Oscar Saavedra Villarroel*

 

[traducir la lluvia continental de las voces]

 

Elle Hombre detrás de su escritorio planetario-Inti,

mira las piernas de la Mujora, bien tatuadas de Andes,

bien lustradas de Infanta Costa, bien depiladas de aire;

mira su corazón de roca-lava, sus mandíbulas Tasmania,

esos ojos de luna-acrílica, esa piel de arena Sahara,

ese bronceado que induce a los Pachas a seguirlo,

a escuchar su voz de lírica-esterlina, esa voz sensual de mando

que le dice: «tráeme el occidente en un ojo esmaltado junto a la luna,

tráeme el fundamentalismo de vitrina subiendo

por el Monstruo Andes como espunka,  la prosa teórica del barro

                                                           y esa ternura maniquí que truena como oda».

Porque elle Hombre, tan postal eurolírica, tan valle central de los valles,

anda, el muy presidente, presidiendo el rompecabezas poblacional

de la existencia que los Pachas floran dentro de sus jaulas

como pájaros cívicos -sin alas- que chocan con los vidrios del cielo

y caen como textos en la memoria colectiva de la masa.

¿Viste, le dice a la Mujora ,

viste la rabia  de esa media agua tatuada en los ojos de ese niño?

¿Viste a ese niño vestirse de pobreza transcultural,

babeando banderas en sus cuentos infantiles?

La Mujora salivea muy atenta, salivea nube-agua,

porque ella dice ser la salvadora burguesa de la tribu.

Mientras Elle Hombre le sigue mirando las piernas,

la flora milenaria del origen, los caminos desaparecidos

de las ciudades que pretenden ser clonadas -según el dopaje

de la historia-

                                   saben  las ciudades que desaparecerán

si el dictador no comunica,

es una quinta persona,

un adjetivo histórico que nada dentro de la prosa

que prende fuego a la existencia

y hace del lenguaje un estrellato,

un film con ojos en tiempo presente;

polvo, polvo, polvo, polvo,

luego barro, agua mundi, origen costra que se introduce

en las casas-ruca

                                   para gritar: «este

                                                           soy yo.

                                   un neandertal de sangre azul».



* Poeta nacido Santiago de Chile. Entre los reconocimientos y distinciones que su obra ha merecido, se cuentan una Mención Honrosa del i Concurso Nacional de Literatura Joven: Poesía y Cuento on-line, categoría Poesía (2000); el segundo lugar año en el Concurso de Teatro Infantil (provincia cordillera) (2003); una Mención Honrosa en el concurso de poesía Conmemoración del trigésimo aniversario de la muerte de Pablo Neruda (2003); y una Mención de honor en el xxvii Concurso NacionalAarte y Poesía Joven Universidad de Valparaíso.

Correo electrónico: oscarsaavedrav@gmail.com.

Gramma, XXVI, 54 (2015), pp. 

© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Área de Letras del Instituto de Investigaciones de Filosofía y Letras. ISSN 1850-0153.