Prácticas de … preservación


¿Y con las fotografías cómo hago?

En entregas anteriores aprendimos a preservar y restaurar los libros que tenemos en nuestras bibliotecas. Los limpiamos, les quitamos los insectos y reparamos sus daños. Pero no solo los libros necesitan estos cuidados, puesto que no solo de libros están compuestas nuestras bibliotecas… ¿quién no ha intercalado entre sus estantes fotografías de seres queridos, paisajes, capturas intemporales de un instante fugaz? También ellas sufren el paso del tiempo y el efecto del medio ambiente. Y es por eso que presentaremos aquí un asesoramiento básico para el cuidado de las mismas.
En primer lugar, es importante conocer los materiales que componen las fotografías para poder brindarles el cuidado apropiado. Ellos son:



Cada uno de estos materiales, al poseer diferentes características, necesita determinadas condiciones para no degradarse o dañarse. Una de las cosas que solemos hacer, por ejemplo y básicamente por ignorancia, es guardar o exhibir las fotografías de diferentes maneras, que no suelen ser las adecuadas para favorecer su permanencia. Vamos a aprender entonces las mejores prácticas para afectar lo menos posible a los materiales de nuestras fotos:

  1. La manipulación: el material de la imagen puede ser alterado por la humedad y el contenido graso de la piel (la huella dactilar que a veces queda en la foto cuando la tomamos). Es por eso que no debemos tocar las superficies de las fotos, sino que debemos tomarlas por el canto.
  2. manipulación

  3. La limpieza: dada la susceptibilidad de la imagen a la abrasión, las fotografías sólo pueden limpiarse en seco, por medio de soplos de aire producidos por peritas de goma (que se adquieren en las farmacias). No tenemos que usar pinceles ni gomas ya que pueden rayar o perder parte de la imagen.

  4. limpieza

  5. La exhibición: tendremos que ser muy cuidadosos en el momento de elegir cómo queremos exhibir las imágenes y tener en cuenta la susceptibilidad a la luz, cuyo daño es acumulativo. Las fotografías no deben exhibirse en formas que impliquen que el material de la imagen esté en contacto directo con vidrio o plástico, como ocurre con portarretratos comerciales o a causa de la costumbre de exhibirlas debajo de vidrios. Con frecuencia sucede que si mantenemos las fotos de esta forma por largos períodos de tiempo, se adhieren a esas superficies y ya no pueden ser removidas. Si esto llegara a pasarnos, no insistamos: tenemos que dejarlas como están, sino el daño puede ser mayor. Si nuestro deseo es exponer fotografías, lo recomendable es exhibir copias y guardar las impresiones originales. Si esto no es posible, lo que debemos hacer es separar la foto de las superficies mencionadas por medio de una ventana construida con un material adecuado, con el fin de producir una cámara de aire que evitará la adhesión.
  6. exhibicion

  7. La guarda: no solo para exhibir nuestras fotografías debemos ser cuidadosos, sino también en el momento del guardado. Es importante estar atentos a que todos los materiales en contacto con el material fotográfico sean los adecuados para su almacenamiento, así evitamos dobleces y deformaciones. Como las fotos atesoran momentos importantes para nosotros, buscaremos darles varios niveles de protección: a) nivel 1: las guardaremos separadas entre sí por folios de papel blanco, liso, de calidad de archivo o permanente; b) nivel 2: luego las introducimos en sobres para la guarda que son del mismo material que los folios; c) nivel 3: podemos almacenar los sobres en carpetas o cajas rígidas.

¡Cuidado! No debemos utilizar sobres u otros materiales de guardado hechos con pulpa de madera sin procesar (en general son los sobres y cajas de color marrón), de papel glassine1 (traslúcidos), de acetato o de PVC.

¡Listo! ¡Hemos aprendido a resguardar las fotografías que atesoran nuestros momentos más especiales!

1Se trata del papel resistente a grasas conocido comúnmente como papel manteca. (N. de la Ed.)