Huellas en Papel VII/ No.12 (2019)


LOS JESUITAS Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD MEJOR

Entrevista a Carlos Page


L.R.: Las obras de los últimos años de Werner Hoffmann dan cuenta de la rica historiografía jesuita, el legado de sus misiones, sus bibliotecas. ¿Podrían existir como hilos conductores “jesuitas que leen a los jesuitas” y “laicos que leen a los jesuitas de la mano del R.P. Guillermo Furlong”? ¿Se puede decir que la arquitectura, los libros y las bibliotecas darían el carácter misional diferencial de la Compañía de Jesús?

C.P.: La arquitectura, primero; luego los libros y bibliotecas han sido temas de estudio general, sin embargo, no han sido los únicos. Pero seguramente la arquitectura es lo que nos acercó a la silenciada obra de los jesuitas en nuestro territorio. El misterio de las ruinas, que apenas se podían visualizar a principios del siglo XX, fue creando un clímax de aproximación a un pasado poco conocido y no por casualidad… La expulsión en 1767 y la posterior supresión de 1773 fueron acompañadas de una política que apuntaba no solo a exiliarlos, sino fundamentalmente a borrar la memoria de su obra. Este tema se tocó especialmente en una Congregación General de fines del siglo XIX donde los jesuitas se pusieron a trabajar con fervor a fin de reconstruir su historia. La arquitectura fue un instrumento sensible de revalorización de esa historia, y se fue ampliando a extensos campos disciplinares.

L.R.: Como usted afirma en su artículo22, Schmid y Sepp fueron los autores preferidos de W. Hoffmann, quien además tradujo los diarios del Padre Gusinde. ¿Cuáles serían los aportes específicos de Schmid, Sepp y Gusinde?

C.P.: Hoffmann era alemán y, como muchos historiadores tanto jesuitas como laicos, se interesó en principio por sus antepasados. Hoy podríamos dar infinidad de ejemplos, algunos de cierta importancia, como por ejemplo el jesuita Hans Roth, cuya historia la inicia el historiador del arte P. Félix A. Plattner, quien recorrió todo el continente relevando la arquitectura de los jesuitas. Con el transcurrir de los años alcanzó a ser superior en su país y tuvo el poder de enviar a otro jesuita, Roth, para que estudiara la arquitectura chiquitana. Tan impresionado quedó de lo que vieron sus ojos que, ante la orden de regresar, prefirió dejar la Compañía de Jesús y quedarse con los indígenas a reconstruir aquella memoria perdida. Recuperó no solo la arquitectura, sino toda la cultura musical chiquitana, creando oficios y medios económicos para la supervivencia de la etnia.

L.R.:El motivo de interés de Hoffmann por Schmid, Sepp y Gusinde, que a su vez fomentaba el Padre Furlong, ¿ha sido solamente para completar los estudios anteriores?

C.P.: Hoffmann era un hombre de una cultura significativa. Los estudios sobre los jesuitas alemanes (entendemos, de la Europa Central) llamaron la atención de muchos europeos de su tiempo, que comenzaron a indagar en fuentes inéditas a las que otros no tendrían acceso por la lengua. Estos antiguos jesuitas “americanos” escribieron innumerables cartas a sus parientes y amigos, que se conservan en archivos europeos, y que develaban circunstancias históricas particulares vistas desde la perspectiva no española. Más aún, escribieron libros en su propia lengua que fueron publicados en sus países, a los que los hispanoparlantes no tenían el menor acceso. Por tanto, develar aquellos hechos fue una tarea titánica que dio frutos inmensos. Obviamente, la generosidad del P. Furlong no tenía límites y sus conocimientos siempre estuvieron abiertos a todos, incluso a los no católicos, como Magnus Mörner23

L.R.:El epistolario y los diarios de los padres jesuitas se convierten en una fuente relevante para las investigaciones, en su momento para Werner Hoffmann, también en la actualidad. ¿Hoy es fácil el acceso a estas fuentes? ¿Hay dispersión de las cartas y diarios o existe algún archivo organizado que describa la existencia de diarios y el intercambio epistolar entre los padres jesuitas?

C.P.: :La dispersión de los documentos jesuíticos después de la expulsión fue notoria, pudiéndose encontrar, por ejemplo, documentos de jesuitas de la Argentina en varias partes del mundo. De Chile a Brasil y de España a Italia. En grandes ciudades o pequeñas. Los jesuitas produjeron una cuantiosa obra escrita, desde manuscritos a libros, sobre todo en su exilio. Hoy, por cierto, trabajar en estos temas nos resulta mucho más accesible que a Hoffmann. De hecho, los libros completos del P. Sepp, en sus ediciones príncipes, se pueden bajar gratuitamente por Internet. Pero esta notoria dispersión nos lleva a la aventura apasionante de seguir encontrando documentos (y hasta libros inéditos) desconocidos y a veces ni catalogados.

L.R.:¿Cómo se puede contextualizar el interés de laicos y sacerdotes alemanes por la arqueología y los pueblos originarios de América? ¿En qué período histórico es mayor este interés?

M.H.: Hay interés desde el siglo XIX, con el jesuita Anton Huonder (1899), con Fassbinder (1926), Leonhardt (1921-1924), Camaran, Krauss, Täubl (1979); y muchos otros actuales, como Fisher, Müller y el suizo Kühne, que sigue la línea de sus compatriotas Plattner, Spillman y Roth, quienes trabajaron a principios y mediados del siglo XX. Ciertamente, la visión de las culturas originarias de estos autores del centro de Europa está muy lejos de la hispanofilia emanada del fanatismo ibérico.

L.R.: ¿Cómo convivieron en su padre el protestantismo de origen familiar y el catolicismo jesuita?

C.P. Los aportes historiográficos hacia el pasado jesuítico se fueron construyendo con el tiempo y de manera conjunta. Cada uno es “alumno” y “maestro”. Si bien Plattner, fascinado con la historia de Schmid, recorrió las reducciones chiquitanas en 1957 y luego envió a Roth al territorio en 1972, fueron las obras de Hoffmann las que motivaron la recuperación de las reducciones de Chiquitos. Aunque fue mucho más allá de la obra material de arquitectura, para discurrir en la labor personal de un notable misionero y descubrir la relación fundamental y ocultada que se dio entre los jesuitas y los indígenas. Es decir, de aquellos que protegían la vida ante tanta esclavitud y matanzas generalizadas en todo el continente. Más allá del Evangelio estaba la protección de la vida de grupos humanos marginados.

...FUERON LAS OBRAS DE HOFFMANN LAS QUE MOTIVARON LA RECUPERACIÓN DE LAS REDUCCIONES DE CHIQUITOS...

L.R.:¿Qué enlace encuentra entre la producción arquitectónica y la producción bibliográfica de los jesuitas en América?

C.P.:Como dije antes, la producción arquitectónica de los jesuitas –a mi modo de ver– fue la puerta para conocer una realidad histórica que los borbones del siglo XVIII se encargaron de ocultar. Los bienes materiales sirvieron para comenzar a descubrir una historia que estaba tapada por los hongos de sus deteriorados muros y facilitaron la apertura hacia la historia de los hombres que allí vivieron. De este grupo de antiguos jesuitas que se posicionaron donde debían estar, junto a los desposeídos, maltratados y humillados habitantes americanos. Si bien las líneas actuales de investigación están muy diversificadas en varias disciplinas, es notoria la tendencia hacia la comprensión del papel fundamental que tuvieron los jesuitas en la construcción de un mundo mejor. Una sociedad que aún, y siempre, será posible.

Fecha de la entrevista:
13 de agosto de 2018


22 Page, C. (2017). Werner Hoffmann (1907–1989) y su aporte a la historiografía jesuita-guaraní/chiquitana. Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas - Anuario de Historia de América Latina, 53(1), 329- 352. doi:10.7767/jbla-2016-0116

23 Historiador sueco especializado en temas americanistas. (N. de la Ed.)