Rei Berroa*

 

Eufemística para vivir tranquilos

 

Tampoco hoy vamos a hablar de lo divino.

 

Pondremos a un lado las ideas que molesten,

nos fijaremos con cuidado en lo que vive,

veremos si hay algo que cambiar en lo que hacemos

(está claro que el mundo no lo hicimos

y, por tanto, no somos responsables

de lo que en Gaza hoy acontece

o junto al Tigris o el Eufrates).

 

Luego pasaremos a hablar de Empédocles.

Unas cuantas reflexiones de Epicuro

ocuparán el resto de la clase.

 

Al final contaremos hasta doce,

y apostaremos unos cuantos hilos

de sangre taína o africana.

 

Y Dios dirá, que nunca dice nada.

 

El juicio de Sócrates pasado por la tele

 

Hacía muchos años que llevábamos incrustadas sus preguntas bajo las costillas.

Medio muerto traíamos el sueño de justicia, cuando en mitad de la pantalla

apareció el viejo Sócrates ya cicutado su silencio y su verdad a solas

después de explicar en silogismos convincentes que jamás

había pronunciado algunos de los juicios que el joven

Aristocles (Cabezotas o Platón, eran sus motes)

había escrito en sus memorias, publicadas

día a día, en diversas páginas de la guía

de la tele que todos leían y miraban

en una gran pantalla tipo plasma

puesta en el ágora de Atenas

por los que odiaban

la mayéutica.

 

Fue así como

llegamos a saber,

sin casi darnos cuenta,

que el loco a quien todos

envidiábamos, pues podía decir

lo que quisiera sin haber jamás escrito

nada y no tener, por tanto, nadie pruebas

contundentes que pudieran llevarlo al tribunal,

tenía leales seguidores en todas las escuelas del Estado,

menos en su casa, donde Jantipa lo había puesto en su lugar

más de una vez, pues no quería higienizar los fondillos de sus hijos

sin preguntarles si era posible conocer la virtud sin antes practicarla. Dicen

que también ella testificó contra el marido porque éste ya no le servía para nada.



* Poeta, crítico cultural y profesor nacido en Gurabo. En 2011, recibió el Premio Internacional Trieste Poesía por el conjunto de su obra poética y en 2012, el Premio Mihai Eminescu de Rumanía.

Correo electrónico: reiberroa@yahoo.es.

Gramma, XXVI, 54 (2015), pp. 

© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Área de Letras del Instituto de Investigaciones de Filosofía y Letras. ISSN 1850-0153.