El “Fiero” Paz, un
esgrimista dialéctico notable.
Entrevista al Dr. Gonzalo
Rúa, entrañable amigo de la familia.
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“La biblioteca era algo maravilloso… en ese momento era la biblioteca
jurídica más importante de América Latina”. Dr. Gonzalo Rúa |
L.R.: Si a usted le nombran el Estudio
de los Dres. Paz, ¿cuál es la primera idea que se le ocurre?
G.R.: Que el Estudio de los Paz fue uno de
los más importantes de comienzo del siglo XX. El Dr. Jesús H. Paz (p.) fue un
hombre brillante. Por ejemplo, tengo en mi poder la defensa que realizó de un
asunto muy comentado en su época, estamos hablando de 1902. Él defendió a un
señor llamado Porta por el crimen de un personaje de aquella época que era un
tal Garland.
L.R.: Era muy joven el Dr. Paz; en 1902
tenía 22 años…
G.R.: Sí, era un profesor extraordinario, de
excelencia. Él tomó la defensa. Me contaba su hijo “Tuco” (Hipólito J.) que
tenía el hábito de cerrar su Estudio a las seis de la tarde, en ese momento el
Estudio estaba en la calle Cerrito. Después, por la ampliación de
L.R.: De los dos hermanos entiendo que
J. H. Paz (h.) es quien participó más activamente en el Estudio…
G.R.: Sí, el “Fierito” es quien tuvo a su
cargo los casos más importantes que en aquella época tuvo el Estudio Paz, era
una tarea muy agotadora. Mi papá era amigo de él, trabajábamos en conjunto
porque era una tarea que no daba respiro, un continuo trabajar. “Fierito”
estaba agobiado porque “Tuco” fue canciller en la época de Perón desde muy
joven, 32-33 años y estuvo muchos años dedicado a la función pública. La caída
del General Perón lo sorprendió de embajador en Estados Unidos donde tuvo que
permanecer unos años exiliado, luego de lo cual se reintegró al Estudio. Era un
excelente profesional y mejor persona, hasta el día de hoy; no solo recuerdo
sus enseñanzas sino también conservo defensas y otros escritos judiciales.
L.R.: Me parece importante señalar la
apertura de una familia que no adscribía al movimiento peronista, sin embargo
se respetó la decisión del “Tuco”.
G.R.: “Tuco” me ha contado que él era muy
joven y estaba en
- Mire Dr. Paz, he tenido un disgusto
con el Dr. Bramuglia y he decidido pedirle la renuncia, y también he decidido
ofrecerle a usted el cargo de Canciller.
“Tuco” se quedó helado, porque no lo
esperaba, y le contesta:
- Le agradezco mucho, Gral., pero pienso
que va a tener resistencia dentro del gabinete porque la persona a la que hay
que reemplazar es un hombre de peso, y yo soy un hombre muy joven; hagamos una
cosa: piénselo usted una semana, y yo también lo pienso y nos volvemos a
encontrar.
Perón le respondió:
- Dr. Paz, si fuera usted, yo ya hubiera
aceptado, pero hagamos eso.
A la semana aceptó. El día que lo
nombran va al Estudio y su padre le dice:
- Usted sabe en lo que se mete - y
cuando se está por ir le pide:
- Tuco, cuando se vaya retire la chapa
del Estudio, no sea cosa que la gente piense que vienen a verme por las
influencias que podemos tener en el gobierno -. O sea que hay detalles que los
pintan de cuerpo y alma, el “Fiero” Paz, como sus hijos “Fierito” y “Tuco” eran
hombres de una conducta ejemplar. El “Fierito”
es el hombre más bueno que yo conocí en mi vida, de una bondad
increíble. Y agradezco a Dios que hasta el día de hoy sigo manteniendo una
estrecha relación con los hijos de “Fierito” y “Tuco”.
L.R.: En cuanto a lo académico hay
relaciones sobre su severidad, pero también a su humor.
G.R.: En las clases era muy riguroso. Pero
hay una anécdota que pinta también su humor. Él era tucumano, y pasa un alumno
tucumano a dar examen, se le nota por la tonada; el muchacho estaba medio
tambaleando en su examen, entonces el “Fiero” Paz le pregunta:
- Qué me dice del pago - el pago es una
Institución dentro del Derecho Civil, y el alumno le contesta:
- Y no sé Doctor, hace mucho tiempo que
no recibo carta - y la verdad que fue el humor lo que salvó a ese alumno. Pero
lo que hay que destacar es la rectitud, la inteligencia, el estudio. Yo he
conocido a padres de amigos míos que recuerdan sus clases brillantes. El
“Fiero” Paz era un esgrimista dialéctico notable. Una vez se cruza en la calle
con alguien y le dice:
- Qué bien lo veo Dr. Fulano, se lo ve
muy bien - y éste le contesta:
- Lamento no poder decir lo mismo de
usted -, una grosería. El Dr. Paz le replica rápidamente:
- Haga como yo mi amigo, mienta - Hay
miles de anécdotas…
L.R.: ¿Usted trabajó en el Estudio Paz?
G.R.: Ya en la última época trabajábamos
siempre juntos; “Fierito” nos ofreció a mi padre y a mí integrarnos al Estudio,
pero la integración no se llevó a cabo, no obstante seguimos colaborando
estrechamente con el Estudio Paz. Con el “Fierito” tuve una relación filial, yo
me siento su hijo putativo, y con Tuco tuve una relación fraternal.
L.R.: Y en relación con la biblioteca…
G.R.: La biblioteca era algo maravilloso; yo
recuerdo entrar a ese Estudio y verla; en ese momento era la biblioteca
jurídica más importante de América Latina.
L.R.: Por ello se han sentido tan
desconcertados cuando
G.R.: Sí, tanto “Tuco” como “Fierito”
estudiaron en
L.R.: Nos llama la atención que un
abogado con tanto prestigio como J. H. Paz no haya dejado obra escrita.
G.R.: Justamente él decía que un abogado no
debe escribir porque lo allí dicho puede entrar en pugna después cuando
defiende un caso. Y es cierto, por ejemplo, Borda es un hombre que escribió
mucho, pero esa cualidad le imposibilitaba tomar un caso y sostener una
posición contraria a la que sostuvo en un libro.
L.R.: Otras referencias que vamos
recogiendo es la gran ecuanimidad en la defensa y elección de los casos,
inclusive en desmedro de lo económico.
G.R.: Si hay gente desprendida en materia
económica, han sido los Paz. A “Fierito” le han ofrecido casos de fortunas,
pero era intransigente en materia de principios, no había plata que los moviera.
Hubo un caso que le traen a “Fierito”, un asunto muy importante, la sucesión de
Manubens Calvet, un hombre muy rico que murió soltero en la provincia de
Córdoba; tenía una gran fortuna. Se había presentado una supuesta hija en la
sucesión y los sobrinos del causante fueron a verlo al “Fierito” para que se
haga cargo del caso, pero, no obstante la importancia económica, decide no
tomar el asunto que podría haberle dejado millones. Luego hubo otro caso de un
hombre dueño de dos campos que había favorecido a una hija; uno puede favorecer
a un hijo dándole el veinte por ciento más de la porción disponible. “Fierito”
patrocinaba a la hija favorecida, pero como había decidido arreglar con los
hermanos y renunciar a ese porcentaje, decide retirarse porque no podía
patrocinar a una persona que va contra sus intereses. Aunque con el acuerdo
ganaba cerca de 200.000 dólares, de todas maneras dijo: “No, esto yo no lo
firmo”. La plata no existía ni para “Fierito” ni para “Tuco”, realmente una
familia notable, no sólo por ese aspecto, sino por la ejemplar conducta que
supieron mantener a lo largo de la vida.
Fecha de la entrevista:
22/05/2014