"Evocación de Rafael Altamira"
El significado actual de Rafael Altamira
PILAR ALTAMIRA
Yo no soy
jurista, pero conozco bien la trayectoria de RAFAEL ALTAMIRA y su papel en
En líneas
generales, puedo decir que influenciado desde 1886 por su maestro don Eduardo
de Hinojosa y por la cultura alemana, presentó una visión nueva y diferente a
la tradicional de la historia jurídica española, insistiendo en que se
trabajara siempre sobre una base científica que comunique el espíritu crítico, que fomente el estudio y el análisis
exhaustivo de las fuentes, la objetividad del investigador, la sistematización
del saber y la honestidad, etc. recomendaciones aplicables tanto para
historiadores, como para juristas, en especial de
Creo que el
interés demostrado en su labor hacia el desarrollo correcto de los futuros
abogados o legisladores, bien merece el reconocimiento y una atención especial
en mantener las metas conseguidas por él y que dejó abiertas a la investigación
futura, sea en el plano científico o en el didáctico. Altamira se mantiene
vigente para los juristas porque desarrolló novedades sustanciales ya
existentes en otras naciones, y sus planteamientos conllevan amor a la ciencia
y a la historia jurídica y constitucional, haciendo de ella un elemento vivo.
Altamira dejó una huella importante en el campo del Derecho, desarrolló
Él dice en su Historia del Derecho Español: el derecho como propiedad humana, tiene
historia. Quiere decir que el
Derecho está supeditado a la historia de la que procede desde los primeros
tiempos, como elemento civilizador, pero no sólo en su aspecto legal, y esto
impide desvincular el Derecho vigente, de
Para él, conocer las instituciones a través de la historia es la única forma capaz de combatir esa idolatría hacia lo legislado, demostrando que ni el legislador lo es todo, ni todo el derecho está contenido en la ley. Tiene clara la dependencia de la ciencia jurídica de la ciencia histórica y la gran importancia de conocer no sólo las leyes (cuya existencia se debe de una necesidad surgida en una colectividad), sino esos otros elementos externos que conforman la historia de los pueblos.
Aunque profana
en el terreno jurídico, de la lectura de sus obras he extraído algunas de las
conclusiones y objetivos que Altamira se
proponía, como: la comprobación de la raíz histórica del Derecho, su intento de
flexibilizar los criterios del jurista y la revalorización de fuentes como las
costumbres y la jurisprudencia, Sin duda a estas someras observaciones habría
que añadir su interés por la enseñanza de
Cultivar la vía de la investigación desarrollando al mismo tiempo, su propio sentido crítico, esto era lo que este gran jurista y maestro de la historia deseaba inculcar a los estudiantes de Derecho y a los futuros historiadores
En septiembre
del 2010 pasado, con motivo de participar en los Homenajes que le dedicaron en
el Centenario de su famoso viaje a 7 Repúblicas americanas,
Muchas veces me había planteado la pregunta: ¿De dónde proviene ese interés tan grande de mi abuelo hacia América? En un principio, no sabía encontrar la respuesta exacta. Solo conocía que ese interés venía de muy atrás; de mucho antes de su viaje a América, cuando Altamira ya había hablado, escrito e investigado sobre América, de Norte a Sur.
Su obra La huella de España en América,
recientemente reeditada, reúne la mayor parte de los artículos y conferencias
sobre temas americanistas realizados por mi abuelo desde
El citado programa, incidía en 5 apartados fundamentales:
I) Implantar una nueva organización institucional, creándose una Sección de Política Americana y el Instituto Diplomático y Consular, para estimular la buena formación de cónsules y diplomáticos.
II) Reformar las Leyes de Emigración y crear Escuelas para emigrantes y para sus hijos.
III) Establecer nuevos convenios e intercambios comerciales entre España y América.
IV) La defensa del idioma común y del intercambio cultural, a través de la creación de Escuelas Históricas americanas, en España, y del envío de becarios a todos los países americanos.
V) Agilizar los medios de comunicación.
En esos 5
apartados, se encuentran implícitos los dos objetivos prioritarios para mi
abuelo: El desarrollo de un hispanoamericanismo basado en un estudio
científico, crítico, y objetivo de
Después de haber leído este libro, y tantos otros como: “España en América”, “Política de España en América”, etc. puedo responder sin dudarlo: su interés nacía de un profundo amor a España y de su constante defensa del tronco hispano.
El título de su libro “La huella de España en América”, ya es suficientemente significativo. Dentro de él, encontramos otro interesantísimo capítulo: La huella de España en el Pacífico, en el que destaca nuevamente, la presencia, la huella, de España en la costa americana que baña el Pacífico, en especial en California.
Esta era su gran preocupación, y hacia ella fueron los esfuerzos de toda su vida: a luchar para que esa huella no se borrara nunca, a fortalecer el tronco de lo hispano para que el continente americano, no perdiera jamás su vinculación con España. El viaje a América, logró el objetivo y ese resultado hubiera sido progresado en el tiempo, si se hubiera aplicado fielmente su programa americanista. Desgraciadamente, no fue aplicado más que de manera parcial, ¡cosas de la política!
Los sentimientos
de fraternidad con los países iberoamericanos de Rafael Altamira, comenzaron a
manifestarse ya en 1884, cuando se crea en Madrid en
En 1889 Lázaro
Galdiano funda su Revista “
No quiero dejar
de mencionar al paladín del americanismo, antecesor de Altamira, como fue don Rafael Mª de Labra, uno de los
fundadores de
Por español
fui autonomista; quise evitar a mi patria un gran dolor; todos mis esfuerzos
fueron inútiles, se estrellaron ante el cumplimiento inexorable de una ley
histórica; hoy más que nunca me siento unido a España, porque llegó para ella
el instante de mayor sufrimiento. A esa nueva nación la deseo todo género de
dichas y venturas, y más que nada que sepa ser libre y ser justa. Yo nací
español y español moriré.
La celebración
del Congreso Social y Económico
Hispano-Americano, en parte organizado por
¿Qué tuvo de especial el viaje de Altamira? Amado Nervo, el poeta mexicano, opinó del Viaje de Altamira:
Representa un
movimiento de opinión que ha ido a tender un puente entre las ideas
jóvenes y vigorosas, entre los deseos de la cultura moderna, que bullen de uno
y otro lado del mar en los espíritus hispanoamericanos .
Para él, Rafael
Altamira era (…) uno de los espíritus más claros, más nobles y más cultos de
En el 2010, en
Buenos Aires,
En mi opinión, por encima del éxito del Viaje en sí, están sus efectos prácticos, los resultados de su trabajo, entiéndase por un lado la reacción de los grupos de estudiantes que escuchando sus conferencias con gran atención, decidieron la creación de nuevas instituciones y por otro, la decisión de profesores y autoridades académicas de atender las propuestas de Altamira en el sentido de estimular el intercambio de profesores y alumnos, así como de material escolar, de promover la organización de Congresos, la creación de Centros Iberoamericanos a ambos lados del Atlántico, escuelas para emigrantes, etc. y, sobre todo, Altamira consiguió uno de sus objetivos prioritarios: aumentar el conocimiento de América en España y viceversa.
Antes de comenzar exponiendo los pormenores del Viaje, es conveniente analizar cómo se encontraba en los años anteriores a él, el tema del hispanoamericanismo en España. Indudablemente Rafael Altamira no fue el primero, ni tampoco el único, en interesarse por los temas americanos. Recordemos que la pérdida de nuestras colonias, comenzó entorno a mediados del siglo XIX y España solamente continuaba conservando la isla de Cuba, que finalmente se pierde en 1898.
La profunda depresión que se vivió en España en aquél momento, las ideas negativas de un fracaso en América, de la ausencia de valores positivos en nuestro pueblo, fueron mitigándose gracias a las ideas regeneracionistas. Los regeneracionistas preconizaban una España nueva, conciente de sus errores y que podría resurgir apoyándose en las virtudes reconocidas del pueblo español. Virtudes y errores analizados por Rafael Altamira en su “Psicología del pueblo español”, e igualmente en su Historia de España y de la civilización española, para contrarrestar el pesimismo y recordar el papel que realizó España a lo largo de los siglos.
La posición regeneracionista de Rafael Altamira fue muy importante, su postura se centraba en la defensa de ese “tronco común” que representaba nuestra historia y la cultura, ambas compartidas, y especialmente nuestra lengua común. Lo novedoso de su proyecto, consistía en la profunda significación que él otorga al continente americano en la redefinición de la identidad española. Según él, para la regeneración de España era imprescindible que se conociera mejor a América y los americanos.
En 1908, con
motivo del III Centenario de
Evidentemente
para llevar a cabo con éxito una labor de tanta responsabilidad como era
restablecer los lazos culturales de todo tipo entre España y América, había que
encontrar alguien con una sólida formación académica y un profundo conocimiento
del americanismo, aparte de otras cualidades personales, como don de gentes y
elocuencia. El Rector Canella y su Claustro, no dudaron ni un instante en
designar como su delegado al joven profesor Rafael Altamira. Aparte de las
Repúblicas visitadas, se recibió una invitación de
El VIAJE, se inicia en el verano de 1909, y finaliza en la primavera del año 1910. De los países visitados, durante 9 meses, la labor de mayor importancia fue la desarrollada en Argentina y en México.
El 3 de Julio,
Altamira sale de Vigo y llega a ARGENTINA el 12 de Julio. Allí
permanece más de 3 meses, durante los que imparte un Curso de Metodología de
En
A primeros de
Octubre, pasa una semana en URUGUAY. Durante
su corta estancia, pronunció 3 conferencias en
En los primeros
días de Noviembre de 1909, visita CHILE
donde permanece hasta el día 21. En una semana, fue nombrado Miembro honorario
de
Finalmente, embarcó a bordo del vapor GUATEMALA con rumbo al puerto del Callao.
En PERÚ, permanece desde el 22 al 29 de
Noviembre de 1909. Esta semana le valió el nombramiento como Doctor “honoris
causa” de
A MÉXICO llega el 11 de Diciembre de 1909
desde el puerto de El Callao, Perú y está en tierra mexicana hasta el 20 de
Diciembre, que marcha a ESTADOS UNIDOS para
asistir al Congreso Histórico Nacional
de Nueva York y participar en el XXV
Centenario de
En México dio más de 24 conferencias, la
primera en diciembre en el Casino
Español, con la asistencia del Presidente Porfirio Díaz y su esposa, que
asistieron igualmente a todas las conferencias pronunciadas por Altamira. En
esta su primera visita a México, Rafael
Altamira además de la serie de 4 conferencias en el campo del Derecho
que dictó en
Para México,
Rafael Altamira fue una figura clave de
En CUBA, es recibido calurosamente en el
puerto de
Como ya expuse al comienzo de mi trabajo, el deseo de un acercamiento entre España y América estaba ya presente en muchas mentes y en el corazón de gran número de españoles cultos, pero una acción como el paso y la presencia de Altamira en las Repúblicas americanas, era algo necesario. No es lo mismo hablar en los foros españoles o escribir artículos inflamados en los periódicos, que vivir el día a día de cada país, conocer en directo sus problemas y buscar soluciones conjuntamente.
Una de las ideas
centrales de Altamira, aparte de restablecer los lazos espirituales entre el
continente americano y España, era contribuir a elevar el nivel de la enseñanza
superior en todas las repúblicas visitadas. Guiado por esos altos objetivos, en
todos los países visitados invirtió largas horas de trabajo reuniéndose con los
más importantes grupos editoriales para restablecer el intercambio e
importación de libros y revistas españolas. Propuso Congresos, puso especial
ímpetu en fomentar el intercambio entre profesores y alumnos de ambos lados del
Atlántico, impulsó la creación de Asociaciones y Centros de Estudios históricos
y jurídicos, enseñó nuevas formas de la enseñanza y del estudio de
Altamira temía que por una causa o por otra, se produjera un alejamiento entre ambos continentes a favor de la influencia del poder anglosajón, temor este que se acrecentó en 1898 con la pérdida de las colonias. Él practicaba un hispanoamericanismo progresista de cuño cultural, esencial para la regeneración de España, y que nada tiene que ver con el españolismo retrógrado y conservador, como repite en su España en América.
Hay que tener en cuenta que Altamira, además de esforzado trabajador, historiador, jurista y pedagogo, era un erudito, dueño de una gran inteligencia y de una oratoria brillante. Con todas estas cualidades reunidas, no es extraño que lograra llegar a las mentes y conquistar los corazones de la audiencia más exigente. No obstante, como muy bien recoge el historiador argentino Gustavo Prado [2] en sus tres tomos publicados sobre la obra de Altamira y especialmente sobre su paso por Argentina, sus palabras fueron muy bien acogidas pero, aparte de los méritos personales y la profesionalidad de Altamira, el doctor Prado atribuye el éxito de su Viaje a la concurrencia de varios e inesperados factores: el total apoyo de los más altos mandatarios de los gobiernos, de comerciantes y trabajadores, de profesores y alumnos y de la numerosa población de emigrantes españoles, que le recibieron entusiasmados.
Pese a repasar minuciosamente la vida y la obra de mi abuelo, no ceso de encontrar aspectos nuevos de su trayectoria vital que muestran matices realmente importantes y poco conocidos, que dibujan un perfil humano que traza la auténtica calidad ética y moral del personaje. Altamira recomendaba a todo buen historiador, un cuidadoso estudio de las fuentes y un análisis de los hechos sin emitir juicios de valor, y sin sacarlos de su contexto histórico. Si aplicamos este mismo sistema al estudio de su trayectoria personal, a su biografía, encontraremos aspectos de su YO más profundo que quizá escapen al historiador habitual. Y esos aspectos, los que a mí al menos más me interesan, son en definitiva las causas que motivan sus acciones externas.
Un niño que con sólo 13 o 14 años escribiera e ilustrara un periódico manuscrito, en el que vertía comentarios sobre política, historia o arte, no solamente indica una gran inteligencia, sino que nos revela a un gran observador animado de esa inquietud didáctica que nunca le abandonaría: el afán de aprender para poder enseñar, decía.
Esa observación
constante del mundo que le rodeaba, desarrolló en él otro aspecto más: la inquietud social. Por ejemplo,
cuando de muchacho visitaba a los enfermos a raíz del brote de cólera en
Alicante en 1885, o cuando desde su ventana contemplaba la vuelta a casa de las
cigarreras (en aquellos tiempos llegaron a ser cerca de 6.000 mujeres), que
regresaban sudorosas a sus hogares tras una dura jornada de trabajo en
Pero su
sensibilidad no se limitaba a los sentimientos compasivos o de compromiso
social, sino que era una cualidad que abarcaba otros campos. Por ejemplo, en el
de la música: ¿sabían ustedes que Altamira fue un gran musicólogo? Criado en un ambiente culto, con un padre músico
y dos tíos compositores, no extraña su
pasión por la música, ni que desde niño aprendiera la técnica pianística.
Tampoco extraña que durante sus estudios de Derecho en
Más tarde,
reforzada su formación por su paso por
Como buen
institucionista, demostró una vez más su sensibilidad en la contemplación de
Su libro “Derecho Consuetudinario de la provincia de Alicante” muestra su gran interés por las costumbres y tradiciones levantinas y nuevamente sus dotes de observación. Recorre pueblos, huertas y acequias, estudia las costumbres de los huertanos y se preocupa por los problemas de los regantes, consultando incluso los archivos del famoso Tribunal de las Aguas de Valencia.[4]
Aparte de
trabajar en sus campos específicos de
Rafael Altamira
estuvo propuesto para el Premio Nóbel de Literatura en dos ocasiones. En el
año 1933 la propuesta partió del Rector de
Se conoce bien al Altamira pacifista, el pacifista defiende la paz rechazando toda acción bélica, pero Altamira no fue sólo un pacifista que recomendaba el entendimiento pacífico entre los pueblos y el diálogo: a mayor abundamiento era un conciliador.
El conciliador
no entra en el campo de batalla de las grandes potencias, el conciliador es
tolerante y sus métodos son serenos, suaves y muy cercanos, intenta la
concordia, evitar diferencias y odios entre los seres humanos, utilizando a
veces la simple lógica para igualar esas diferencias y crear armonía. Buen
ejemplo de ello lo encontramos en sus obras “Historia de
Esta fue la
razón principal para que tanto historiadores o juristas, como Jefes de Estado o
políticos en general, confiaran ciegamente en el buen criterio de Altamira y
buscaran su consejo. Así fue en el caso de los jueces del Tribunal de Justicia
Internacional de
Vale la pena
mencionar una situación ocurrida al finalizar
En estos últimos años, gracias al esfuerzo continuado de muchos, ha surgido un nuevo interés hacia la obra de este gran hombre, se le ha dedicado un Año Internacional 2011, se le han dedicado artículos, organizado congresos y exposiciones y se han reeditado sus títulos más importantes: “Historia de España y la civilización española”, “Ideario Político”, “Metodología de la historia”, “Psicología del pueblo español”, “La huella de España en América”, “Cuestiones obreras”, “La formación del jurista”, “Proceso histórico de la historiografía humana” y otros.
Pero lo más importante a mi juicio, es comprobar que su espíritu permanece vivo y su obra vigente y continúa sigue utilizándose como libro de texto en algunas Universidades americanas y europeas, que sus enseñanzas de paz, de justicia, tolerancia y respeto a las libertades como base para la convivencia, la democracia y el entendimiento pacífico entre los pueblos, poseen una palpitante actualidad y continúan siendo válidas e imprescindibles como orientación ética para las futuras generaciones.
PILAR ALTAMIRA
CONVOCATORIA Y BASES DEL PRIMER PREMIO “RAFAEL
ALTAMIRA”
www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento33618.pdf
RESUMEN:
Evocación de la figura y la obra del historiador y jurista Rafael Altamira y
Crevea (Alicante 1866- México 1951) en su aspecto americanista, especialmente
en su paso por Argentina. Se subraya la vigencia y la importancia actual de su
obra.
SUMMARY: Evocation
of the figure and work of the historian and jurist Rafael Altamira and Crevea
(Alicante 1866 - Mexico 1951) in his Americanist facet, emphasizing his journey
through
Currículum vitae de
Pilar Altamira:
Licenciatura y tesina en Ciencias Biológicas.
Universidad Complutense de Madrid.
Escritora y colaboradora de diversos medios de
comunicación.
Diplomada en Pedagogía Artística y Curativa.
Formación Biográfica. Madrid.
Especialista en Artes escénicas y Oratoria
[1]
PELOSI Carmen Hebe (2005). Rafael
Altamira y
[2] PRADO Gustavo (2010), Las lecciones
historiográficas de Rafael Altamira en Argentina (1909-1910). Apuntes
sobre Ciencia, Universidad y Pedagogía Patriótica, Universidad
de Oviedo.
PRADO Gustavo (2008), Rafael Altamira en
América (1909-1910)
historia e historiografía del proyecto americanista de
PRADO Gustavo (2008), El Grupo de Oviedo en la historiografía y la
controvertida memoria del krausoinstitucionismo asturiano. Editorial KRK Oviedo.
[3] SÁNCHEZ DE ANDRÉS Leticia (2006)
[4] Es el
Jurado de Riegos encargado de dirimir los conflictos por el agua de riego entre
los agricultores de las Comunidades de Regantes de las acequias que forman
parte de él. El conjunto de estas acequias forman la denominada Vega de
Valencia, sobre la que tiene jurisdicción el Tribunal. En septiembre de 2009
fue designado Patrimonio Cultural Inmaterial de