¡Ciudadanos, a las urnas! Crónicas del mundo actual / Thomas Piketty. Buenos Aires:

Siglo xxi Editores Argentina, 2017. 164 p. ISBN 978-987-629-762-2

Conocido principalmente por su obra “La crisis del capital en el siglo xxi”, Thomas Piketty, célebre economista francés, reúne en este libro un conjunto de crónicas de su autoría, publicadas desde el año 2014 hasta el 2017 en Libération y en Le Monde.

Aunque a simple vista parecerían ser un compendio heterogéneo y desconectado de artículos, ante una mirada más acabada se perciben profundamente interrelacionados, y atravesados por una temática común: la desigualdad. En este libro, Piketty no solo realiza una lectura original, principalmente económica, de diversas situaciones actuales, sino que también propone medidas para solucionar los problemas que él encuentra en el presente.

La obra, accesible y de fácil lectura, se encuentra dividida en tres partes, en las que el economista francés analiza en primer lugar la situación de Europa, luego la de Francia y, finalmente, la de ciertos sectores del globo.

Comienza presentando la situación europea de los últimos tiempos. Su análisis puede enmarcarse en el continuo debate acerca del éxito o fracaso de la Unión Europea con respecto a su singularidad en el campo de la integración económica: afirma que la situación actual es muy problemática y, por ende, desalentadora. Entre los problemas, se encuentra la rigidez de los criterios presupuestarios, la regla de unanimidad sobre las cuestiones fiscales y la falta de inversión. A ello se le suma la incapacidad de Europa de superar la crisis de 2008, iniciada en Estados Unidos, que ha derivado incluso en una segunda crisis europea, en 2011.

 Además, Piketty cree que “una moneda única que posee –a partir de la entrada de Lituania en la zona euro–  19 deudas públicas diferentes, 19 tasas de interés diferentes, 19 impuestos distintos a las empresas, sin sustento social ni educativo común, está destinada a fracasar” (2017, p. 47).

El autor, incluso, vincula el fenómeno del brexit con la incapacidad de la Unión Europea de democratizarse e incorporar a los más débiles, fracaso que puede traducirse en desaliento a otras uniones regionales, que podrían ser muy beneficiosas.

De este modo, Piketty cree que la institucionalidad europea es lo que falla, lo que hay que cambiar; por lo que propone ciertas soluciones. El economista francés aboga por una refundación democrática de la zona euro, con un parlamento capaz de imponerse, pero que esté compuesto por diversos partidos de cada país. Es decir, propone la creación de una “cabal soberanía democrática europea sobre la base de las soberanías parlamentarias nacionales, lo que daría una legitimidad democrática fuerte para adoptar las medidas sociales, fiscales y presupuestarias que se impongan” (Piketty, 2017, p. 14). Además, esta institución debería dejar de regirse por la regla de unanimidad, y pasar a incorporar a sus principios la regla de la mayoría.

Junto con ello, cree que la solución va de la mano con la introducción de impuestos a las grandes empresas con justicia fiscal, la inversión en educación e innovación, y, por último, pero no menos importante, la apertura a los flujos migratorios, en especial los que se produjeron en las últimas olas provenientes de Medio Oriente.

En suma, el economista afirma que hoy la Unión Europea está plagada de problemas y desafíos, no suficientes para derribarla, junto con la esperanza de un proyecto de integración económica, tan exitoso como inclusivo y democrático.

 En la segunda parte del libro, el compendio de artículos trata la situación de Francia. Piketty analiza, haciendo hincapié en la desigualdad, la situación de los trabajadores y la asistencia social, en un contexto signado por un gran desempleo producto de la crisis del 2011. Propone, a su vez, soluciones progresistas a los problemas del país. Entre ellas se encuentra la reforma del modelo fiscal y social a través de la introducción de un gran impuesto progresivo sobre los ingresos, que refunda el modelo de financiamiento de la protección social; y un impuesto progresivo sobre el patrimonio, tanto de impuestos a bienes inmuebles, activos financieros, deudas y riqueza para combatir las desigualdades, aliviando a quienes menos tienen, y favoreciendo la movilidad del patrimonio.

Además, y en consonancia con sus lineamientos para el conjunto de Europa, propone invertir en las universidades y efectuar una profunda reforma del sistema educativo, para hacerlo  tan igual como libre, y eliminar en el camino la hipocresía laicista. También aboga por la unificación de los sistemas públicos y privados de jubilaciones y una mayor participación de los asalariados en las estrategias de las empresas, mediante un modelo de codeterminación, con asambleas mixtas que fortalezcan a los sindicatos franceses. Ello, junto con una fuerte restricción a las contrataciones temporales.

Finalmente, analiza los candidatos de las últimas elecciones presidenciales: caracteriza a Melenchon y Le Pen como cuestionadores de los tratados europeos que seducen a los relegados de la globalización, y a Macron como defensor del statu quo del tratado presupuestario europeo del 2012. Termina el capítulo con un artículo en el cual analiza la situación posterior a la victoria de Macron, en la que se destacan la modernización y la unificación de la asistencia social que propone el nuevo presidente.

 En la tercera parte del libro, titulada “Por otra globalización”, el autor analiza la situación mundial, haciendo foco principalmente en la desigualdad a lo largo del globo. China, India, Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos son algunos de los casos mediante los cuales muestra cómo la desigualdad es moneda corriente hoy día.

El fenómeno de la desigualdad está incentivado, según Piketty, por cuestiones de etnicidad. En los casos mencionados, la elite controla la mayor parte del capital, frente a minorías que se encuentran en una fuerte desventaja, en especial en términos de acceso a oportunidades. La desigualdad del capitalismo globalizado y desregulado tiene para el autor tanto elementos viejos (la discriminación racial) como otros más nuevos, que a su vez están enfatizadas por la falta de regulación de las fuerzas económicas y financieras, a lo que se le suma el aumento de los nacionalismos.

Así, bajo este marco general, Piketty evalúa la situación de Estados Unidos: en una lectura novedosa atribuye el ascenso de Bernie Sanders y la victoria de Donald Trump al aumento de las desigualdades en los Estados Unidos. En aquel país, desde la administración Reagan, los impuestos sucesorios, la tasa aplicable a los ingresos más altos y el salario mínimo federal (todas ellas destinadas a reducir las desigualdades) se vieron reducidos, lo que fomentó las desigualdades y culminó con el surgimiento de dichos candidatos.

Bajo la misma lógica, también atribuye a la expansión del terrorismo al aumento de las desigualdades en Medio Oriente, mostrando como la concentración de los recursos petroleros no hace más que acrecentar la brecha. Para combatir integralmente el problema de la región, debe trabajarse en pos de una redistribución del dinero petrolero, el cual debe destinarse al desarrollo regional.

Del mismo modo, en este último capítulo también aborda diversas problemáticas actuales, como los paraísos fiscales, el estado de los medios de comunicación en la era digital, la cuestión medioambiental (donde propone un impuesto progresivo sobre el carbono), y el despegue que tuvo el capital privado por sobre el capital público.

En suma, Piketty realiza en este libro una profunda reflexión acerca del estado actual del mundo, con su particular enfoque en la desigualdad. La simpleza que caracteriza su redacción hace que este libro sea muy accesible para todo aquel que esté interesado en la temática. Asimismo, en esta obra propone soluciones originales y optimistas para los problemas acuciantes que enfrenta el mundo hoy.

Este escrito invita al lector a reflexionar sobre las cuestiones dadas y deja como corolario la esperanza, y la lección, de que la desigualdad puede ser corregida, y que es posible una suerte de refundación  democrática del mundo, y de sus instituciones, para que la igualdad y la libertad pisen fuerte.

M. Celina Méndez