¿No le Importa si Fumo?

El Caso de las Condicionales Argumentales

 

Hilda Albano[1] y Mabel Giammatteo[2]

 

Nota del Editor

Este trabajo fue presentado en las ii Jornadas Internacionales sobre Lengua Española «El Español de la Argentina en el Bicentenario», organizadas conjuntamente por la Fundación Litterae y la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires, del 30 de septiembre al 2 de octubre de 2010.

 

Resumen: En la Nueva Gramática de la Lengua Española (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española, 2009, [§47.2d], p. 3537), se introduce como excepción a la tradicional conducta de las construcciones condicionales, el ejemplo que da título a este trabajo ¿No le importa si fumo? Según se plantea, el caso «muestra un cruce entre las condicionales y las subordinadas sustantivas[…]», ya que un posible análisis es considerar la prótasis condicional si fumo como sujeto de importa, de modo que la subordinada queda integrada en la estructura de la oración principal.

En este artículo indagamos acerca de estos «casos excepcionales». En nuestro análisis, abordado sobre todo desde las perspectivas sintáctica y semántica, se plantea bajo qué condiciones una estructura hipotética encabezada por si puede considerarse que depende directamente de la predicación principal y adquiere carácter argumental, de modo que, desde el punto de vista funcional, resulta equivalente a una sustantiva introducida por un complementante que, con verbo en subjuntivo: Le importa que fume. En efecto, el uso de este modo y el rechazo del indicativo en la sustantiva equivalente, destacarían el carácter eventual del componente si fumo. Asimismo, estas condicionales solo se dan con verbos de tipo psicológico, con los que pueden ser promovidas en la sintaxis a la función de sujeto porque el papel temático que cumplen se liga a la causa hipotética o potencial exigida por estos verbos. Sostenemos, entonces, que en estas construcciones prevalece el carácter eventual pero, por tener función dentro del ámbito oracional, proponemos para ellas la denominación de «condicionales argumentales», las que constituirían un subtipo de las condicionales diferente tanto de las del enunciado como de las de la enunciación.

Palabras clave: subordinación, condicionales, subordinadas sustantivas, carácter eventual, verbos psicológicos.

 

Abstract: The example that gives title to this work ¿No le importa si fumo? [Does it bother you if I smoke?] is introduced in the Nueva Gramática de la Lengua Española (2009: [§47.2d]; 3537) like an exception to the traditional conditional constructions. As it is explained there, the case «muestra un cruce entre las condicionales y las subordinadas sustantivas […]» (our translation), as a possible analysis considers the conditional protasis si fumo [If I smoke] as the subject of the verb importa [bothers], so that the subordinated clause is embedded in functional structure of the main sentence.

In this article we investigate about these «exceptional cases». From a syntactic and semantic perspective, our analysis, considers under which conditions a hypothetical structure headed by si [if] can be considered directly depending on the main predication and acquiring argumental character, so that, from the functional point of view, it is equivalent to a noun clause introduced by the complementizer que [that], with the verb in the subjunctive mood: ¿Le importa que fume? Indeed, the use of the subjuntive and the rejection of the indicative mood in the equivalent noun clause, would emphasize the hypothetical character of the constituent si fumo [if I smoke]. In addition, these conditional only occur with psychological verbs, with which they can be syntactically promoted to the subject function because the thematic role they fulfill binds to the hypothetical or potential cause demanded by these verbs. Then, in our opinion, the eventual character prevails in these constructions but, as they function within the scope of the sentence, we propose the name of «argumental conditionals», which would constitute a subtype of conditionals, different from those of the utterance (enunciado) and also different from those of the speech act (enunciación).

Keywords: subordination, conditional, noun clauses, hypothetical character, psychological verbs.

 

Introducción

Según la Nueva Gramática de la Lengua Española, aparecida en 2009, las oraciones condicionales «[…] han sido clasificadas, a veces, entre las subordinadas adverbiales impropias […], estructuras que se suelen definir por ciertos rasgos negativos más que por sus características positivas» ([§47.1f], pp. 3529-3530). Agrega el texto que «[e]stas oraciones, frente a las sustantivas, no pueden ser sustituidas por un pronombre ni por un adverbio, interrogativo o no, pese a agruparse tradicionalmente con las oraciones adverbiales» ([§47.1c], p. 3528). Respecto de la diferencia entre condicionales y sustantivas, se especifica que las primeras son subordinadas «que no están insertas o incluidas en las principales» ([§47.1g], p. 3530), lo que obviamente las diferencia de las sustantivas, que son estructuras subordinadas argumentales, es decir, requeridas por la semántica del verbo de la oración matriz.

No obstante, en el párrafo siguiente, la misma Gramática introduce como ejemplo de excepción a lo dicho, la oración que da título a este artículo ¿No le importa si fumo?, donde la prótasis condicional si fumo funciona como un argumento respecto del verbo importa, de modo que la subordinada queda integrada en la estructura de la oración principal[3].

En este trabajo, nos interesa indagar acerca de estos «casos excepcionales» y analizar en qué condiciones una estructura hipotética encabezada por si puede considerarse que depende directamente de la predicación principal y adquiere carácter argumental, de modo que, desde el punto de vista funcional, resulta equivalente a una sustantiva. En primer lugar, presentamos brevemente las características específicas de unas y otras subordinadas ―sustantivas y condicionales―, para luego establecer las particularidades del grupo al que hemos denominado condicionales argumentales.

 

Las Oraciones Sustantivas

Las oraciones subordinadas sustantivas, llamadas tradicionalmente así o bien proposiciones o cláusulas sustantivas u oraciones completivas, son estructuras incrustadas o incluidas en otro segmento que las contiene (que puede ser una oración, un sintagma nominal, un sintagma adjetival, u otro). Son argumentales, es decir que son seleccionadas por el verbo. Entre los que admiten esta clase de subordinadas se encuentran verbos de tipo:

a) mental o psicológico: saber, intuir, creer, recordar, lamentar, etc.;

b) de comunicación: decir, preguntar, afirmar, declarar, explicar, etc.;

c) de experiencia: observar, percibir, temer (que también podrían ubicarse dentro del grupo de los psicológicos), imaginar, etc.

Desde el punto de vista sintáctico, las sustantivas desempeñan básicamente las funciones de sujeto (1), complemento de objeto directo (2) y término de preposición (3):

Me preocupa [que Clara haya abandonado sus estudios].

Juan sabe [que perdió el juicio].

No está dispuesta a [que se violen sus derechos].

Estructuralmente, las sustantivas se dividen en tres grupos:

i) declarativas o enunciativas, introducidas por la conjunción que (4);

ii) interrogativas indirectas totales, encabezadas por la conjunción si (5);

iii) interrogativas (6) y exclamativas (7) indirectas, introducidas por un sintagma de pregunta (cuyo núcleo es un pronombre o adverbio interrogativo):

Reconoce [que fue muy irónica en su discurso].

Le preguntaron [si va a ser candidato en las próximas elecciones].

No sé [qué quiere que le regale para su cumpleaños].

Es sorprendente [cuánto fumó durante su disertación].

Las sustantivas enunciativas y las interrogativas indirectas pueden presentar el verbo tanto en forma finita (8) como no finita (9):

Espera [que sus parientes regresen de las vacaciones la próxima semana].

No sabe [dónde ir de vacaciones].

Pueden construirse con indicativo (10) o con subjuntivo (11). Este último se emplea cuando las oraciones donde se incrustan expresan contenidos no factuales.

No sabe [si la ceremonia va a ser privada o pública].

Quiero [que leas este trabajo].

 

Las Oraciones Condicionales

La construcción condicional, típicamente introducida por la conjunción si, es uno de los dos constituyentes de lo que se denomina «período condicional», conformado por una prótasis, constituida por la condicional, y una apódosis, representada por la oración matriz o principal. La relación entre ambos miembros está cercana a las conexiones de carácter lógico: de causa (prótasis) y efecto (apódosis). De allí el carácter interdependiente, aunque no simétrico ―desde el punto de vista semántico― entre ambos constituyentes. Sintácticamente, la prótasis siempre funciona como un modificador periférico o extraoracional, que puede afectar ya al enunciado (12); o a la enunciación, según el tipo epistémico (13) o ilocutivo (14).

[Si hoy dispongo de unas horas libres,] voy a ir al cine.

[Si su oficina está cerrada,] hoy Luis no fue a trabajar.

[Si la memoria no me falla,] hoy es el cumpleaños de Juan.

En el primer caso (12) ―condicional del enunciado― «[l]a prótasis se presenta como la causa hipotética del estado de cosas que se describe en la apódosis, que pasa a interpretarse como su efecto o su consecuencia» (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española 2009, [§47.4a], pp. 3550-3551). Las condicionales de la enunciación, en cambio, no plantean una causa real ni hipotética, sino que establecen una relación entre «la prótasis y cierta información obtenida de la apódosis a través de un verbo de lengua tácito o un razonamiento discursivo» (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española 2009, [§47.4b], p. 3551). La diferencia entre los dos tipos es que en las «[…] epistémicas (también denominadas de efecto-causa), el hablante parte del contenido de la prótasis, que presenta como información fehaciente o sensible, para llegar a la conclusión que se muestra en la apódosis», como en (13). En las ilocutivas, en cambio, «el vínculo se establece entre la prótasis y el hecho de que el hablante afirme o manifieste lo que la apódosis expresa», como en (14).

En todos los casos, la condicional se ubica, sintácticamente, en un nivel periférico, por tanto, la prótasis siempre queda entonacionalmente separada del resto de la oración y no se considera incluida en el predicado verbal.

 

Las Condicionales Argumentales

Lo señalado respecto de las condicionales, digamos, canónicas, muestra que la prótasis no es parte de la apódosis. En este aspecto radica, justamente, el problema relativo a una estructura condicional como si fumo en:

¿Le molesta [si fumo]?

Según se advierte en (15), la prótasis si fumo queda dentro del límite oracional, no se separa entonacionalmente del resto de la oración y establece una correlación temporal con el verbo principal:

¿Le molestaba [si fumabas, cuando estaban ambos en el mismo lugar]?

*¿No le molesta [si fumaba]?

Me agradaría [si me invitara a salir].

Se plantea, entonces, si se trata de una verdadera prótasis condicional o si, en cambio, equivale a otro tipo de estructura, por ejemplo, una sustantiva, ya que alterna con que + subjuntivo:

¿Le molesta [que fume]?

A diferencia de lo que se espera de las estructuras condicionales canónicas, ya precedan (20) o sigan a la apódosis (21), en las del tipo que estamos analizando, el segmento si fumo, al igual que sucede con que fume, puede ser sustituido por una forma pronominal (22), a la que la condicional puede adjuntarse como apósito (23):

[Si me compro el auto,] me voy manejando a Bariloche. ≠ *Esto, me voy manejando a Bariloche.

Me iría a Londres, [si me dieran la beca]. ≠ *Me iría a Londres, esto.

Me encantaría [si me invitara a salir]. = Me encantaría esto.

¿Le molesta [si fumo]? = ¿Le molesta esto: si fumo/ que fume?

Asimismo, en estas construcciones parece tener relevancia la posición del segmento con si, puesto que, cuando se encuentra en posición inicial, requiere la presencia de una pausa entonacional. Dado que esto no es lo esperable para una prótasis condicional típica, estaría revelando la alteración del orden canónico correspondiente a una estructura argumental exigida por el verbo.

[Si fumo,] ¿le molesta?

Como el segmento con si también acepta interpretación temporal —(25) y (27)—, e incluso causal (26), estas condicionales también alternan con construcciones que explicitan esos valores y se construyen, como la condicional, con el verbo en indicativo:

¿Le molesta [si/ cuando/ siempre que fumo]?

¿Le molesta [si/ porque fumo]?

¿La angustia mucho [si/ cuando sus hijos regresan tarde]?

En estos casos, los segmentos con cuando/ siempre que/ porque también están cumpliendo una función argumental y, si se desplazan a la posición inicial, quedan fuera de la entonación interrogativa:

[Cuando fumo] ¿le molesta?

[Porque fumo] ¿le molesta?

Además, el uso de una prótasis con si argumental no resulta exclusivamente ligado a la estructura interrogativa, dado que, además de (18), reproducido aquí como (30), pueden aportarse otros ejemplos del mismo tipo con oraciones enunciativas afirmativas o negativas:

Me agradaría [si me invitara a salir].

Me fascina [si llega más temprano y me invita a salir].

No le agrada [si me pinto los labios muy fuerte].

Con si la construcción puede estar en indicativo o subjuntivo, según la correlación que se establezca entre el verbo de la principal y el de la subordinada —cfr. (15) y (16) respecto de (18), y también, (31) y (32) respecto de (30). En cambio, en las paráfrasis con que/ el que/ el hecho de que el verbo debe estar en subjuntivo —(33) y (35)—, lo que parecería estar indicando la exigencia en este tipo de construcciones de un rasgo ‘eventual’ o ‘hipotético’, el cual puede manifestarse ya sea por la presencia de la conjunción si, ya sea por el modo subjuntivo en el verbo, o bien por ambos recursos. Así, otra posible paráfrasis se da con en el caso de que + subjuntivo, que resalta doblemente ―mediante la locución conjuntiva y por el modo verbal― el valor conjetural de la construcción (36):

Dígame, por favor, [que/el que fume/esté fumando], ¿le molesta?

¿Te fastidia [el (hecho de) que te acompañe?]

Me encantaría [que me invitaras a salir].

[En el caso de que fume] ¿le molesta/ molestaría?

 

Hacia una Interpretación de Estas Construcciones

 

Las clases de verbos y la estructura argumental

Un aspecto importante para destacar de las construcciones que nos ocupan es la clase de verbos con los que aparecen. Se trata de verbos de proceso mental o psicológicos, que expresan «evaluación o reacción emotiva» (importar, molestar, interesar, fastidiar, encantar, disgustar, etc.) con los que se puede considerar que hacen las veces de sujeto. Lo que no sucede con las verdaderas oraciones subordinadas sustantivas que, como se ha señalado, son admitidas por verbos mentales (37), psicológicos (38), de comunicación (39) y de experiencia (40), pero no en función de sujeto, sino de objeto.

Sabe [que eso terminará pronto].

Teme [que no lleguen a tiempo los refuerzos].

Me pregunto [si habrá una salida].

Mariela observó [que unos bichitos se movían en el pasto].

A diferencia de (39), el segmento si fumo, en ¿No le importa si fumo?, no puede ser interpretado como una interrogativa indirecta porque, desde el punto de vista funcional, estas no se realizan como sujeto. Tal como se señala en el capítulo de la Nueva Gramática referido al estilo indirecto, son pocos los verbos que, como imaginar o sospechar, admiten interrogativas totales. Al respecto se señala que:

No son propiamente excepciones secuencias como la subrayada en ¿Te imaginas si Patrick se entera? (Paz Soldán, Materia) que no admiten la adición de o no […] algunos autores entienden que estas secuencias constituyen prótasis condicionales y que se asimilan a las subordinadas sustantivas en ciertos contextos. De hecho, pueden ser también términos de preposición, como en por si llueve. Otros entienden, en cambio, que el complemento de imaginas queda aquí tácito (aproximadamente ‛lo que ocurriría’) y que la prótasis condicional no ocupa la función que le correspondería como argumento ni tampoco su posición sintáctica (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española 2009, [§43.7m], p. 3263).

Ahora bien, otra particularidad que puede apreciarse en los casos de estructuras hipotéticas que son argumentales y, por lo tanto, quedan dentro de la oración, es la presencia de un pronombre personal en caso acusativo o dativo (función de OD u OI) con el que se hace referencia al interlocutor o a una tercera persona. Su funcionamiento puede ser argumental (41) o no (42), según la estructura temática del verbo.

¿La angustia mucho [si sus hijos regresan tarde]?

a. ¿Te importa/ molesta/ [si uso tu impresora]?

  b. ¿Molesta [si uso la impresora]?

Uniendo estos dos aspectos ―la clase de verbo y la presencia frecuente de una forma pronominal objetiva― podemos intentar buscar una explicación al particular funcionamiento de estas estructuras condicionales con función argumental.

En relación con la clase de verbos involucrada, es posible preguntar qué particularidad presenta su estructura argumental que permite que su sujeto, si aceptamos esta interpretación, sea una subordinada. La grilla temática de los verbos psicológicos incluye dos papeles temáticos fundamentales: un experimentante (Exp.) del proceso descripto por el verbo y una causa (Caus.) que lo ocasiona. Ambos papeles temáticos pueden, alternativamente, enlazarse con el sujeto y el objeto. Veamos dos ejemplos típicos: en (43), el Exp. Luisa es sujeto y la Caus. ―los truenos― se liga con el objeto; e inversamente sucede en (44), en que la Caus. es sujeto y el Exp., objeto.

Luisa[4] teme a los truenos. [Exp, Caus.[5]]

Los truenos la asustan a Luisa. [Caus., Exp.]

Ahora bien, ¿de qué modo llega una estructura condicional a la función sujeto? Examinemos los siguientes ejemplos:

La maestra se enoja [si nos paramos en clase]. Adjunto extraoracional que representa una causa hipotética omisible.

A la maestra la enoja [si nos paramos en la clase]. A la maestra la enoja esto: si nos paramos en clase/que nos paremos en clase. El modificador extraoracional queda integrado a la oración. Desde el punto de vista argumental es la Caus. y sintácticamente se enlaza con el sujeto.

Le fastidia/ molesta/ disgusta [si fumo].

A María le agrada/ encanta/ fascina [si le regalan bombones].

En (45), la maestra es Exp. y sujeto, mientras que la condicional, que representa una causa hipotética o potencial, es un modificador periférico. En (46), en cambio, el Exp. la maestra funciona como complemento de objeto directo, reduplicado obligatoriamente por el pronombre objetivo la. Pero además, en esa particular conformación estructural, típica de los verbos psicológicos, la Caus. hipotética es promovida a la función de sujeto, como claramente lo muestra la sustitución por la forma pronominal esto. Según vemos entonces, solo con verbos de tipo psicológico, la condición puede ser promovida en la sintaxis a la función de sujeto por su papel temático de causa hipotética o potencial. También la causa real ―con porque (cfr. 26)― y el tiempo ―con cuando o siempre que (cfr. 25 y 27)― pueden hacer referencia, en la configuración estructural planteada por los verbos psicológicos, al motivo desencadenante del proceso que sufre el experimentante.

 

Consideraciones semántico-pragmáticas

Dado que los verbos que aparecen como principales son de carácter psicológico, la presencia, en estas construcciones, de un pronombre personal que refiere básicamente al interlocutor, aunque también puede mencionar a algún tercero, parece ser, sobre todo cuando no es argumental (cfr. 42 a y b), reformulado como (49 a y b), un recurso del hablante para señalar que el evento que se menciona en la construcción hipotética puede tener repercusión, tanto positiva como negativa, en el otro al que se dirige o alude:

a. ¿Te importa/ molesta/ [si uso tu impresora]?

       b. ¿Molesta [si uso la impresora]?

Al respecto, resulta interesante el comentario de Montolío en el capítulo que dedica a las condicionales en la Gramática descriptiva (1999, pp. 3643-3737). Esta autora hace referencia a un planteo de López García (1994, pp. 120 y ss.), para quien el contenido supositivo de si constituye «…la explicitación de un sobreentendido, más concretamente, de lo que el hablante considera que su interlocutor maneja como una información sobreentendida». Desde esta perspectiva, la prótasis es considerada una información que el interlocutor podría inferir razonablemente de la simple enunciación del condicionado. En palabras de Montolío:

Lo que propone esta concepción teórica es, en suma, que el hablante maneje el contenido de la prótasis como una posible creencia que su interlocutor puede tener en relación al contenido de la apódosis […] Generalizando, este enfoque plantea que la enunciación de la prótasis constituye un mecanismo por el cual el hablante maneja predictivamente la información que él cree que su interlocutor considera relevante (1999, p. 3649).

En relación con los casos que nos ocupan, este enfoque eminentemente pragmático permite entender que, por ejemplo, en (15) reescrito como (50), el punto del que el emisor parte es una inferencia, según la cual a su interlocutor puede no molestarle el que fume, de ahí la formulación negativa de la pregunta, que claramente admite un agregado confirmatorio del tipo de ¿verdad?:

No le molesta si fumo, ¿verdad?

Pero también la inferencia puede ser negativa, como en (51):

Le molesta si fumo, ¿no?

En este sentido, paráfrasis posibles serían (52) para (50) y (53) para (51):

Creo/ supongo/ me parece que el que fume no le va a molestar, ¿verdad?

Creo/ supongo/ me parece que el que fume le va a molestar, ¿no es cierto?

 

Conclusiones

El recorrido que hemos seguido en este trabajo ha tenido como objetivo central encontrar «pistas» que nos condujeran a dar una respuesta, aunque parcial, acerca de qué tipo de construcción ―oración condicional o sustantiva― corresponde al segmento si fumo en una oración como ¿No le importa si fumo?, que aparece en la Nueva Gramática de la Lengua Española.

Nuestro análisis, abordado sobre todo desde dos perspectivas, sintáctica y semántica, nos permite sostener que esta construcción no pierde nunca su valor hipotético. Desde el punto de vista funcional, equivale a una oración subordinada sustantiva introducida por un complementante que, con verbo en subjuntivo. Precisamente, el uso de este modo y el rechazo del indicativo en la sustantiva equivalente, destacarían el carácter eventual del componente si fumo. Esta construcción condicional ―incluida dentro del ámbito oracional a diferencia de las hipotéticas modificadoras del enunciado o de la enunciación― puede ser promovida en la sintaxis a la función de sujeto porque su papel temático se liga a la causa hipotética o potencial exigida por los verbos de tipo psicológico, únicos con los que aparecen estas construcciones.

En síntesis, según plantea la Nueva Gramática, el tipo de construcciones como si fumo «muestra un cruce entre las condicionales y las subordinadas sustantivas[…]» (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española 2009, [§47.2d], p. 3537). Por nuestra parte, el análisis efectuado nos permite sostener que prevalece en ellas el carácter eventual, aunque, al mismo tiempo, se reconoce su función argumental, lo que nos lleva a proponer la denominación de «condicionales argumentales», que constituyen un subtipo de las condicionales, diferente tanto de las del enunciado como de las de la enunciación.

 

Referencias Bibliográficas

Montolío, E. (1999). Las construcciones condicionales. En I. Bosque & V. Demonte (Dirs.). Gramática descriptiva de la lengua española (pp. 3643-3737). Madrid: Espasa Calpe.

Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española (2009). Nueva Gramática de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe.

Tenny, C. (1994). Aspectual roles and the syntax-semantics interface. Dordrecht- Boston-Londres: Kluwer Academic Publishers.

 

 

 



[1] Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Docente de dicha institución, de la Universidad del Salvador, de la Universidad J. F. Kennedy y de la Fundación Instituto Superior Litterae. Investigadora del CONICET. Correo electrónico: albanoh@fibertel.com.ar

[2] Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Docente e Investigadora de dicha institución, de la Universidad del Salvador y del ISP «Dr. Joaquín V. González» (GSBA) y en la Fundación Instituto Superior Litterae. Correo electrónico: ggiammat@gmail.com

Fecha de recepción: 26-06-2011. Fecha de aceptación: 19-08-2011.

Gramma, XXII, 48 (2011), pp. 159-169.

© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Literarias y Lingüísticas de la Escuela de Letras. ISSN 1850-0161.

[3] Al respecto, los análisis posibles son: a) considerar que la subordinada es el sujeto del verbo; o bien b) «que el sujeto es un pronombre tácito equivalente a ello» (Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española, 2009, [§47.2d], p. 3537). Según se plantea en la misma Gramática, la segunda interpretación choca con el hecho de que estas oraciones pueden ser usadas como comienzo absoluto de discurso.

 

[4] Convencionalmente, el papel temático en función de sujeto se subraya.

 

[5] Utilizamos la denominación de Caus. porque, según Tenny (1994, p. 67), en estos verbos psicológicos, el Exp. es el participante que sufre un cambio de estado, mientras que se interpreta que el que lo provoca o motiva es el Tema, por lo que en este sentido se liga con la Causa.