Luis Alberto Ambroggio
Activo Militante de la Lengua
Agustina María Bazterrica[1]
Datos de la Obra
Ambroggio, L. A. (2011). La arqueología del viento. España:
Vaso Roto. ISBN: 9788415168331.
La poética de Luis Alberto Abroggio es sintética,
directa. Se halla en consonancia con una de las ideas pilares del pensador
presocrático Heráclito, quien consideraba que la armonía invisible vale más que
la que se ve. Disímiles y complejos recursos literarios se unen para crear la armonía oculta que
sostiene la arqueología poética de Ambroggio. Los cimientos que sustentan la
estructura de sus poemas se componen de una sencillez ilusoria. Su escritura
despojada de barroquismos se fusiona con un aire de crudo realismo. La múltiple
interrelación de búsquedas profundas, la militancia apasionada por la
preservación del idioma español, la nostalgia viva del desarraigo, la
cotidianeidad voluptuosa del amor y la identidad lacerada son algunos de los
matices que pincelan la obra de este autor.
Ambroggio se dedica a reconstruir poéticamente los
restos arqueológicos de sus vivencias en dos naciones: la Argentina, donde
nació en 1954, y los Estados Unidos, país en el que se radicó en 1967. Aunque
una dualidad de tierras conviven en el poeta, con su obra como principal
baluarte, trabaja por la defensa de la pureza idiomática:
Vives en las alas
del alfabeto
la dicha desnuda
de un
juego (Ambroggio, 2011, p. 24).
El escritor considera que el
idioma es la patria y, por tal motivo, busca difundir el correcto uso del
español, y evita las fusiones. A través de su vasta obra (más de trece
libros publicados) y de su activa participación en numerosas
instituciones literarias como la Academia Norteamericana de la Lengua
Española, la Delegación de la ANLE, la Academia Iberoamericana de Poesía, la
Academy of American Poets y la Asociación Canadiense de Hispanistas,
trabaja de manera incansable por impedir la conquista anglicista del español,
por eludir su distorsión, por sortear la atomización de la identidad cultural y
por cultivar el idioma de Miguel de Cervantes Saavedra, Andrés Bello y
Pablo Neruda.
Ambroggio lo afirmó en una
entrevista realizada por María Teresa Ogliastri:
[El español] nos une a los hispanoparlantes, por
encima de todos los dialectos, transformaciones regionales, provincialismos,
nacionalismos, convivencias lingüísticas identitarias (como, por ejemplo, el
caso del guaraní y el español en Paraguay), con los matices sociolingüísticos,
socioeconómicos, geopolíticos, de esta mezcla (melting pot) que es la
población hispanoparlante de las Américas, incluyendo a los Estados Unidos
(Ogliastri, 2008, párr. 11).
Por lo tanto, no resulta casual
que La arqueología del viento sea una edición bilingüe con la traducción
al inglés de Naomi Ayala en estrecha colaboración con el autor. Navegar en
mares opuestos pero cercanos, separados pero solidarios, permite al lector
saborear sus peculiaridades. Ambroggio juega con las innumerables texturas de
las palabras que se iluminan y vulneran, dependiendo del idioma que optemos
para leer el mismo poema:
Deseo
Ser un pájaro, o mejor no un pájaro, sino un árbol para vencer de algún modo la distancia y estar los dos en algún lugar volándonos quietos debajo de las hojas y las plumas (Ambroggio, 2011, p. 30). |
To be a bird or better yet, not a bird, but a tree, to somehow defeat the distance and be both together in one place flying our still flight beneath the leaves and feathers (Ambroggio,
2011, p. 31). |
Pero, no es un recurso inamovible, a lo largo de
esta obra el lector puede volar, por momentos, dentro de los torbellinos de la
historia y de la reflexión. Como sucede en el poema «Plague» el autor
remite a la guerra de Irak, escrito en inglés, sin traducción al español y
duplicado en las hojas del poemario para remarcar, así, la responsabilidad
histórica y la atrocidad del sinsentido:
Plague
From
seventeen years of darkness,
humming
beyond our
knowing,
Yvette says
in her poem
about
cicadas
and I cannot
get my mind off
the torture
at the Iraqi prisons
that made us
fall
into a
thousand years of darkness.
The humming
of pestilence
killing the
country’s soul
and on and
on from this tenth day of May
of two thousand and four (Ambroggio,
2011, p. 118).
El lector puede, asimismo, desplazarse de la pura
hostilidad al pleno sensualismo y, mediante la sutileza del viento, ser rozado
por el tenue suspiro del deseo:
Arte
Tu cabello
que esculpe
el aire (Ambroggio, 2011, p. 60).
También, puede formar parte del proceso por medio
del cual el autor se reinventa a sí mismo a través de la edificación de su
identidad exiliada:
Busco algo que permanezca
después,
después del agua y de la
aureola
quedándose sin irse,
sin sufrir los ultrajes y las
pérdidas
de los caminos sueltos
(Ambroggio, 2011, p. 22).
Allí bebo el infinito despoblado (Ambroggio, 2011,
p. 26).
El deseo es un paraíso a la
vista
mientras no defraude la ventana
ni nos tiente el roce del
regreso
o la intrigante calidez de la memoria (Ambroggio,
2011, p. 28).
Las ideas matrices que estructuran esta obra de
Ambroggio, como la de la transculturación, apelan a una nostalgia combativa que
se tamiza en cada palabra. En el poema «Patria» refiere a su tierra natal, la
provincia de Córdoba, en Argentina:
Viajé pegado al suelo
para leer mi tierra
saborear los colores dorados
de sus pajonales, el testimonio
del churqui y de las pencas.
Todos somos la patria.
No los símbolos y el óxido
de una historia de bronce;
tampoco el fondo promiscuo
de los himnos y las palabras (Ambroggio, 2011, p.
130).
Una multiplicidad de cosmovisiones se reactivan en
cada nueva lectura porque lo que ocurre con los buenos poemarios es que ―como
el agua o el fuego― siempre permiten regresar para descubrir indicios
escondidos, pequeños detalles ocultos en el ritmo ondulante de una frase.
Luis Alberto Ambroggio le quita el carácter sagrado
a la creación canónica del texto poético y apela a la armonía intangible que
rige el universo y que habita debajo de la enfermedad, de la guerra, del caos,
del desarraigo, del desamor; la que se alimenta de los viajes, de la
sensualidad de compartir los momentos cotidianos, de las raíces de la tierra,
de la vida. Disfrutar La arqueología del viento es animarse a los
espacios líricos internos, al recorrido por mapas culturales despojados y
profundos allí donde el autor redescribe los signos poéticos del microcosmos y
macrocosmos de la identidad. Harold Bloom afirmó que «Un poeta fuerte es como
una nación pagana: debe inventarse a sí mismo, debe encarar la tarea imposible
de originarse a sí mismo» (Bloom, 1992, p. 14). Es lo que Ambroggio logra a
través de las hojas de su poemario guiado por tenues brisas, huracanes y
vientos inmemoriales.
Referencias
bibliográficas
Bloom, H. (1992, octubre). Poesía y represión. Diario de
Poesía, 22, 13-17. Buenos Aires.
Ogliastri, M. T. (2008, agosto 4). La poesía en español en los Estados Unidos. Letralia, 192. Recuperado 5 dic. 2011: www.letralia.com/192/entrevistas01.htm
[1] Estudiante
de Artes de la Universidad de Buenos Aires. Investigadora independiente y
escritora.
Correo electrónico:
agustinabazterrica@yahoo.com.ar
Gramma, XXII, 48 (2011), pp. 340-343.
© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas de la Escuela de Letras. ISSN 1850-0161.