis, persecución y faccionalismo
La década de 1930 ha sido objeto de análisis renovados en los últimos años
que manifestaron interés en torno de aspectos clave, como la dinámica de
los partidos políticos, el fraude electoral, las formas de construcción de legi-
timidad o las dinámicas de competencia electoral (intra- e interpartidarias)
y su impacto en el plano institucional a lo largo del período 1930-194329.
Entre los temas políticos salientes, para el caso de la UCR, se han destaca-

la posición adoptada por dicha fuerza en las elecciones presidenciales de

que derivó en la conformación de la Unión Democrática con otras fuerzas

En el caso de Mendoza, un trabajo anterior (Abraham, 2021) ha adverti-
do la incidencia clave de las restricciones impulsadas por dos intervencio-
nes federales (1928-1930 y 1930-1932) y por el primer gobierno demócrata

desempeño en el ámbito donde hasta entonces gozaba de un predominio
    -
peño del partido lencinista en ese marco y a lo largo de los años treinta.
Desde 1929, gracias a las arbitrariedades de la intervención, el escenario
electoral en Mendoza se mostró favorable al radicalismo yrigoyenista. En
-
gura 2), para solicitar una reforma electoral nacional, aunque su verdadera

29 Para un abordaje exhaustivo de la historiografía del período, véase López (2012).
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
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las elecciones de diputados nacionales, que desnaturalizaban la libertad de
sufragio y las garantías de acción política en el ámbito local.
Figura 2. Membrete que encabezaba el petitorio de la UCRL al Congreso
(1930)

Las elecciones se habían efectuado el 2 de marzo de 1930, y en ellas
triunfó el radicalismo yrigoyenista, siendo la primera elección no coin-
cidente con una presidencial en la que la UCRL fue derrotada. En ese
-

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(h) - Eduardo Evans, los lencinistas lanzaron al ruedo a Rafael Néstor Len-
cinas - Fausto Alfonso. Pero, un día antes del día previsto para las eleccio-
nes, Yrigoyen fue desplazado del poder, hecho que provocó en Mendoza

gobernador provisional militar.
En un primer momento, la dirigencia lencinista apoyó el derrocamien-
to de Yrigoyen, tanto por los recelos históricos —y recientes— como por-
que vieron en ello la oportunidad para su retorno al poder por las urnas
en elecciones libres (Lacoste, 1994a). Sin embargo, el nuevo interventor
designado por Uriburu —José María Rosa (h)— buscó excluir al lencinis-
mo del juego político local. Entre otras cosas, ordenó investigar el des-
empeño de varios exfuncionarios lencinistas por medio de una comisión
investigadora, que dio a conocer una lista de cuarenta y cinco expedientes
con “irregularidades administrativas”, los cuales fueron girados a la justi-
cia (“La labor de la comisión investigadora”, 1931).
Finalmente, camino a las elecciones de noviembre de 1931, se dispu-
so la eliminación de miles de ciudadanos del padrón electoral y se negó
personería partidaria al lencinismo. A ello se sumó el clima de violencia
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...

política generado por organizaciones paraestatales como la Legión Cívica,
la persecución policial contra dirigentes o militantes lencinistas y la prohi-
bición de efectuar reuniones políticas.
En los comicios, triunfó el Partido Demócrata Nacional (PDN), asu-
miendo como gobernador Ricardo Videla, ministro de Rosa. La persecu-
ción contra el lencinismo y la limitación a su acción político-partidaria
continuaron a lo largo de todo su mandato. En 1932 el PDN sancionó una
nueva ley electoral que estableció diversas exigencias administrativas
       
carta orgánica, y actas de renovación de autoridades, plataforma y procla-
mación de candidatos por la respectiva convención—. Estas disposiciones
dieron al gobierno —por medio de sus personeros en la Junta Electoral—
la posibilidad de manejar arbitrariamente el otorgamiento de las persone-
rías partidarias.
En abril de 1933, hubo elecciones legislativas provinciales en las que la
UCRL se abstuvo, por entender que su participación legitimaría el fraude
-
tes, en cuanto a que algunos protestaron por entender que la decisión im-
plicaba ceder su espacio a otros partidos opositores, vedando el acceso a
cargos y recursos estatales, esenciales para la supervivencia de la fuerza30.
En julio de 1933, tuvo lugar una escisión interna en el partido len-

Ante la negativa de las autoridades locales a organizar un mitin por
temor a la represión policial, dicha entidad fue intervenida por orden
del presidente del Comité Provincial, José H. Lencinas. Pero el resto del

improcedente. Lencinas abandonó, ofuscado, la reunión y decidió una
ruptura. Por su parte, quienes permanecieron en el órgano colegiado
desconocieron la intervención y expulsaron a Lencinas (“Actividad polí-
tica. UCR Lencinista”, 1933).
30 De modo equivalente a lo que sucedió con el radicalismo en el orden nacional, el peso
electoral mayoritario del lencinismo quedó neutralizado por su proscripción, el fraude o la
abstención. Ello se convirtió en un grave problema de falta de “incentivos” para el partido,
al no poder traducirse tal peso en cargos, bancas y posiciones institucionales acordes a su

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rosos lencinistas —terceras líneas o caudillos territoriales—, al ver estos en las administra-
ciones demócratas la posibilidad de mantener el vínculo con el Estado, y aceitar o reforzar
las redes territoriales y clientelares que les permitían sobrevivir. Esto valida, para el caso

la generación de lealtades partidarias y apoyos electorales de los gobiernos radicales en el
orden nacional durante los años veinte.
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
126

H. Lencinas y de otros dirigentes solidarizados con este —incluido su her-

dispuso echar a todos sus oponentes, empezando por el vicepresidente
del Comité Provincial, Virgilio Sguazzini.
Expulsados los hermanos Lencinas y sus acólitos, el apoderado de la
UCRL, Alberto Chacón, solicitó en septiembre a la Junta Electoral la per-
sonería partidaria, elevando una síntesis de la disputa interna reciente.
Luego de rechazar un primer pedido —por entender que el aditamento
lencinista constituía una referencia “personalista”—, la Junta les otorgó
la sigla “UCRL”, argumentando que tal adjetivo era solo un “homena-
je” a dos políticos “ya desaparecidos” (“Acordóse Personería Jurídica a la

claro objetivo de azuzar la división, la Junta Electoral aceptó la petición de
personería de la otra facción —presentada por José H. Lencinas— a pesar
de estar fuera de plazo legal y le otorgó el nombre de “UCR Federalista”,
luego de rechazar las variantes “UCR Lencinista Verdadera” y “UCR Len-

En forma paralela a la escisión partidaria, se produjo una división en los

Lencinas retuvieron para sí La Palabra, la facción liderada por Sguazzini se
expresó a través de las páginas de Libre Palabra, fundado en abril de 1933 por
Alejandro Mathus Hoyos —exsecretario de Carlos W. Lencinas y expresiden-
te de la Juventud Radical—. Desde este último periódico, se criticó duramente
el estilo de liderazgo partidario de José Hipólito y Rafael Néstor. Por ejemplo,
un suelto caracterizó la jefatura del primero como “perniciosa”, negándole
condiciones personales para presidir la entidad y planteó que su único mé-
rito era portar “un apellido que servía de bandera” al partido. Asimismo, se
acusó a José Hipólito de haber podido exiliarse a Europa —mientras sus co-

celebrando que el Comité Provincia se decidiese a “sacudir la coyunda de una
dirección familiar que era funesta para el futuro de esa agrupación y para su
salud democrática” (“Una jefatura que desaparece”, 1933, p. 3)31.
31-
tinos al viejo caudillo fundador de la agrupación, y que […] terminó por cristalizarse con
-
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en una agrupación que tenía militantes con mayores títulos que el político que acaba de ser
expulsado, después de haber agotado en su agrupación toda la gama del discrecionalismo
[sic] y de la prepotencia” (“Una jefatura que desaparece”, 1933, p. 3).
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
127
Otros escritos posteriores cuestionaron a los hermanos Lencinas por
considerar al partido como patrimonio propio, advirtiendo que la porta-

los señores Lencinas, poseídos de la insolente creencia de suponer
a los millares de ciudadanos que acompañan al partido, autómatas
que siguen ciegos y mudos sus caprichos y dispuestos incondicio-
        
Para ellos el pueblo de Mendoza es un ejército de muñecos que
pueden utilizar para todos sus gustos o un rebaño que marcha a los
golpes del látigo del pastor (“Ni con Rafael ni con José Hipólito”,
1933, s. p.).
-
tadura familiar” y se impugnó a José Hipólito por querer “ser el único
albacea de José Néstor y Carlos Washington Lencinas” bajo el argumen-
to de que “los legítimos herederos” eran quienes continuaron su obra
y “no sus parientes sanguíneos” (“Los verdaderos herederos”, 1933, p.
-
dos lencinistas postularon sus candidatos y lanzaron sus campañas32. La
disputa por la sigla se trasladó —sin éxito— al plano nacional, merced a
un escrito presentado por la viuda de Lencinas y sus hijos ante la Junta
Electoral Nacional33, recurriendo los “federalistas” igualmente al apelli-
do en su campaña, a pesar de la prohibición de la Junta.
32 En la UCRF, los hermanos Lencinas encabezaron las listas, siendo Rafael Néstor primer
candidato a diputado nacional y a diputado provincial por el tercer distrito, y José Hipólito
primer candidato a senador provincial por el tercer distrito. Rafael logró la banca nacional
por la minoría y asumió luego de que se aprobara su diploma, debiendo renunciar a la pro-
vincial (donde había resultado también electo). José Hipólito obtuvo la banca provincial por
la minoría, pero renunció a ella luego de denunciar fraude en los comicios, posición que lo
llevó a cuestionar la actitud de su hermano.
33
nombre como un patrimonio familiar, acusando a los dirigentes de la otra fracción de usur-
padores, “contubernistas” y personas “carentes de rectitud cívica” (“La familia Lencinas de-

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Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
128
Figura 3. La familia Lencinas hacia 1929

abajo, sentados, José Hipólito, Fidela Peacock y Carlos Washington Lencinas.

Lencinas” (1934, p. 4).
Las juntas electorales nacional y provincial prohibieron colocar retratos,
-
ron impugnadas por el PDN las boletas de la UCRF y la UCRL, en cuanto
que ambas contenían imágenes de José Néstor y Carlos W. Lencinas. Una
segunda disputa se generó en torno a la boleta “federalista” por contener un
-
bía sido aprobada (“UCRF”), pero representaba un corazón y una letra “W”
(en referencia a la inicial del segundo nombre del exgobernador)34. Si bien en
34
por el voto del electorado lencinista (constituido en buena parte por analfabetos) como una

Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
129
las elecciones de 1934 los federalistas vencieron a la UCRL (22 % frente a un
16 % de aquellos, logrando Rafael Lencinas la banca de diputado nacional de
la minoría), en las elecciones posteriores decayó la performance de la UCRF.
Figura 4. Monograma que encabezaba la boleta de la UCRF en 1934



el demócrata Cano. La UCRF se presentó coaligada a la UCR Antipersona-

renunció a la presidencia del partido y dejó a cargo a su hermano Rafael.
Los comicios se realizaron en un marco de violencia y persecución hacia
los dirigentes opositores. Lencinas obtuvo el 13 % de los votos, quedando
detrás de la UCRL presidida por Sguazzini, cuyo candidato alcanzó poco
más del 26 %. Este último partido se fusionó luego con la UCR “Comité
Provincia” y participó junto al socialismo de la articulación de un frente de
resistencia al proyecto conservador (Caroglio, 2009).
En enero de 1936, la UCRL se reorganizó bajo la égida de José Hipólito,
quien abandonó la UCRF acusando a su hermano Rafael de “concordancis-
indicación de los dirigentes y punteros locales, procurando así sortear la prohibición de

encabezar sus boletas.
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
130
ta” y de ser cómplice del fraude demócrata (Lencinas, 1936, p. 38). Asimis-
mo, dispuso que el partido no concurriría a elecciones hasta que hubieran
garantías efectivas y se pronunció en el debate nacional del radicalismo
cuestionando el liderazgo de Alvear y la táctica del Frente Popular, a la que
tildó de “exotismo” (Lencinas, 1936, p. 12).

partidario. La UCR —con el aporte del sector de Sguazzini— alcanzó casi
el 30 % de los votos, desplazando a la UCRF del segundo puesto, que al-
canzó el 11 %. Esta última ordenó a sus legisladores impugnar los comicios
por fraude y dispuso su expulsión del partido ante el incumplimiento de la
orden. Luego se reorganizaron, fusionándose con la UCR Antipersonalis-
ta local (“Movimiento político”, 1936). Mientras en noviembre de ese año

, los
hermanos Lencinas continuaron en sus respectivas agrupaciones —José H.
en la UCRL, y Rafael en la UCRF— con sus prácticas verticalistas, desig-

“aclamación” en las convenciones partidarias.
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formar una nueva agrupación denominada “UCR Junta Reorganizadora
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didatura de Roberto M. Ortiz para las presidenciales de agosto de ese año,
-
personalista en Mendoza, lo que implicó en cierto modo un acercamiento al

En ese marco, el socialismo y la UCRL acusaron a los renovadores de
complicidad con el PDN por “legitimar el fraude conservador”. Los reno-
vadores pasaron luego a denominarse “UCR de Mendoza”. Sin embargo, la
entente duró poco, y, en febrero de 1938, Rafael Lencinas rehabilitó la UCRF
y mediante una convención reorganizó el partido, del que fue elegido pre-
sidente, y quedó proclamado como primer candidato a diputado nacional,
pero sin lograr retener su banca. Por su parte, José Hipólito fue elegido di-
putado provincial por la UCRL y esta vez asumió la banca, denunciando
los atropellos del PDN y la complicidad de sus socios partidarios locales.
El 3 de marzo de 1940, hubo elecciones de diputados nacionales. La
UCRL se abstuvo, pero los federalistas apoyaron la sigla UCR de Mendoza,

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tas integró la lista de Lorenzo Armani, que resultó vencida por la de Rubén Palero Infante.
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
131

Encina, que salieron terceros con el 11 % de los votos, muy lejos detrás del
PDN y de la UCR. En enero de 1941, José Hipólito fue candidato a goberna-
dor por la UCRL, enfrentando al demócrata Vicchi (quien resultó ganador),

de Lencinas había sido candidato a diputado nacional en 1934 por la UCRL,
pero luego migró a la UCR Comité Provincia cuando Sguazzini acordó con
la UCRF de Rafael Lencinas. Fue candidato a gobernador por los radicales
en 1941 y nuevamente en 1946, cuando obtuvo el apoyo de buena parte de
las huestes lencinistas.
Los resultados de esa elección dejaron en evidencia la pérdida de apoyo

% de los votos para gobernador, y el partido logró algunos concejales y tres
bancas en la Legislatura por la minoría, correspondientes a José Hipólito
—también candidato a diputado—, a Fausto Alfonso y a Ercilio Scuteri. Los
dos primeros amagaron con renunciar, denunciando fraude (“Finalizó el

las bancas.
En el balance de este período, cabe señalar, por un lado, que el lencinis-
mo padeció las duras restricciones impulsadas por el PDN en Mendoza
de modo equivalente a las facciones radicales no concordancistas, aunque
el impacto en su vida interna fue mayor. Por otro lado, el lencinismo no
-

al margen de ese proceso en tanto no hubo vinculaciones orgánicas con
el Comité Nacional. A pesar de ello, tal como hemos señalado, José H.
Lencinas fustigó a la dirección alvearista de la UCR y se opuso a la vía de
los frentes populares.

la Concordancia, lo que permite colegir que la dirigencia de la UCRL se ce-
rró sobre sí misma en el escenario provincial, procurando sostener una vía
autónoma articulada en torno al estilo de liderazgo tradicional del partido.
Esto resultó, a la postre, problemático, en cuanto a que la dirección partida-

orden local afectaron su unidad interna y su acción política.
El golpe de 1943, la frustrada conuencia con el peronismo y el derrotero
posterior
-
ciones parciales) del lencinismo, a la acción errante de sus autoridades
Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
132
y a la marginalidad de la sigla en la escena política, muchos dirigentes

capital político. Asimismo, el fraude y los vaivenes entre concurrencia y
abstención contribuyeron a la dispersión de sus bases, proceso retroa-
limentado por los magros resultados obtenidos en los comicios desde
1940.
En ese período de retraimiento y dispersión, la desorientación se pro-
fundizó merced al nuevo clima signado primero por la desintegración del
consenso concordancista y luego por el golpe de junio de 1943, lo que dio
lugar a un impasse que se prolongó durante todo el trienio subsiguiente de
-
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disputas, esta vez en el seno de la propia familia Lencinas.
En lo que respecta al plano partidario nacional, el estudio señero de Llo-
rente (1977) evidenció el interés inicial de Perón por conseguir el apoyo de
la UCR, su intento frustrado de sumar a su proyecto presidencial a una
-
do y antimilitarista de la jefatura partidaria. A posteriori, es sabido que los
vínculos del entonces coronel con esta fuerza consistieron en la nominación
de segundas líneas para algunos cargos del gobierno revolucionario y la
integración de un sector de la UCR —luego denominado “Junta Renovado-
ra”— como uno de los pilares de su armado político. Pero el grueso de las
facciones y líneas internas radicales se enrolaron en la Unión Democrática.
Asimismo, los estudios enmarcados en las indagaciones abiertas por la obra

los armados políticos de Perón en las provincias camino a las elecciones de
1946, asunto que ha tenido un abordaje singular para el caso mendocino y
cuyas derivaciones es preciso reconsiderar en correlación con la trayectoria
del partido lencinista.
Luego de participar en las elecciones de 1941, la UCRL pasó al ostracis-
mo y decidió abstenerse de los comicios locales aduciendo falta de garan-
tías. Su actividad política se redujo al acompañamiento de las iniciativas de
sus legisladores provinciales —José H. Lencinas y Scuteri— o de sus conce-
jales, e, igualmente, al pronunciamiento de algunas críticas y denuncias al
PDN o sus personeros desde el diario La Palabra.
Con el golpe de Estado del 4 de junio de 1943, hubo un nuevo intento
-
volución a nivel nacional y buscó reposicionar al partido en la escena po-
-
taba el levantamiento de la abstención y se convocaba a la reorganización
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
133
partidaria, entendiendo que el pronto llamado a elecciones libres era el
corolario necesario de la revolución junina (“Actividad Política”, 1943)36.
  -
derales militares nombrados en la provincia dilataron sine die el llamado a
elecciones, se disolvió la Legislatura, y se establecieron medidas de estricto
control de la actividad partidaria, restringiendo el margen de acción de los
dirigentes políticos37, lo que profundizó la marginalidad de la UCRL. Con
-
sentó una nueva oportunidad para reorganizar el partido. Pero se constata
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la oposición provincial militaban y ocupaban cargos clave dirigentes antes
enrolados en el lencinismo que para entonces se habían desvinculado total-
mente de la sigla.
La campaña política de Perón en Mendoza se centró en un principio,
-
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tros Cívicos Laboristas, núcleos gremiales con reconocimiento de perso-

surgió el binomio para la gobernación al que apoyó Perón y que triunfó
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se reconocían públicamente como lencinistas, ambos habían militado en
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los años veinte, y el segundo fue electo diputado provincial por la UCRL
36
auguraba el advenimiento de una nueva etapa de regeneración, para luego dar a conocer el
contenido de la resolución de la cúpula partidaria. En ese marco, se convocaba a todos los
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concurso en esta nueva etapa del radicalismo mendocino, de ese radicalismo que fundara su
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los Wáshington Lencinas” (“Restablecido el principio del respeto a la voluntad ciudadana,
la UCR Lencinista vuelve al escenario político”, 1943, p. 1). Por último, cerraba con una se-

Mendoza, redimida de sus explotadores!, ¡Abajo la miseria, el hambre y la pobreza en que
han sumido a los obreros los conservadores!, ¡Viva la memoria de José Néstor y Carlos Wás-
hington Lencinas!, ¡Viva la Unión Cívica Radical Lencinista!” (“Restablecido el principio del
respeto a la voluntad ciudadana, la UCR Lencinista vuelve al escenario político”, 1943, p. 1).
37 Entre otras medidas, el gobierno de Ramírez ordenó la persecución de la actividad comu-
nista, que en Mendoza impactó en la disolución del Partido Socialista Obrero y el Partido
Comunista, junto con la detención de varios de sus dirigentes. Si bien los demás partidos
no fueron declarados fuera de la ley, la disolución de la Legislatura, la clausura de la Con-
vención Constituyente en curso y la suspensión de los comicios nacionales y locales los dejó
en un estado de inoperancia casi total. Asimismo, el interventor revalidó la prohibición de
que los funcionarios provinciales tuviesen vinculación con partido alguno, lo que obligaba a

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134
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nas radicales de 1936. El apoyo lencinista a Perón dividió aguas puertas
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presentó como candidato a diputado nacional por el Partido Comunista y
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sonero del fascismo38.
En enero de 1946, la UCRL proclamó en una convención sus candi-

augurando que en comicios libres lograrían reconquistar el favor popular.
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vice —con la promesa de apoyar la fórmula Perón-Mercante—, entablan-
do un vínculo directo con el candidato a vicepresidente que generó ris-
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con los Centros Cívicos Laboristas y conformó con ellos listas mixtas para
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ras y el ideario partidario, rescatando desde el lema “hechos, no palabras”
las obras y medidas sociales de los gobiernos lencinistas, prometiendo su
actualización.
Sin embargo, al igual que con los bloquistas, Perón no estuvo dispuesto a
brindar a los dirigentes lencinistas margen alguno de autonomía. Mediante
-
car su apoyo, acusándolos de querer erigirse en fuerza “quintacolumnista”
dentro del movimiento y ordenando explícitamente a sus seguidores votar
por la lista de renovadores y laboristas39.
38 Antulio Horacio (1913-1993) fue el noveno hijo de José Néstor y Fidela Peacock. Hacia 1946

directiva de la Federación Universitaria Argentina (FUA), en representación de la juventud
comunista. Se sumó a ese partido en 1941 y fue detenido en varias oportunidades durante el
gobierno de Castillo y también luego del golpe de junio de 1943, por su lucha antifascista. En
plena campaña electoral, Antulio dio a conocer una “Carta a los obreros lencinistas” (1946),
donde dio cuenta de su postura política y su estadía en la cárcel, reivindicó la “línea com-

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lencinismo” y que su acción era incompatible con el “espíritu progresista” de sus parientes
fallecidos y su lucha por la justicia social y la democracia (“Carta a los obreros lencinistas”,
1946, p. 11).
39
conocer el 20 de febrero de 1946 en la prensa bajo el lema “Ni Perón con Lencinas ni Len-
cinas con Perón” (1946). La directiva expresa provocó la ruptura del acuerdo lencinista con
los centros cívicos, que pasaron a apoyar las candidaturas proclamadas por la UCR-JR y el
laborismo en todos los órdenes.
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...

Figura 5. Telegrama de Perón en el que desautoriza apoyo del lencinismo

A pesar del cortocircuito, en las presidenciales de febrero de 1946, la
UCRL concurrió con su propia lista40, pero, merced a su exiguo porcentaje
de votos (3918), no alcanzó ningún elector. Por su parte, en las elecciones
para gobernador y diputados nacionales, el partido obtuvo el quinto lugar,
40 En respuesta al telegrama de Perón, Rafael Lencinas —por entonces presidente de la UCRL
y primer candidato a elector de presidente— dio a conocer una resolución partidaria por la
cual desconocía la desautorización de Perón y convocaba a los votantes a elegir la boleta
lencinista entera tal como había sido aprobada en la convención, “sin fraccionarla” (“Unión
Cívica Radical Lencinista”, 1946, p. 10).
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que da cuenta de su eclipse en materia electoral.
Los nexos entre peronismo y lencinismo han dado lugar a distintas in-
terpretaciones. Álvarez (2003) señala que el lencinismo apoyó a Perón en
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autonomía partidaria, procurando negociar espacios de poder. Sin embar-
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pero lo hicieron a título personal o por vía de la UCR-JR. En relación con
esto último, Garzón Rogé (2014) sostiene que dicho partido ya estaba “diez-
mado” electoralmente para 1946 y que su apoyo fue más bien simbólico,

los exlencinistas con los renovadores en el partido peronista por fuera de la
estructura de la UCRL41.
Finalmente, en los años posteriores, José Hipólito buscó reivindicar la
memoria partidaria en su rol de periodista y de publicista42, y realizó en
1962 un último llamado a la revitalización de la UCRL (Lencinas, 1963), que
fue anecdótico y extemporáneo. Se vislumbra así que, durante el período
posterior al golpe de junio de 1943, el lencinismo profundizó su retraimien-
to merced a las restricciones y al clima político general. Luego la UCRL
se convirtió en un actor más del mosaico de fuerzas que sirvieron de base
de apoyo a la candidatura de Perón. Pero su pretensión de autonomía, el
apoyo a Mercante y la puja por espacios clave generaron tensiones con el
propio Perón y con el resto de los actores políticos locales que lo apoyaban,
lo que provocó una ruptura abierta en la antesala de las elecciones de 1946.
Para entonces se evidencia que el partido era una fuerza inexpresiva, vacia-
41 La reconstrucción hecha en este trabajo permite matizar ese apoyo tanto como la idea de
continuidad entre los elencos del lencinismo y el partido peronista en sus años formativos
en Mendoza. Falta un estudio preciso que determine cuántos dirigentes peronistas prove-
nían de aquel movimiento y qué roles concretos ocuparon. En cualquier caso, creemos que
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de revalidar medidas o posicionamientos del movimiento mendocino en el seno de la nueva
fuerza política surgida en 1947.
42 Las publicaciones posteriores de Lencinas abordaron temáticas diversas, bajo un formato
de compilación de notas periodísticas, o bien de ensayo. Entre sus argumentos salientes, se
destaca la defensa de la regulación legal de los partidos políticos para garantizar su carácter
orgánico, punto donde puede entreverse un esbozo de autocrítica a su acción en la UCRL.
Asimismo, sus libros lo muestran como un crítico acérrimo de Perón y su gobierno —al que

1969, p. 68)— y como un agudo observador de la política mendocina y de problemas econó-

Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
137
da de contenido y de recurso humano, atada a sus viejas glorias y laureles,
pero alejada de la realidad social y de la política local.
La UCRL y la imposible institucionalización impersonal
El problema de la falta de institucionalización partidaria se hizo presente

veinte. Conforme a lo analizado, luego de la muerte de Carlos Washington,
no surgió en el seno de la UCRL un liderazgo alternativo ni tampoco se dio
la rutinización del carisma por vía de la profesionalización e institucionali-
zación impersonal. Lo que se observa es la “patrimonialización” del parti-
do, esto es, su pervivencia como bien propio bajo el mando de los familiares
de Lencinas, con un estilo verticalista y autoritario, amparado detrás del
apellido y del legado de sus prohombres como aglutinante simbólico. En
ese marco, incidieron también en forma negativa notas constitutivas de la
dinámica partidaria, como el personalismo y el nepotismo, que perduraron
como resabio de los años veinte, pero que se tornaron disruptivas ante la
falta de respaldo en las urnas y la clausura de las vías de acceso al gobierno
por el fraude y las diversas cortapisas del período 1930-1943.
Según advierte Rodríguez (1979), el deceso de Carlos Washington Len-

a sus hermanos José Hipólito y Rafael Néstor, pero estos “no pudieron
      
sus seguidores” ni sacar al movimiento del estado de confusión política en
que quedó sumido luego de aquel hecho (p. 236). Corresponde añadir que,
en los años sucesivos, dicho liderazgo se tornó una carga excesiva para los
dirigentes y militantes de esa fuerza, merced a los errores de diagnóstico
y las respuestas errantes que se dieron a las restricciones impuestas por el
PDN, concentrándose las críticas en torno a su verticalismo en la dirección
del partido.
Otro factor clave fue el faccionalismo, que diezmó los lazos y la ca-
maradería entre los correligionarios para dar rienda suelta a disputas
simbólicas, enfrentamientos y denuncias cruzadas —incluso entre los
propios hermanos Lencinas—, que, sin duda, afectaron sus peformances
-
cultad —ya señalada para la UCR nacional— de pérdida de posiciones
-
res, cuestión que redundó en la dispersión de las bases y en la pérdida
de apoyos electorales.
En el ámbito partidario, se vislumbra cómo, al carecer de cualidades ca-
rismáticas equiparables a las de sus parientes, el liderazgo de los hermanos

Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
138
fuerza decisorias que fueron vistas por el resto de la dirigencia como autori-
tarias, extemporáneas en el marco de normalización que siguió el radicalismo
a nivel nacional e inconducentes a la hora de enfrentar con éxito las cortapi-
sas del PDN. Finalmente, los intentos de revitalizar la fuerza del partido a

de liderazgo y referencias simbólicas resultaron un ejercicio extemporáneo e
-
no o su programa ya no surtían el mismo efecto que antaño en los votantes,
y el grueso de su dirigencia más activa y su militancia se hallaban enrolados
-
mante partido peronista una vía fehaciente para la concreción de anhelos e
intereses que en el viejo partido familiar de los Lencinas se vislumbraban
como un eco nostálgico de un pasado ya lejano, poco congruentes con el nivel
de evolución de la vida política, la agenda pública y las dinámicas organiza-
tivas de los partidos de entonces, tanto en el orden nacional como en el local.
A modo de conclusión
La facción radical lencinista y luego la UCRL cumplieron un rol clave en
la política mendocina durante el período de ampliación de la participación
política que siguió a la adopción de la Ley Sáenz Peña. Ambas mostraron
gran efectividad en la interpelación política y movilización electoral de las
masas recientemente incorporadas a la vida cívica, principalmente en los
sectores populares de las zonas de campaña. En el caso de la UCRL, tanto
los aspectos organizativos como su dinámica interna dan cuenta de una
trayectoria marcada por la centralidad de la familia Lencinas y el peso sim-
-
yectorias políticas y de sus acciones de gobierno previas—, elementos que
sustentaron sus triunfos electorales.
Hemos advertido cómo la acción proselitista de la UCRL se vio respalda-
da por el tejido de redes clientelares que retroalimentaron favorablemente
las performances electorales del partido y el posicionamiento de sus cuadros
frente a chances expectables de alcanzar posiciones públicas. Entendemos
que a este plano se limita la sistematización de las relaciones jerárquicas y
la interdependencia entre las distintas partes de la organización, en cuan-

 
la “asamblea regimentada” según el testimonio de La Prensa (“Mendoza.
-
cada por desobediencias o posiciones disidentes (que solían terminar en la
expulsión de sus sostenedores, como en el caso de Roberto Rincci en 1923, o
Abraham, A. / Una cuestión de familia. La UCR Lencinista y la aporía de...
139
bien en una escisión interna, como en 1933) permite colegir la incapacidad
de los órganos partidarios para procesar diferencias, naturales en el seno de
toda organización política.
La gestación de la estructura partidaria —en apariencia moderna— se vio
acompañada de otras notas, como el personalismo, el nepotismo y patrimo-
nialismo, factores que hicieron a sus autoridades más proclives a dinámicas
intrapartidarias verticalistas y elitistas, que fueron efectivas mientras duró
el liderazgo carismático. Pero la muerte de Carlos Washington abrió paso

del partido, situación agravada por el clima de persecución y restricciones

se mantuvieron o se reeditaron luego, durante los gobiernos del PDN. En
ese marco, se dispersaron las bases del partido, se perdió paulatinamente
el apoyo electoral, y buena parte de sus dirigentes migraron a otras siglas
del espectro radical. Finalmente, el frustrado apoyo a Perón abrió paso a la
desaparición del lencinismo de la escena partidaria provincial.
Conforme a lo analizado a lo largo del trabajo, sobresale el carácter “fami-
liar” que adoptó la agrupación desde sus orígenes, siendo el apellido Lencinas
y la acción directiva de sus descendientes el elemento aglutinante de simpatías
y lealtades. Este vínculo sustentó el éxito electoral en los años veinte, a partir del
éxito de los liderazgos carismáticos de José Néstor y Carlos Washington. Pero,
en la etapa posterior, la percepción patrimonial de los familiares supérstites y


fracasaron a la hora de articular un nuevo liderazgo equivalente, a la par que
neutralizaron con su estilo autoritario la organización partidaria orgánica e im-
personal y el encumbramiento de otros dirigentes, lo que dio pie al faccionalis-
mo y a la migración de sus cuadros y bases a otras agrupaciones.
Se advierte que, en los años treinta, el sistema de partidos local pre-

restricciones implementadas por los gobiernos demócratas en contra de
los partidos del espectro radical—, haciendo que la apelación al liderazgo
carismático y la dirección partidaria verticalista hallasen menor eco. El
partido articuló en su primera década de vida estrategias efectivas tanto
para la captura del voto como para entablar vínculos de solidaridad que
reforzaron la identidad colectiva. Sin embargo, cuando se vio desplaza-
do del poder, tales redes se desarticularon, y cundieron el faccionalismo
y los enfrentamientos internos, acusando además el impacto de la falta
de acceso a recursos estatales con los cuales el partido había sostenido la

Miríada. Año 14 No. 18 (2022) 103-144
140

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rismáticos en las organizaciones partidarias y los obstáculos que plantea
el problema sucesorio a la hora de traducir la adhesión política inmediata
—sustentada en el lazo carismático— a una lealtad impersonal, sostenible
en el largo plazo. Esto último exige condiciones que no se dieron en el caso
del lencinismo, lo que permite entender mejor las razones de su declive
y desintegración como fuerza competitiva en la provincia. El ejercicio de
reconstrucción histórica y de análisis propuesto evidencia la importancia
de abordar las formas de organización partidaria y de articulación de los
elencos políticos y sus prácticas político-electorales en espacios extracén-
tricos, para dar cuenta de las similitudes y diferencias en relación con lo
sucedido en el orden nacional y en otras provincias durante la primera
etapa de la democracia ampliada.
Referencias bibliográcas
Abraham, A. (2019). «La alpargata contra la corbata». La representación del ad-
versario político en la campaña electoral para la gobernación de Mendo-
za (1917-1918). Coordenadas, Revista de Historia Local y Regional, 6(2), 21-43.
  
en los inicios de la era demócrata (Mendoza, 1930-1934). Estudios
Sociales, 61(2), e0003. 
Actividad política. UCR Lencinista (1933, 19 de julio). Los Andes, 
Acordóse Personería Jurídica a la Unión C. Radical Lencinista (Comité de la
calle 9 de Julio) (1933, 4 de octubre). Los Andes, 
Actividad Política (1936, 16 de noviembre). Los Andes, p. 4.
Actividad Política (1943, 12 de junio). Los Andes, p. 4.
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