Juan Manuel Roca*

 

Corpus delicti

 

Los que esconden
Un libro
Que les prohíben leer.

Los que cantan en clave
Una canción
Que no entiende el enemigo.

Los que envejecen
Sin perder el saco incoloro
Del desaparecido.

Los que llevan carteles
Que preguntan
Por sus sombras.

Los que tocan un violín
En el centro
De la ausencia.

Los que dan a la muerte
La dirección
Equivocada.

Los que siempre serán,
Madre,
Su propio cuerpo del delito.

 

Diario de la noche

 

A la hora en que el sueño se desliza
Como un ladrón por senderos de fieltro
Los poetas beben aguas rumorosas
Mientras hablan de la oscuridad,
De la oscura edad que nos circunda.
A la hora en que el tren tizna la luna
Y el ángel del burdel se abandona a su suerte,
La orquesta toca un aire lastimero.
Una yegua del color de los espejos
Se hunde en la noche agitando su cola de cometa.
¿Qué invisible jinete la galopa?

 

Tristeza de las cosas

 

Estos zapatos 
Me acompañaron a un estanque 
Donde el único sonido lo hacían Dios 
Y un caballo tragalunas
Alguna vez se empinaron 
Frente a una madona de cabaret, 
Una mujer que parecía 
Subida en dos gatos de lomos erizados. 
Estos zapatos desaliñados 
Se agitaban solos, 
Cuando la voz de Big Mama Thornton 
Brotaba de algún lugar del vecindario. 
No fueron de un inválido, 
Pero mi pereza les recetaba 
La cuarentena del reposo. 
No fueron de un ahorcado 
Pero nunca traicionaron su vocación de aire.
Alguna vez subieron 
Al pequeño pedestal de un lustrabotas 
En una alameda olvidada. 
Jamás se negaron, 
Cuando les caía del cielo un balón perdido, 
A romper un trozo de lejanía. 
No hicieron fila con los veteranos de guerra 
Y se mantuvieron lejos del reparto de mendrugos. 
El zapatero que los fabricó 
Debió ser descendiente 
Del judío errante que huye de sí mismo 
Tras el viento tragaleguas. 
Volteaban a su aire la esquina de los bares 
Y en ciudades desconocidas 
Me acompañaron a buscar calles sin fondo. 
Estos hermanos siameses como espejos 
Que ahora viajan en el camión de la basura, 
Se llevan el secreto de caminos desandados 
Mientras la noche esconde millares de zapatos 
debajo de las camas.



* Poeta nacido en Medellín. Ha recibido diversos premios y distinciones, entre ellos: el Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus (1975), el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1979), el Premio Mejor Comentarista de Libros Cámara Colombiana del Libro (1992), el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (1993), el Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia (2000), el Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura (2004), el Premio Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima 2007, Cuba; el Premio Casa de América de Poesía Americana 2009.

Correo electrónico: juan_manuelroca@hotmail.com.

Gramma, XXVI, 54 (2015), pp. 

© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Área de Letras del Instituto de Investigaciones de Filosofía y Letras. ISSN 1850-0153.