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Nota editorial

“…la historia íntima de la supervivencia de cada libro, las huellas de ciertos momentos y ciertos lugares que permanecen entre las páginas, todo apunta a un lector concreto. […] Toda biblioteca es autobiográfica.”

(Manguel, La biblioteca de noche, p. 196)

Sólo una biblioteca puede ser catalogada. Sólo un archivo puede respetar el criterio de procedencia indicado para su ordenamiento profesional. Sin embargo, el conjunto de libros, siempre finito, que configura la biblioteca de un hombre conlleva implícito un entretejido de asociaciones múltiples, los caminos de encuentros y divergencias, los posicionamientos, los reconocimientos por los que atravesó en el devenir de su quehacer. Una biblioteca en particular puede ser interpretada con el fin de recuperar al menos fragmentariamente, la fluidez y el dinamismo de la vida que le dio origen: superada felizmente la rigidez técnica de bibliotecarios y archivistas, los libros atesorados por una persona nos dicen también su historia.

Esta entrega de Huellas en papel ha sido elaborada desde la conciencia que implica para el Archivo Histórico de la USAL, conservar la colección personal de un hombre fundamental para la historia de la medicina en la Argentina. Presentamos en este número una parte de la colección de libros del Dr. Alfonso Roque Albanese (1906-2005).

No vamos a ahondar en esta nota en su indiscutida trayectoria profesional, la cual significó valiosos avances para la medicina en general y para la cirugía en particular; ni en el posicionamiento al que llegó la cirugía cardíaca en Latinoamérica a mediados del siglo pasado, en virtud de su trabajo y de sus estudios. Tampoco profundizaremos aquí en su inquebrantable personalidad, atravesada por la pasión, y la dedicación en pos de la búsqueda de la verdad científica, o en la manera con la que asumió su labor de cirujano: el Dr. Alfonso R. Albanese era un artesano de la cirugía, que desplegó su sensibilidad hasta llegar a sentir entre sus manos la anatomía del corazón, de aquel corazón que era de otro, que no era el suyo. Todo ello se encuentra ampliamente desarrollado en el libro que recoge las entrevistas que Alicia Régoli de Mullen (2011) realizó entre los años 2003 y 2004, a un entusiasta y brillante Dr. Albanese de 99 años.

Sin embargo, de la maravillosa historia de vida de nuestro Doctor hay dos aspectos en los que nos interesa detenernos: nos referimos al Dr. Albanese como Maestro y como Humanista. Ambos aspectos se encuentran ligados necesariamente al mundo de las bibliotecas y de los archivos.

Nos parece oportuno destacar que en torno a los tres libros que hemos seleccionado para comentar en este fascículo, existen una serie de términos y de prácticas que se reiteran, de manera que sería posible identificar en la profesión médica una decidida preocupación de transvasar los conocimientos de una generación a otra formando “escuela”. De este modo, alrededor de las vidas y de los libros de los cirujanos franceses Guillaume Du-puytren (1777-1835) y René Leriche (1879-1955), como así también de Pedro Chutro (cirujano argentino 1880-1937) es posible encontrar palabras y prácticas que persisten y se reiteran en el tiempo: práctica de enseñanza, de toma de apuntes, práctica de lecturas, de fichaje de libros (y más aún, de “sistema de fichaje” de documentos), de publicaciones, de ateneos de lectura, de discusiones bibliográficas, etc.; y palabras como Escuela, maestro y discípulos, vuelven una y otra vez en los libros y en la propia vida del Dr. Albanese.

Iniciamos con este número de Huellas en papel una nueva sección que denominamos La entrevista: huellas orales en papel porque intuimos otras bibliotecas tan importantes y ricas como las tangibles, las bibliotecas que se fraguan desde la memoria de los hombres. Y así, como en otros momentos de la historia de la humanidad se aprendió dando importancia prevalente a la palabra oral de los maestros, considerándose más valioso aprender escuchando que leyendo , concibiendo a la preciosa memoria humana como la “gran depositaria del saber”; incluimos en nuestra publicación “otras posibles bibliotecas”, tan dignas como las físicas de ser resguardas y conservadas.

La entrevista que realizamos a los Dres. Alfonso y Eduardo Albanese, hijos de Alfonso Roque Albanese, y que transcribimos en nuestra nueva sección, nos abrió un camino por donde nos animamos a replantear la óptica de nuestro Archivo. ¿Será posible para nuestro colectivo bibliotecario pensar las bases teóricas que enmarcan la organización de las bibliotecas y de los archivos más allá de nuestras propias prácticas? ¿Cómo cumplir de una manera más completa con nuestro objetivo de cuidar la memoria de nuestra Universidad?

En el momento de realizar esta entrega deseábamos dar cuenta, siempre en nuestro afán de registrar, del humanismo del Dr. Alfonso Roque Albanese, el que nos fue relatado una y otra vez por sus discípulos, y por sus hijos.

¿Cuántas bibliotecas, cuánto saber podrá leerse en la historia de un hombre que expresó su filantropía a través de su entrega incondicional a la ciencia?

Cada biblioteca refleja a su poseedor. Toda biblioteca es autobiográfica. La física y la de la memoria, que guardan precisa y celosamente, los hombres.

Liliana Rega

Directora

Red de Bibliotecas de la USAL